mausoleo-slider-intro-1920x400
solis-slider-intro-1920x400
mvdmausoleoslider-intro-1920-400
pocitosslider-intro-1920-400
Domingo, 18 Enero 2009 20:11

El sentido de lo humano. Los fraudes financieros o la crisis del 2008

 por Luis Alejandro Rizzi

Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,

valores y dublé...
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseaos...

Cambalache
Enrique Santos Discepolo

Situación dificultosa o complicada es una de las acepciones de la palabra “crisis” que parece muy apropiada para analizar o considerar el colapso que afecta al mundo.
Como sabemos un “colapso” puede significar la destrucción de un sistema, en este caso sería la destrucción del llamado “capitalismo”; puede significar “paralización del sistema capitalista” en este caso cabria esperar su lenta o rápida restauración; puede significar su deformación por acción de fuerzas que tiendan a transformarlo o modificarlo, en este sentido la “deformación” no debería tomarse como una patología sino mas bien como una “corrección” del sistema cuyo resultado puede ser bueno o malo.
Desde ya ante esta “crisis” o “situación complicada” prefiero apoyarme en los dos últimos significados así creo que el “capitalismo” o bien se “ha paralizado” o bien “se esta deformando” dicho esto en el sentido de tomar una nueva forma.
Si ocurriera lo primero poco aprenderíamos y sería probable que con la vuelta a la normalidad aparezcan nuevos “Ponzi” mas sofisticados aun y por tanto más dañinos.
Esta posibilidad significaría que prevalecería una cultura sin límites de ningún tipo especialmente en lo ético y moral. En verdad sería mejor decir que prevalecería una suerte de “incultura”.
Lo óptimo sería que ocurriera lo segundo que implicaría un respeto mayor a los valores clásicos de nuestra cultura.
Lo que si deberíamos evitar es la creencia que esta “situación complicada” se solucionará o fue superada en el momento que se note una mejoría en los índices que miden la evolución de los sistemas económicos.
Reducir la crisis a un mero resultado aritmético o a unos cuantos procesos por fraudes sería  un modo alienado de ver la realidad o dicho de otro modo implicaría una pérdida del sentido de lo real.
“Situaciones complicadas” se dan en todos los ordenes de la vida es como cuando solemos decir ante la posibilidad de cualquier contratiempo “vivimos momentos difíciles” como si vivir fuera fácil…o como si la vida tuviera “momentos fáciles”.
Retomando el hilo todo sistema político, económico, social transcurre en situaciones normales y en situaciones complicadas, estas son las que lo ponen a prueba y si superan lo que llamaría “el test de la complicación” el sistema saldrá fortalecido y rejuvenecido, si no lo supera caerá y será reemplazado con otro como recientemente ocurrió con el muro de Berlín que implosionó en el momento menos esperado y provocó la disolución de la entonces U.R.S.S.
Recuerdo que unos pocos días antes de su caída en un programa en Radio del Plata asistió como invitado el entonces embajador de Alemania Occidental y cuando le insinué sobre su posible inminente caída me desmintió totalmente  y a los diez o quince días Alemania volvía a ser una sola bajo un sistema capitalista, quedaba atrás el sistema comunista, colectivista o como se lo quisiera llamar.
Los fraudes que se están descubriendo tienen una lógica relación con el crecimiento de los sistemas económicos que pese a todas sus imperfecciones han permitido que el mundo tenga más de seis mil millones de habitantes.
Si el sistema no hubiera alcanzado el desarrollo que tuvo, se puede creer por ventura que el mundo albergaría a tamaña cantidad de habitantes cabe preguntarse y esto es válido aunque un porcentaje del 20 o 30% vivan en la indigencia o en la pobreza.
Cuando el sistema económico mundial  era menor también hubo fraudes y estafas pero su dimensión se relacionaba con el volumen existente en esos momentos y también eran conmocionantes.
La causa de los fraudes está en la naturaleza del hombre, por ello recordábamos en una nota anterior que siempre “…ha habido crímenes atroces…”  pese a los castigos previstos en cada época.
Me parece muy infantil creer que estos fraudes se han producido por falta o presuntas debilidades de los mecanismos de control como dicen algunos o por supervisiones ineficientes como dicen otros, en todo caso sería más realista decir por la falta de idoneidad técnica, profesional o moral de quienes debían ejercer esas funciones.
La corrupción no es una “calidad” del capitalismo sino de toda actividad humana y hechos graves de corrupción ocurrieron y han ocurrido en todo sistema político democrático o no y recordemos que en China permanece vigente la pena de muerte para este tipo de casos.
En la época de la URSS existía “SIBERIA” como destino de los corruptos o disidentes que para el sistema era una forma de corrupción.
Las pautas para ponderar la “corrupción” varían de sistema a sistema, pero lo que tienen en común los distintos sistemas es que a su manera reprimen la “corrupción”.
La “corrupción” en el capitalismo es más visible que en otros sistemas políticos porque el capitalismo solo se da en sistemas democráticos y republicanos en los que en más o en menos las libertades básicas de la sociedad son respetadas.
Un caso “Watergate” hubiera sido impensado en el sistema comunista o en otro similar.
También varios de los actores fraudulentos están siendo procesados y posiblemente serán condenados como lo fue Ponzi en 1930 y pico, y en esto radica la depuración del sistema y el respeto a las libertades.
Con la cuestión de los “controles” hay que tener mucha prudencia ya que bajo esa apariencia se esconden aviesas intenciones de establecer sistemas dirigistas que siempre han fracasado.
Generalmente estas ideas son desarrolladas por personas que jamás han sido capaces de ganarse la vida en el sector privado al que ven, por cierto, como un enemigo a vencer.
El exceso de control sabemos que lleva a la economía informal en cuyo ámbito el fraude es mucho más difícil de ser castigado o reprimido.
Si a esta crisis la pasamos por el test “del sentido de lo humano”  diríamos que se produjo por una suerte de concupiscencia económica y la concupiscencia pertenece a la naturaleza humana.
No hay sistema alguno a prueba del fraude aunque el castigo fuera mil años de cárcel o cinco veces la pena de muerte…
La calumnia o la injuria siempre golpearán a la virtud desde que el mundo es mundo o la vida es vida…
Son las Universidades, incluso las más prestigiosas, las que nos han legado estos círculos de dirigentes desprovistos de toda moral, ética y respeto a los valores propios de nuestra cultura que sólo son capaces de arrodillarse ante el dinero olvidando aquello de que “…quienes cree que el dinero es todo, terminan haciendo cualquier cosa por dinero” o bien como lo decía Discepolo “…Cualquiera es un señor! ¡Cualquiera es un ladrón”!
Por otro lado tenemos un lamentable nivel de mediocridad cuya utilidad solo radica en creer que la obsecuencia es una muestra de idoneidad. (¡Todo es igual! ¡Nada es mejor!)
Estas son las causas de la crisis y quizás donde habría que extremar los controles al máximo debería ser en el ingreso a la función pública para ponderar un aceptable nivel de idoneidad, en el ingreso a las universidades para ponderar la calidad de los aspirantes y en el ingreso al claustro de profesores para ponderar calidades profesionales y humanas.
En estas cuestiones es cierto fallan, faltan y son ineficaces los sistemas de selección.
Vale la pena volver a Discepolo
¡Lo mismo un burro
que un gran profesor!
No hay aplazaos
ni escalafón,
los inmorales
nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
¡da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón!...