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Jueves, 17 Septiembre 2009 09:44

El Licenciado Eldo Lappe, quien se despide diciendo SAVAP

Nos enteramos de la gran noticia,  por un correo enviado por el Licenciado  Eldo Lappe, un lector del Portal del primer día, quien se despide escribiendo SAVAP, que si mal no recordamos quiere decir: SALUD, AMISTAD,VINO,AMOR y PEÑAROL, quien decía:




Gracias a Nuchi, un entrañable amigo al que hace mucho no abrazo, me enteré de esto.


Dudé en difundirlo, no sólo porque ya conozco el rebuzno de los que dicen "...eso es historia..., viven de recuerdos..." (no es verdad: es Historia, no vivimos de ella sino que vivimos mejor en su dulce recuerdo vivencial), sino porque los pueblos que no conocen (y reverencian) su pasado, están condenados a repetirlo.


Por eso dudé en andar avivando giles, como dice el  Pepe (Mujica, no confundir con Batlle, Sasía, Herrera o Biondi, aunque en algo se parezca a cada uno).  


La Luz no siempre triunfa, pero sus enemigos terminan por morir. Inspirado en esa certidumbre,   pudo más el afán didáctico, esa cosa de no dejar en el desamparo de la ignorancia a tanto joven que sólo recuerda un ya lejano "Opa opa, quinquenio las pelotas", allá por 2003; aunque la mayoría de los hoy ensoberbecidos (por haber pasado dos rondas de pedo, quedado cuartos tras enfrentar un sólo rival serio y con un sólo gol a favor, y ganado dos uruguayos seguidos con más ayuda que la Peluffo Giguens) fueran concebidos, acunados o a la Escuela con el ensordecedor arrorró de cinco Vueltas seguidas, lleno el Estadio (por primera vez, of course) con banderas de un solo equipo. Y no fueron seis porque el Zar mandó parar, Olivier inventó el fault en cobertura y Pasculli terminó en cana por decir la verdad.


También le voy a refrescar la memoria a más de cuatro bellotos como yo (o un poco más o menos); decisión a la que -sin duda- ayudó también el maravilloso sentimiento que entibia mis venas, engrandece mi alma y -gracias a Dios (que es Manya y a veces se auto flagela para gozar más después, como Frankenstein en su famosa auto complacencia), le pude transmitir a mis hijos, sin distinción de género (*)


Me puedo morir en paz. En el siglo en que el fútbol era un deporte (y no un entertainment multimillonario y lavador), cuando se lloraba y se trancaba con la cabeza, se veneraba la camiseta y  se salía con la cabeza gacha el lunes si se perdía con aquellos que te dije el domingo, mi cuadro nos regaló lo que nadie ya nunca podrá. Con la base de la máquina del 49', Uruguay le ganó a Brasil en Maracaná, y no me jodan con que eso es viejo. Mozart también, y toca precioso.


Nunca nos van a alcanzar en Campeonatos ganados, en Libertadores, Inter continentales de las de verdad, Quinquenios por siglo, nunca van a ser los primeros en ganar todas las Copas importantes, en ser el primer bi y el primer tri. Ni mucho menos en hinchada, entradas vendidas u orgullo de ser, venga la cuerda con la m...ostaza que venga.


Nobleza obliga: probablemente nunca los alcancemos en cantidad de torneos diferentes ganados, en años con el mismo nombre (que extrañamente no incluye el apellido del padre, tal vez porque es un barrio y ellos quieren ser de toda la nación), ni mucho menos en Maldonado o cualquier otra pista. Ni tampoco en la hazaña nunca repetida en el mundo de irse al descanso en un Clásico y no volver, o excomulgar a un ídolo porque no se dejó ganar y los sometió al escarnio de perder dos veces de atrás la posibilidad de arruinar el segundo quinquenio.    


Gracias a ese mismo Dios, el Club adjetivo está tercero en ese ranking, sólo detrás de los enormes "rojos de Avellaneda" y por encima de Boca, River, y los monstruos de Brasil; lo cual confirma que siempre fueron un gran rival, digno, fuerte, no digo de temer (porque un buen Manya sólo teme a bajar los brazos y a Lord Paco y sus siervos) pero sí de no descuidar.


Como en la Vida misma, un gran adversario ennoblece la victoria y hace menos dura la derrota. Si sólo le ganas a la gilada, sos el Rey de los Giles, pero si dejaste abajo a semejantes rivales, es que -de verdad- fuiste el más grande. Y yo me iré de este mundo, algún lejano día, con esa sonrisa en los labios.


SAVAP

Eldo



(*) Cultor del lenguaje como soy, no digo hijos e hijas, porque en Español, el genérico no distingue, y creer que eso es lo que va a terminar con el machismo y la violencia doméstica    me parece una ingenuidad de las grandes. (¿Viste que no dije pelotudez?).