-Las mesas en la calle. Característica del lugar, lo que produce sin dudas, en el visitante, una sensación muy especial.
-La muralla, reconstrucción del Arq. Miguel Angel Odriozola a partir de la década del 50.
.La Plaza Mayor en el Barrio Histórico, hoy atracción turística; ayer, quizás, escenario de ejecuciones de reos traídos por la Calle de los Suspiros.
-Otro mundo, otra historia, la actual en el Four Seasons Resort de Carmelo; llegamos mientras se disputaba la Copa Otoño de Polo y así, es el marco.
-Ingresar al Four Seasons es sinónimo de dejar atrás el estrés.
-Los dúplex, en un escenario natural incomparable.
-El gimnasio del Spa en el Four Seasons
-Una decoración muy especial para una de las salas de estar
-Por la noche en el Club House, el brindis de cierre del torneo de polo. El Secretario General de la Intendencia, Dr. Pablo Manito; Martín Cuadrado de la División Turismo de la IMC y el colega Darío Queirolo de Pasaporte Uruguay.
-La boutique del Club House.
-El Balneario Zagarzazú en Carmelo. La arboleda junto a la playa, un paraíso junto al río.
-Almacén de ramos generales en una esquina de Colonia del Sacramento
-El Arteco, espacio de los artesanos, en la rambla, junto a la bahía, en Colonia.
-Es Colonia; caribeña vista desde el Arteco
-El encanto del lugar; la mesa en la vereda, la guitarra en el zaguán
-Más mesas en la calle
-La puesta del sol. Falta el show circundante.El espectáculo natural es incomparable.
-Un circuito en ciernes: el Real de San Carlos, los antiguos trenes y muy cerca, el Museo de los Naufragios.
-Los colonienses se sientan en la rambla a tomar mate y no se ubican de cara al monumental paisaje del río. Le dan la espalda...¿cómo perderse el panorama humano?
-No, no es desde un crucero, es la vista desde el Restaurante El Carmen en el Radisson Colonia
-La mesa en el Restaurante El Carmen en un cálido almuerzo ofrecido por Rosana Pizzuti, Gerente General del Radisson Colonia. A su frente, a la izquierda de la foto, María Shaw; junto a ella, a su derecha, Andrea Schunk.
-Antonio en el Museo de los Naufragios. Un paseo que vale pena, para grandes y para chicos.