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Jueves, 25 Junio 2009 05:01

A tres días de las elecciones “Que vengan otros”

por Luis Alejandro Rizzi
desde Buenos Aires

El próximo domingo se vota en la Argentina para renovar la mitad de la cámara de diputados y un tercio del Senado. Se llaman elecciones de medio término.

Nuestro análisis no entrará en la conjetura sobre los posibles ganadores, sino más bien sobre el significado que pueden tener estas elecciones.
Obviamente partimos de la infinidad de encuestas que se han realizado y nuestra intención es intentar ver lo que está por debajo de los diferentes porcentajes. Intentaremos ver debajo del agua como se suele decir.
Durante la crisis del 2001/2 se generó un reclamo que se sintetizó en pocas palabras “Que se vayan todos”.
La crisis del 2001 significó el fracaso de una generación política que comenzó a ejercer la representación de la ciudadanía a partir del 10 de diciembre de 1983.
Sin embargo los resultados fueron otros, regresó la misma dirigencia política con un poder absoluto que hizo y deshizo a su gusto sin oposición significativa.
A su vez la llamada oposición no encontró su lugar y pareció sucumbir ante la mayoría del oficialismo político a tal punto que en las elecciones presidenciales de 2007 no hubo alternativa válida al kirchnerismo que ganó por abrumadora mayoría.
Mas aun entre 2002 y 2005 la oposición pareció con su inactivad y desconcierto pagar las facturas de la crisis del gobierno de la Alianza como si hubiera sido único responsable, sin advertir que también el justicialismo colaboró para agudizar la crisis que en ese momento estaba en gestación.
Luego de analizar los resultados de las encuestas, incluso de aquellas que parecen responder más que a una investigación seria de la voluntad social, al gusto y paladar de quien la encarga, veo el siguiente panorama.
Se advierte en los distritos más importantes que conforman un bloque de 142 diputados, es decir el 55% del total de la cámara de diputados, conformado por la Capital Federal, Provincia de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santa Fe, que salvo en la Capital, no hay un ganador definido mientras que los liderazgos tradicionales tambalean anunciando su inminente derrumbe y aunque finalmente ganen por una diferencia mínima, su victoria será pírrica.
La ciudadanía pareciera que va en busca de nuevos políticos y esto explica la paridad de las encuestas que significa que la oferta no satisface.
Parecería que la gente advirtió que el pedido de que se “vayan todos” no dio resultado alguno, por el contrario los vicios de la vieja política se generalizaron a tal punto que todos los candidatos han sido elegidos a dedo y algunos han aceptado la postulación con la condición de no asumir en caso de resultar elegidos, paradojas que solo podrían darse en algunas de esas historietas semanales que suelen publicar los diarios en su última página.
La vieja política no solo pasa por el modo de elegir a los postulantes sino por la delegación por parte del Congreso de la nación de atribuciones indelegables al Poder ejecutivo, por haber modificado el consejo de la magistratura para ejercer mayor control sobre los jueces, por alterar las estadísticas nacionales para mostrar buenos resultados, por usar la presión para dominar y controlar empresas, por tolerar y fomentar el uso del escrache como arma política  y asi la lista podría seguir casi al infinito.
Sin embargo advierto un riesgo que me hace ser más bien pesimista. Se buscan nuevos políticos con ideas viejas y esto aparece patente en la Capital Federal con la excelente elección que hará Fernando “pino” Solanas quien seguramente ocupará el segundo lugar en la preferencia del electorado porteño.
Su oferta política parte de un conocimiento meramente ideológico de las “cuestiones”, problemas de problemas,  de la Argentina y sus soluciones llaman a un regreso al estatismo mas rancio que imperó en nuestra historia política y que fue gran responsable de nuestra decadencia como país que hoy aparece sumido en el concierto de las naciones en la mas clara y nítida indiferencia de nuestra historia.
En el resto del espectro político tampoco se advierte la vocación por ejercer un liderazgo con perfil de genuina autoridad en su más puro sentido político: idoneidad, ejemplaridad, previsibilidad y su lógica consecuencia, certeza.
La competencia electoral se ha manifestado, uso el pasado porque ya se agotó el tiempo para hacer algo diferente para estas próximas elecciones, en el “anti”.  Todos somos “anti”  que es lo mismo que decir no somos nada.
El oficialismo es “anti” derecha y pro “modelo”,  expresión reducida a un modesto eslogan que nadie sabe explicar sus eventuales virtudes, pero modelo que al fin y al cabo es también “anti” ya que apunta, entre otros, a los sectores genuinamente productivos como el agrario al que se demoniza identificándolo con intereses ajenos al bien común, en la creencia que con esa lucha “anti oligarquía” se favorece el afianzamiento de la justicia social.
Al respecto el agro junto con la agroindustria genera el 50% de la capacidad exportable, ocupa el 45% de la mano de obra y aporta más del 30% del PBI. Hoy día gracias al “modelo” estos porcentajes están bajando de modo alarmante y la importación de trigo y carnes podría ser necesaria durante el próximo año.
El oficialismo se comporta como si fuera oposición.
A su vez la oposición más que ganar busca vencer al oficialismo a tal punto que la disputa se ha trasladado a un festivo programa de televisión. En este punto concuerdo con Elisa Carrio, se ha menoscabado el sentido de la política como si los electores pudieran ponderar las virtudes de los candidatos según su capacidad histriónica.
Estas elecciones marcaran el fin de muchas ambiciones y por ese solo hecho desde el 29 de junio al 30 de octubre de 2011 deberán aparecer “otros políticos” que no se si serán mejores o peores, pero deberán ser diferentes.
Pero no solo allí termina la cuestión. Los nuevos políticos, si aparecieran, deberán estar a la altura del tiempo y proponer un novedoso repertorio de ideas que posibiliten y sirvan para resolver cuestiones y problemas.
La cuestión no pasa por estado o mercado, en todo caso pasa por Estado y Mercado.
El estado debe establecer reglas de juego, eso que llamamos leyes, y debe tener capacidad para aplicarlas y reprimir su incumplimiento. Lo que no significa asumir actividades comerciales o económicas.
Conclusión en esta elección pareciera que compiten ideologías contra buenas intenciones. Es muy poco.
El como se hace y con que recursos nadie lo explicó, ni siquiera Mauricio Macri que se presenta como excelente gestor.
Pongo un ejemplo. Macri dijo que hay que privatizar Aerolíneas Argentinas lo que también no deja de ser un eslogan vació de contenido. La solución es otra. Hay que tener una política económica previsible, sea de izquierda o derecha, si nos gusta esa distinción. A continuación hay que tener una política aérea definida. Finalmente veremos si el estado debe tener o no una empresa estatal de aviación, podría ser que si o podría ser que no y en su caso para que.
Macri no supo ver el caso de LAN en Chile. El fenómeno LAN parte desde una política económica de estado como nos gusta decir, y de una política aérea liberal.
Nadie en Chile pensó si LAN debería ser privada o estatal. LAN EXISTE.
Como vemos no hay oferta electoral moderna y como moderno entiendo estar a la altura del tiempo como lo explicaba Ortega.
La misma superficialidad cabe para el oficialismo que continúa tolerando el corte del Puente Gral. San Martin (Fray Bentos-GUALEGUAYCHU) con el argumento que el 96 % de la población en algún momento ha participado en el corte, pero cabe preguntarse si esa población hubiera avanzado sobre la Casa de gobierno, la hubieran dejado llegar…?
Como vemos se dicen por ambos lados cosas sin sentido.
Para el 28 diría que antes de votar, “sepa el pueblo pensar”, cosa que nos hace mucha falta porque como decía aquel reo del suburbio la cabeza no solo se tiene para separar las orejas y colgar la nariz….