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Domingo, 10 Mayo 2009 19:10

Elecciones en la Argentina

 por Luis Alejandro Rizzi desde Buenos Aires
La constitución argentina es quizás nuestra más emblemática prostituta de poca monta o en idioma tanguero la última de las grelas que “…muda y de rodillas se venderá sin ganas, sin vida, y por dos pesos, a la bondad de Dios…”.
Mas que contarles a los lectores del Portal, la trama del proceso electoral iniciado para renovar parcialmente el Cel ongreso de la Nación, pretendo transmitir experiencias para que se advierta el porqué mas de una vez hablo o escribo de una republica imperfecta y una democracia incompleta.

También pretendo que se pueda aprovechar la experiencia.

La constitución argentina es quizás nuestra más emblemática prostituta de poca monta o en idioma tanguero la última de las grelas que “…muda y de rodillas se venderá sin ganas, sin vida, y por dos pesos, a la bondad de Dios…”.

Si, parecería que a los argentinos solo nos queda esperar la bondad de Dios, aunque no se si estaríamos siquiera dispuestos a pagar esos dos míseros pesos.

Nuestra “…ultima grela…” dice que la única condicionalidad para acceder a los empleos es la “idoneidad” que significa nada mas y nada menos que ser apropiado para algo.

Los postulantes para acceder, en estas elecciones al congreso deberían mostrar su “idoneidad”, lo que no quiere decir que deberían ser sabios o expertos en todo a la manera de los antiguos sofistas, que precisamente hablaban de todo sin saber de nada.

La “idoneidad” consiste en tener capacidad intelectual, capacidad para demostrarla mediante la expresión de ideas aptas para resolver los problemas de la gente, y esta cualidad esencial para la “república” e indispensable para la democracia es la que está faltando no solo en el oficialismo sino en todo el arco opositor.

Prueba de ello es la pérdida de audiencia de la mayoría de los programas políticos que se han convertido en los mejores soporíferos de plaza.

El primer gran vicio está en la elección de los postulantes cuyos méritos para ejercer la función de “representante” son totalmente desconocidos.

Por otra parte han sido elegidos sin ninguna excepción a  puro dedo.

Democráticamente hablando, ¿esto no es una forma de fraude?, me pregunto.

En ningún caso hubo competencia interna ni concurso de antecedentes.

La competencia interna hubiera sido quizás el mejor método de selección con la necesaria publicación de los antecedentes lo que nos serviría para meritar las diferentes  “idoneidades”.

Otra cuestión no menos grave es el modo en que se utilizó el dedo, teniendo en cuenta el presunto nivel de conocimiento de la ciudadanía sobre determinadas personas, como si ello pudiera sustituir a la cualidad de la idoneidad.

Con ese método al Capone hubiera estado largamente calificado para competir en una elección o los celebres Bonnie and Clyde.

Así se ha recurrido a artistas, el caso de Nacha Guevara, cuyo nombre real Clotilde Acosta solo es conocido por sus familiares mas cercanos, candidata a diputada nacional por la Provincia de Buenos Aires, que en todo caso es reconocida por lo que representa como artista, mas no por lo que piensa, es decir  se la conoce por su “máscara”.

La máscara se utiliza para representar lo que no se es.

La gente que la vote la votará por su “máscara” la que por otra parte se puede cambiar entre escena y escena o entre cuarto intermedio de una sesión.

Está claro no votarán por “Clotilde” lo harán por “Nacha”, por su apariencia.
 
Lo mismo ocurre cuando se convoca a deportistas y a otras figuras conocidas públicamente por sus destrezas, más no por sus ideas.

El gobernador de la Provincia de Buenos Aires, se postula para un cargo que nunca podrá asumir por prohibirlo la constitución nacional y que la Justicia electoral debería fulminar, pero lo grave es que quien ha jurado respetarla y honrarla poco le importa que la haya abandonado sin ningún remordimiento en un claro adulterio con la obsecuencia y la hipocresía y la pobre “...grela, llamada constitución…” intente volver como reza la letra de Horacio Ferrer desde un promiscuo piringundin, el famoso prostíbulo de Pérez y Gaudin o bar de baja moralidad …

“….Del fondo de las cosas y envuelta en una estola
de frío, con el gesto de quien se ha muerto mucho,
vendrá la última grela, fatal, canyengue y sola,
taqueando entre la pampa tiniebla de los puchos….”

Otros partidos también han recurrido a “máscaras” de apellidos como el caso de Claudia Rucci en el llamado Partido Justicialista disidente también en la castigada Provincia de Buenos Aires que se ha convertido en una suerte de prostíbulo político.

Los postulantes salen a caminar, a conocer a los “vecinos” a interiorizarse de sus problemas, como si las falencias en la salud publica, en la educación, en la seguridad, en los transportes, en los servicios públicos en general fueran algo novedoso y de reciente aparición que exige una inmediatez absoluta.

La mayoría de los postulantes vienen ejerciendo funciones públicas desde hace años, recordemos que el partido Justicialista gobernó el país desde 1989, con la excepción de 1999 a 2001 y la Provincia de Buenos Aires ininterrumpidamente desde 1987.
 
Me pregunto como es posible que se continúen presentando a elecciones los mismos que cuando tuvieron oportunidad de resolver problemas como gobernantes, solo atinaron a agravarlos…

La posibilidad para elegir una vez mas no estará entre los mejores sino entre los peores con alguna rescatable y solitaria excepción como la de Alfonso de Prat Gay el único postulante con ideas capaz de expresarlas con suma claridad y sencillez.

El mismo reproche cabe a las fuerzas “nuevas” como el “PRO”. Gabriela Michetti vicejefa del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, renunció a un cargo que podía significarle experiencia administrativa y de gestión ejecutiva para ingresar a una función legislativa a la que poco o ninguna vocación demostró tener a lo largo de este año y medio.

Lo mas grave es que esa decisión se tomó, no por lealtad a la República sino a su partido que carecería de otra figura de magnitud.

Si así fuera, poco y nada podríamos esperar del PRO.
 
Otra cuestión que resulta un misterio total es la de saber que tienen en la cabeza cada uno de los postulantes, mas allá de presentarse como “antis” como si ello fuera calidad suficiente para acreditar idoneidad política.

No debemos pretender que cada postulante tenga soluciones, pero si ideas para resolver los problemas de hoy.

Ningún candidato ha explicado como se puede mejorar el sistema educativo, ningún candidato, ha explicado como se puede mejorar el sistema de salud, ningún candidato ha explicado como se puede mejorar la seguridad, ningún candidato ha explicado como se debería enfrentar la cuestión de las llamadas “villas miseria”, ningún candidato ha explicado como se puede mejorar el sistema de transportes, ningún candidato ha explicado como se pueden mejorar los servicios públicos en general, ningún candidato ha explicado como se debe encarar la situación de los jubilados cuyos fondos se han esfumado para satisfacer intereses bastardos del oficialismo, ningún candidato ha explicado como debería reformarse nuestro confuso y laberíntico sistema impositivo, ningún candidato ha explicado como debería funcionar el sistema bancario y el crédito, y así la lista podría seguir al infinito.

La pregunta que me hago es ¿Qué votaremos?.

Esto así no es ni democracia ni república, en todo caso demagogia y circo y así el escenario político seguirá siendo un provechoso “piringundin” para todos aquellos cuyos escrúpulos se diluyen en sus “patéticas miserabilidades” por solo “…dos pesos…”