pocitosslider-intro-1920-400
mausoleo-slider-intro-1920x400
mvdmausoleoslider-intro-1920-400
solis-slider-intro-1920x400
Domingo, 14 Marzo 2010 23:56

Megapuerto en Rocha

El Presidente Mujica recibirá de su ministro de Transporte una carpeta con el anteproyecto del puerto de aguas profundas en Rocha. En Chile y Bolivia el mandatario planteó el tema, agitando así la geopolítica regional.


En el alud de propuestas de Mujica en la campaña electoral estuvo la de construir un puerto de aguas profundas en Rocha, pero maneja una suerte de propiedad colectiva de los países del Mercosur y Bolivia.

Primero Mujica dijo que apelaría a las reservas del Banco Central para hacer este puerto, lo que provocó diversas reacciones contrarias en el gobierno saliente y en el entrante. Ahora, la posibilidad de compartir la soberanía nacional con otros países en un puerto en territorio uruguayo aparece como un modelo inédito. Su único antecedente son las obras binacionales entre Uruguay y Argentina.

En la Cancillería uruguaya se admitió a El País que "el tema está verde" y no hay aún ningún estudio sobre la forma jurídica "sui generis" que requeriría un puerto bajo este tipo de administración.

En tanto, en el Ministerio de Transporte se manejan otras ideas, aunque también de manera embrionaria. Quizá el formato sería la de un puerto, uruguayo en su soberanía, manejado por una "sociedad" en la que dos o más países de la región tuvieran porciones de propiedad. La iniciativa de un puerto de aguas profundas en Rocha iba a ser licitada por el pasado gobierno pero nunca se concretó el llamado. Este puerto de ultramar es una de las condiciones de Portucel para su huidizo desarrollo en Uruguay.

Mujica ha dicho que prefiere una administración de gobiernos regionales. "La clave es que sea propiedad de los gobiernos, pero eso tiene que ser una decisión política", dijo el año pasado. "No es cuestión que venga una multinacional gallega o belga y haga un puerto. Lo tienen que hacer los gobiernos mediante una sociedad y que se sientan seguros e integrados", afirmó.

La magnitud de la obra -aún cuando se desarrolle en etapas- requiere no sólo un fuerte financiamiento distante de las posibilidades de los países pequeños del bloque, sino ciertos niveles de consenso, especialmente de Brasil.

Para el ex canciller y experto en temas internacionales del Partido Nacional, Sergio Abreu, esta terminal sólo es posible en acuerdo con Argentina.

El senador de Alianza Nacional es partidario entusiasta de un proyecto de esta naturaleza aunque advierte que Brasil puede tener resistencias a esta iniciativa.

A su juicio, es Argentina quien tiene el mayor interés -y la posibilidad de recursos- en un proyecto de esta envergadura. Este país sería el "socio normal" de Uruguay, considera. Abreu señala que Brasil despliega "la política de los paralelos, no la de los meridianos", es decir, que subsidia las cargas hacia sus puertos atlánticos e, incluso, los de Rondonia o Matto Grosso, cuyos productos tendrían una salida natural por la Hidrovía.

Sin embargo Abreu estima que hay que dar la lucha por este puerto de ultramar -un hub que atienda a los actuales megacarriers que se emplean para abaratar los costos del flete, con calados superiores a los 40 pies- para que Uruguay "sea un país bisagra" y no el "Uruguay Gibraltar". Es, a su juicio, lo que completa el desarrollo del puerto de Montevideo, los puertos del litoral y su relación con la Hidrovía Paraná-Paraguay.

Para Abreu la movida de Mujica de agitar en la región el puerto de aguas profundas es "una pulseada geopolítica fuerte" que "va a generar el nerviosismo brasileño".

En el gobierno no se tiene esta lectura y se estima que este tipo de enfoques son de "geopolítica antigua". Fuentes oficiales que pidieron reserva de su nombre dijeron a El País que Brasil tiene interés en un puerto de este tipo en Uruguay.

"El crecimiento de Brasil es tan grande que no le va alcanzar ninguna infraestructura. La alternativa de un puerto eficiente y razonable a 100 km de su frontera puede ser de interés de Brasil. Es un tema económico", se indicó.

Por su parte, el experto en logística y transporte y ex presidente de la Administración Nacional de Puertos bajo la administración de Luis Alberto Lacalle, Eduardo Álvarez Mazza tampoco estima que Brasil sea una traba si se trata de una terminal competitiva.

"Los grandes armadores necesitan más de un puerto hub en la misma línea para flexibilizar su programa de navegación; si no toca uno toca el otro, como ocurre en los grandes puertos hanseáticos", indicó.

Para el ex canciller y ex secretario general de Aladi, Didier Opertti lo que está planteado, por ahora es una "obra multinacional estatal" mientras que las experiencias existentes, como la represa de Salto Grande o los puentes que unen Uruguay con Argentina son obras binacionales que se basan en tratados generados a iniciativa del Poder Ejecutivo y con una aprobación posterior en los respectivos parlamentos.

"En el Mercosur no hay disposiciones que prohíban este tipo de acuerdos pero tampoco hay disposiciones que los prevean", observó.

"En derecho internacional lo que no está previsto no existe; habría que crearlo", apuntó.

A su juicio, para que el Mercosur o una parte de los países del bloque hagan un acuerdo de infraestructura "es necesario un tratado".

Opertti observó asimismo que Brasil "ha sido renuente en aceptar iniciativas que puedan volcar la cuenca del plata más arriba de su influencia natural".

No obstante, para Opertti es clave contar con la aquiescencia de Brasil en un proyecto de este tipo.

"No podemos hacer ninguna movilización sin un guiño de aprobación de ellos. No olvidemos que le exportamos 1.100 millones de dólares. Es el socio mayor del Mercosur", advirtió.


fuente: Alejandro Nogueira/El País Digital