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Miércoles, 22 Agosto 2007 18:25

Evolución Marítima

 23 AGO 07 PDU

Estamos viviendo un momento de la historia de la humanidad apasionante. Hay una docena de revoluciones en marcha,

cada una de las cuales tiene la potencialidad de transformar el mundo y, además, están ocurriendo todas a la vez.

El transporte marítimo.

Hay muy pocas personas conscientes de que en el transporte marítimo se ha producido una revolución de gran trascendencia. Todos hemos visto como las grúas que sacaban enormes redes con cosas dentro se iban transformando en grúas que movían contenedores normalizados,... y pocos nos habíamos dado cuenta de que los grandes puertos ahora disponían de máquinas capaces de levantar una veintena de contenedores a la vez.

¿Dónde quedaron los estibadores? Prácticamente ya no los hay. Ahora hay personas que manejan las grúas pórtico de contenedores. El resultado ha sido que el tiempo que se tardaba en cargar o descargar un barco ha disminuido por diez. Por tanto el barco está más tiempo navegando, es más productivo, y el transporte puede ser más barato.

¿Dónde están los grandes edificios de almacenamiento de mercancías? Prácticamente ya no existen. Ahora el almacenamiento es el propio muelle, pues los contenedores son herméticos, resisten la lluvia; tienen cerraduras potentes, por lo que los robos son muy dificultosos,...

Ahora los almacenes de los puertos se están convirtiendo en centros de logística.

¿Y los barcos? ¡Qué raros son ahora! Prácticamente no tienen bodegas. Tan sólo son plataformas planas donde acoplar contenedores. Mejor dicho, hay dos tipos de barcos, los graneleros, que llevan mercancías a granel, como el petróleo o el trigo, que básicamente son grandes depósitos... y los barcos de contenedores que están preparados para llevar miles de ellos.

Los barcos de contenedores cada vez son más anchos. No sólo más largos, sino más anchos. También han crecido en profundidad.

¿Y los canales de Suez y Panamá? Se han quedado limitados, por ellos no caben los grandes petroleros, pero tampoco lo hacen los grandes transportadores de contenedores. Aproximadamente, el límite de tamaño para poder pasar por el canal de Panamá son los 4 500 contenedores. Lamentablemente, para ellos, ahora hay barcos de 8 000 contenedores, y se están construyendo de 12 500. Esos no pasan por el canal de Panamá y por eso llevan el significativo nombre de Post-Panamax.

12 500 es una cifra curiosa. Con los puertos de contenedores actuales y las enormes grúas pórtico para manejarlos, una sola máquina puede atender a un buque con ese número de contenedores. Para un número mayor hay cambiar de grúas. Se harán, pero hay que cambiar muchas infraestructuras.

Consecuencias de esta revolución

Hoy podemos comprar un ordenador por un precio que ronda los 700 euros. Si nos fijamos en los componentes, nos podemos encontrar con que el procesador ha sido fabricado en Alemania, que la caja y la fuente de alimentación lo han sido en Corea, que los altavoces son de Taiwan, los discos duros de Estados Unidos y que la memoria es de Malasia, etc., etc.

El precio es barato y las piezas proceden de todo el mundo. Para que eso haya sido posible ha tenido que haber una revolución en el transporte marítimo. Los combustibles cada vez son más caros, sin embargo el precio de llevar mercancías de un lado a otro del mundo cada vez es más rápido y más barato. Para lograrlo ha habido una autentica revolución, aunque ha ocurrido sin estridencias, ha sido una revolución silenciosa.

Todo comenzó hace 50 años. El empresario estadounidense Malcom Malean, el 26 de abril de 1956, realizó el primer envío de mercancías utilizando contenedores. Había adaptado un viejo barco petrolero para transportar los 58 contenedores que él mismo había diseñado. Se trataba de grandes cajas de 6 metros de largo, metálicas, herméticas a la lluvia, con dos grandes puertas con fuertes cerraduras.

Los contenedores, al ser herméticos, podían viajar a la intemperie, sin necesidad de estar cubiertos en la bodega; todo el cargamento se movía muy fácilmente con grúas preparadas al efecto, en el puerto tampoco necesitaban almacenarse a cubierto puesto que llevaban fuertes cerraduras que impedían los robos; el tamaño de las cajas permitía cargarlos sin problemas en camiones o trenes.

Esa sencilla idea ha cambiado los barcos, los puertos, los entornos portuarios, los camiones, los trenes, los aviones,... ha cambiado las rutas marítimas...

Una idea sencilla que ha tardado casi 50 años en desarrollarse a fondo, pero que al hacerlo ha revolucionado el comercio mundial.

Ahora está en ciernes una nueva revolución; los contenedores ya son tan baratos, que a veces cuesta menos tirarlos que devolverlos al puerto de destino... Está a punto de nacer una nueva industria: la de reciclaje de contenedores.

Fuente: cinencia15.blogalia.com