pocitosslider-intro-1920-400
mvdmausoleoslider-intro-1920-400
solis-slider-intro-1920x400
mausoleo-slider-intro-1920x400
Martes, 06 Marzo 2007 19:46

Cuesta arrancar.

por el Lic. Rafael Ramos
columnista invitado

Montevideo - 07 MAR 07 - Portal del Uruguay.
Todo parece indicar, que al menos por algunos días, el año comienza a andar. Por algunos días sí, porque ya no falta mucho para la llegada de la Semana Santa (o Criolla, o de Turismo, o de Ciclismo, o...).

Y a partir de allí nuevamente ¡vacaciones! Y luego otra vez a intentar retomar el ritmo normal que se supone que un país normal debe tener. Esta eterna discusión que forma parte de la idiosincrasia uruguaya dura sólo algunos días, por suerte. Se instala de repente y de repente desaparece. Es parte del folclore de nuestra tierra. Algunos defienden la "temporada de vacaciones" porque moviliza sectores de la economía que subsisten debido a su existencia. Otros la atacan argumentando que el país se paraliza. Como siempre, en esta cuestión (y en todas las que merecen una mínima atención de cualquier ser humano) las posturas son diferentes y respetables. Es que cada uno lo mira desde su punto de vista. A veces cuesta ponerse en el lugar del otro y entender que la posición de ese otro también es atendible. Pero creemos que los sectores realmente involucrados en las diferentes "temporadas" de a poco están entendiendo que el negocio de "los otros" también es beneficioso para el propio.

Pero como decíamos, la discusión así como llega se va. Claro está, que siempre hay sectores que luchan por sus intereses sin tomar en cuenta los derechos de los otros. Pero también decíamos que esto cada vez sucede con menor frecuencia. Los únicos sectores que mantienen cierta rivalidad en cuanto a la defensa de sus temporadas son el vinculado al turismo y el que rige la enseñanza formal en el país. Al culminar las clases, cada año, se hace un estimativo del inicio de clases para el año siguiente. Y allí mismo, el sector turístico plantea su discrepancia argumentando que el temprano comienzo de clases juega en contra de sus intereses. Por su parte el sector de la enseñanza formal argumenta "que el año no da". Comienzan las clases y la discusión sigue como siempre. Cada uno defiende lo suyo. De todas maneras, esta discusión, año tras año, también parece debilitar sus fuerzas. Lamentablemente para los intereses de quienes están involucrados con el turismo, la pulseada parece ganarla la enseñanza formal. Ya sea por debilidades propias o ajenas (o por ambas) la temporada de vacaciones en nuestro país se ha visto reducida cada vez más (lo que antes eran vacaciones de dos meses, ahora se ha transformado en vacaciones de un mes, 15 días o hasta de una semana). Los viejos argumentos en defensa de la actividad turística (a nivel de turismo interno, por lo menos) se han debilitado. El sector educativo, agradecido. Y comienza el año… 

Se acabó, entonces, la época de levantarse y acostarse tarde. Se acabó "la temporada" de no usar reloj, de no usar camisa ni pantalón largo. De a poco decimos adiós a los atardeceres románticos viendo la caída del sol (¿ya dejamos de aplaudir?), de a poco decimos adiós a las alpargatas, de a poco decimos adiós a las amistades que hicimos en verano (¿las volveremos a ver el verano que viene?), de a poco decimos adiós a esos lugares maravillosos a los que creíamos que perteneceríamos por el resto de nuestros días, hasta que el ruido de un motor perdido nos volvió a la realidad. Y como "quien no quiere la cosa" arrancó el año. Ya están de vuelta todos los vecinos, ya comenzamos a respetar el reloj, ya comenzamos a frecuentar los lugares de siempre. Ya comenzó la rutina de cada año. Aunque para ser sinceros, deberíamos confesar que también "extrañábamos", alguna cosita de esa rutina. Claro está, que mucho más se va a extrañar preparar las cañas para ver si pica algo o cerrar los ojos un par de minutos para escuchar el ruido de las olas, o el ruido de la nada (que es justamente todo lo contrario al "comienzo de año"). Si la nostalgia de cada una de "las temporadas" pudiera dividirse en dos y poner a cada una en una balanza, no tenemos dudas de que sería mucho más pesada la parte que corresponde a la nostalgia de verano.

Pero como "el show debe continuar" y alguien tiene que sacar esta patria adelante, aquí estamos, una vez más, para sumarnos a esa enorme cantidad de uruguayos que hace rato ya estaban ansiosos por volver a sus rutinas. Ya  veremos con qué nos encontramos al despertar de ese hermoso sueño llamado "vacaciones". Por lo pronto, las calles vuelven a pintarse de blanco, de niños que corren con la moña suelta, que gritan su alegría. Por lo pronto, los grandes temas del país siguen vigentes. Se seguirá discutiendo sobre la reforma tributaria, sobre derechos humanos, sobre las papeleras, sobre el TLC, sobre la reelección, etc. Por lo pronto, hay un tema que ha dejado en un segundo plano a todos los demás (¡incluyendo al de las papeleras!): la visita de Bush, el presidente estadounidense. Pero este es un tema que ya merecerá especial atención más adelante (claro, no tan especial como el despliegue logístico que está realizando la primer potencia del mundo en nuestro país: ché, ¿vienen de visita o a invadirnos?). Comienza el año sí, cuesta arrancar. Es como si la primera estuviera trancada, como si no entrara. Y lo más lindo de todo es que cuando logremos que entre, pongamos la segunda y vengamos con fuerza como para pensar en meter tercera, "puf", algo comienza a fallar en el motor… como si le hubiera entrado una basurita… y de repente, se para. Y ya no arranca. Pero por suerte, luego de algún minuto de reflexión nos damos cuenta: nada que no se pueda arreglar después de "turismo" (¡y viva la pepa!). Sí, tiene razón: cuesta arrancar