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Domingo, 20 Diciembre 2009 20:04

El Colón se perfila como ícono de los festejos del bicentenario

El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, felicitó a la dupla Guillermo Kuitca y Julieta Ascar por haber ganado el concurso para diseñar el nuevo telón del Teatro Colón que forma “parte esencial de la recuperación arquitectónica” del edificio, cuya reinauguración acompañará el año próximo los festejos del Bicentenario de la Revolución de Mayo.

“En un país que hace mucho que perdió el rumbo en la excelencia y superación, volver a ocupar en lugar en el mundo de la lírica es fundamental para nosotros”, afirmó Macri en el acto de premiación de los ganadores realizado en el Hotel Panamericano.

El jefe de Gobierno destacó el compromiso que Kuitca y Ascar han asumido para ser parte de la recuperación del máximo coliseo lírico argentino y quedar “en la historia grande”, porque serán los responsables del diseño del siglo XXI, uno de los íconos que identifican al Teatro a nivel internacional.

Acompañaron a Macri, el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta; el Ministro de Cultura, Hernán Lombardi, y el director general del teatro, Pedro Pablo García Caffi.

El Colón inició a comienzos de 2009 los trabajos de restauración y conservación del telón actual para su uso en ocasiones especiales.

A su vez, llamó el 13 de septiembre pasado a concurso de ideas para el diseño de un nuevo para el siglo XXI, ignífugo y moderno, cuyo resultado favoreció a la propuesta de Kuitca/Ascar.

Los ganadores fueron elegidos entre 35 postulantes que presentaron en total 40 propuestas y su diseño será recompensado con 40.000 pesos.

La historia de los telones del Teatro Colón

El telón del Teatro Colón -para ser más precisos, su telón de boca- es una de las piezas más emblemáticas y significativas de la sala * Su función esencial es revelar el hecho artístico –corriendo el velo que lo separa del público y haciendo posible el milagro de la comunicación entre el artista y el destinatario de su mensaje- pero al mismo tiempo ocultar sus mutaciones, cambios de escena, secretos y trucos que sostienen el complejo entramado de un espectáculo y que con su misterio potencian su encanto y sugestión.

Aunque parezcan frías, las cifras sirven para darnos una idea de las dimensiones de la caja escénica que ese telón oculta. El escenario del Colón mide 35,25 m de ancho, 34,50 m de profundidad y 48 m de altura. Su boca tiene un ancho de 18,25 m y una altura de 19,25 m, y el telón que la enmarca la quita 1,50 m de ancho por 5 de alto.

La diferencia entre la altura y el ancho de la caja y la boca del escenario está dada hacia lo alto por los espacios necesarios para la maquinaria y los puentes de luces, y hacia los costados por las coulisses u “hombros”. Sobre el telón, enmascara esta diferencia un telón rígido de vista, verdadero trompe l-oeil cuya “pintura académica” –que semeja un telón izado y replegado sobre un madero- es, al decir del arquitecto Bellucci, de una perfección “que recuerda el engañoso velo de Parrasio”.
Por debajo de él, claro está, tenemos al telón verdadero, que mide 26 m de ancho por 22 m de alto, compuesto de dos hojas de terciopelo verticales que, juntas, pesan casi una tonelada y media. Horizontalmente, está integrado por el telón propiamente dicho, confeccionado en terciopelo con aplicaciones que forman dibujos en cuero, brocatos, hilos de oro y pasamanería, y un refuerzo superior vinculado a la maquinaria de izado.

Precisamente este mecanismo de corrimiento lateral, a diferencia de otros telones que suben y bajan en una única pieza, ha requerido tradicionalmente la ayuda de dos vallettos que amortiguaran el contacto de las dos hojas al cerrarse sobre la escena, y al mismo tiempo de un sistema que permita descorrerlo hacia los costados soportando su importante peso.

Mientras en las funciones de ópera y ballet el telón se abre y cierra con cada acto o cambio de escena, según las indicaciones del director de escena y las características de la puesta, en los conciertos sinfónicos permanece abierto para permitir la ubicación de la orquesta sobre el pistón del foso. En ocasiones, para conciertos de música de cámara o recitales, el telón puede permanecer cerrado con los artistas por delante sobre el pistón, amplificando naturalmente el sonido camarístico para hacerlo correr por toda la sala con eficacia única para un espacio de tales dimensiones.

Estas diversas modalidades que aceleran el desgaste de la pieza ha generado que el telón sufriera varios cambios a lo largo de la historia del Teatro Colón. Por de pronto, el primitivo telón era pintado, siendo reemplazado en la década de 1920 por el actual, confeccionado en terciopelo de algodón francés, cuyos paños necesitan restauración o reemplazo para garantizar la continuidad de su vida útil.

A su vez, a partir de la década de 1960 y con frecuencia creciente, fue remendado y sustituidas algunas de sus piezas, especialmente las decoradas por exquisitos bordados en seda y guirnaldas de flores de cuero pintado. En rigor, los únicos géneros originales que sobrevivieron al siglo de vida del Colón son los brocatos de sede que tapizan los fondos del palco oficial.

Después de sucesivos proyectos, que incluyeron el reemplazo de todos los géneros por otros que reprodujeran los brocatos de los diseños originales, la sala mantendrá este telón emblemático mejorado y restaurado, a la vez que, mediante este concurso público, instalará un nuevo telón de diseño original que permita un funcionamiento acorde con la intensa vida artística que siempre ha tenido el Teatro Colón.

fuente: hostnews
www.portaldeluruguay.com