20 años no es nada

Las dos décadas que el gobierno de la capital estuvo en manos del Frente Amplio, seguramente habrán de extenderse, sin dudas, al menos, por un lustro más.

Salvo un hecho insólito que no tenemos idea de dónde puede surgir, Ana Olivera será la Intendenta, la Jefa del Gobierno Municipal de Montevideo.

Recuerdo perfectamente la favorable impresión que me causó la primera intendencia del FA a cargo del Doctor Tabaré Vázquez, como empezaron a cambiar las cosas, a haber más iluminación, mejor bacheo, más pavimentación y fundamentalmente, más preocupación por los montevideanos de menores recursos, emprendiendo una gestión en la que se ponía énfasis en lo social y por ende, en lo asistencial.

Las sucesivas administraciones frenteamplistas han mantenido esa preocupación por la gente hasta el presente, en consonancia con la misma mirada que tiene esa fuerza política a nivel nacional y que seguramente, debe ser uno de los puntos fuertes en los que se basa su crecimiento y su permanencia en el poder, ya no sólo a nivel departamental sino que ahora también pasa a nivel nacional.

Pero el resto de los montevideanos...

Quienes no sólo no precisan la contención comunal para comer, trasladarse, dormir, atender su salud, etcétera, sino que son quienes financian todo lo que hace la administración, pagando sus impuestos y de ellos, un porcentaje que oscila en algo más de la mitad del electorado capitalino, además del tributo a las arcas municipales, le siguen dando el voto cada cinco años al FA, no están recibiendo ni por asomo, los servicios por los que supuestamete pagan.

Montevideo, no se puede decir que es una ciudad muy sucia, pero tampoco, que es muy limpia. Lo que si se puede afirmar sin temor a equivocarse, es que la higiene no es la indicada, no es la mejor posible.

Tampoco podemos afirmar que la capital uruguaya es muy insegura (mucho menos, comparando con las otras capitales regionales, salvo excepciones), pero tampoco podemos decir que es todo lo segura que podría ser.

La burocracia que genera exceso de personal, la burocracia increíble que me obliga a volver sobre mis pasos, en el área de cajas del Palacio Municipal, cuando TODAS las cajas están sin gente para atender, y voy a pagar una factura y el cajero me ¡pide el número! y tengo que salir al pasillo, donde hay ¡DOS! funcionarios detrás de un mostrador y UNA, de un rollito de números de papel, me da uno...

Cuando escucho en la radio o veo por TV que las autoridades excusan alguna falta de servicios por escasez de personal y dicen muy sueltos de cuerpo "no podemos obligar a nadie a hacer horas extras...", no sé si ponerme a reír o a llorar.

Casi todo el presupuesto municipal se va en salarios; remuneraciones que en el espectro general del Estado no son para nada bajas, por el contrario.

Y como un gobierno ¿paralelo? o ¿superior?, está el gremio municipal, el que siempre tiene la última palabra y el que decide cuanto riesgo de contraer enefermedades tendrán los montevideanos, tomándolos siempre, de rehenes.

Cada vez que pienso que generalmente los gremios son movimientos alineados a la izquierda, otra vez entro en la disyuntiva de reír o llorar.

¿Y el turismo?

Se construyen nuevos hoteles, se busca concretar la construcción de un Centro de Convenciones, se alientan las inversiones en nuevos centros comerciales y en otros emprendimientos necesarios como para un destino turístico que se precie.

Debería pasar a ser preocupación nacional, rescatar a Montevideo de:

a) La incultura de sus propios habitantes, los que no respetan los códigos elementales de higiene, de tránsito, de cuidado del medio ambiente y demás.

b) Los traficantes de pasta base, dueños y señores de la voluntad de los adictos, que se transforman en rapiñeros, rastrillos, asesinos o lo que venga.

c) El gremio municipal, uno de los principales enemigos del resto de los montevideanos.

De esta manera entendemos el periodismo turístico, encarando temas que tienen que ver con la actividad, sin importarnos de quien son los callos que pisamos y para ello, no precisamos editorializar ni a favor ni en contra de ninguna fuerza política, sino solamente a favor de la ciudad, del país y del turismo, aunque parezca todo lo contrario. Nos vemos.

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