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Martes, 13 Enero 2009 03:51

Pancho Dotto realizó su fiesta de blanco, para un selecto grupo de invitados

 por Lucía Inés Bagnasco
desde Punta del Este

Apenas acallados los ecos del tradicional desfile, Pancho Dotto abrió su casa para recibir a sus modelos y a unos pocos invitados.


Nicole, Pancho, Pampita, Benjamin, y Dolores

En el 2008 abría las puertas de casa propia, Paraíso de Mar, en predio lindero a La Fontana que le albergara por casi 20 años, con un asado para unos 50 invitados. Chiringo junto al arroyo, proyecto de casa, un deck sobre la playa.

Este año todo se ve diferente ya desde la entrada.  El chiringo se convirtió en una habitación en madera, con barra y fotografías de todo el mundo, con imágenes actuales y no tanto, de surf. Un gigantesco parrillero a leña y eléctrico, tres resguardos con bancas y mesadas, una pantalla gigante con películas en blanco y negro, y una rueda de piedras encimadas  albergando un gran fuego donde se asan chorizos y corderos.

La “subida” a la playa descubre una choza hawaiana, con una habitación en suite, y el resguardo de sus dos autos Mercedes, de colección y galardonados en varias competencias. Es la casa de Pancho.

Rumbo al helipuerto y la torre, camastros con blancos colchones y carteles que indican los horarios de las clases de gimnasia y yoga, nos llevan al “estudio” un gran y abierto escritorio con fotos en blanco y negro de todas sus modelos y divanes en los que la prensa realiza sus notas.

Finalmente, y campaneando sobre la playa, un deck con barra, divanes, servicios higiénicos, decoración marina y un Dj que desgranará música hasta que las velas no ardan.
Todo respetando una campechana sencillez y naturalidad que sólo alteran los inmensos televisores plasma ubicados en cada construcción.

Esta vez los invitados fueron unos 200, de estricto blanco según fue la consigna. Concurrieron todos sus modelos, femeninas y masculinos, poca o casi ninguna prensa y el anfitrión que hace sentir a todos a sus anchas.

Los imprevistos no dejaron de ser jocosos: la policía debió controlar la ruta y la gran cantidad de vehículos, así, advertidos algunos  curiosos no invitados no dudaron en bajar a la playa por predios vecinos para ingresar por la arena. Fueron descubiertos y devueltos,  delatados por no estar de blanco.

La modelo Pampita Ardohain, de muy rubio cabello ahora, no fue reconocida por los guardias y por haberse olvidado la cinta que indicaba la invitación, tuvo que volverse a José Ignacio con su pareja Benjamín Vicuña, a buscarla, pues los celulares no tienen señal en esa zona.
Y  por último Gustavo Ceratti probando un monopatín a batería perdió el equilibrio y además de un buen chichón, se dislocó el hombro, siendo atendido por un enjambre de damas que hasta recogieron piedras del lugar para hacer fuerza y colocarle el cuerpo en su lugar; pese a las protestas del herido.

Resultados, una gran fiesta dada por un empresario que desde hace 21 años trabaja en Punta del Este y contribuye a colocarla en el mapa mundial con periodistas de todo el mundo y programas como con  E Entertainment Television, y Fox, que graban todas las actividades del balneario.