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Viernes, 28 Mayo 2010 00:48

Julio Bocca: “Siempre me volqué a hacer cosas difíciles”

por En Perspectiva, El Espectador
El 24 de marzo pasado, el ministro de Educación y Cultura, Ricardo Ehrlich, adelantó que el maestro Julio Bocca sería designado director artístico del Ballet Nacional del Sodre.


La noticia sorprendió a mucha gente. Se trataba de una apuesta fuerte, que involucraba a una figura de renombre internacional.

A dos meses del anuncio, entrevistado por En Perspectiva, el bailarín argentino compartió sus planes para el cuerpo de baile que ahora conduce. “Mi proyecto es llevarlo al nivel que tenía antes y exportarlo, que Uruguay tenga una compañía de ballet que se pueda llevar al extranjero”, manifestó.

EMILIANO COTELO:
“La danza es disciplina, es trabajo, es enseñanza, es comunicación. Con ella nos ahorramos palabras que tal vez otras personas no entenderían y, en cambio, establecemos un idioma universal que nos es familiar a todos. Nos da placer, nos hace libres y nos consuela de la imposibilidad que tenemos los humanos de volar como los pájaros, acercándonos un poco al cielo, a lo sagrado, a lo infinito. Es un arte sublime, diferente cada vez, que se parece tanto a hacer el amor que al finalizar cada representación nos deja el corazón latiendo muy fuerte y esperando con ilusión la próxima vez.”

Estas palabras pertenecen al maestro Julio Bocca, fueron escritas por él a pedido de la UNESCO para conmemorar el Día Internacional de la Danza 2010, que se celebró el 29 de abril pasado.

Así es como siente la danza este bailarín argentino que desde hace dos años reside en Montevideo y que el mes pasado aceptó el desafío de dirigir el cuerpo de baile más importante de Uruguay.


“Me siento como un niño con juguete nuevo. Tengo las mismas emociones que cuando uno empezaba a estudiar danza y empezaba sus primeras funciones. Estoy poniendo muchas cosas de mí que me gustan, que me dan placeres. No me gusta ver un teatro que esté parado, no me gusta ver un ballet que no pueda tener funciones. No me gusta ver que los jóvenes no tengan posibilidades”.

(Fin.)

EC - Vamos conversar con Julio Bocca, para conocerlo más en profundidad, pero también y sobre todo para saber cuáles son los objetivos, los planes en su nuevo cargo como director del Ballet Nacional del Sodre.

Julio Bocca inició las clases de ballet a los cuatro años. A los siete ingresó en la Escuela Nacional de Danza y un año después al Instituto Superior de Artes del Teatro Colón. Entró a la Compañía de Ballet de Cámara del Teatro Colón en 1981, cuando tenía 14 años. Debutó como solista en 1982 en el Teatro Teresa Carreño de Caracas, a los 15 años. En 1985, con tan solo 18, ganó la medalla de oro en el Concurso Internacional de Ballet en Moscú, y en 1986 fue invitado al American Ballet Theatre por Mikhail Baryshnikov. En 1990 creó su propia compañía, el Ballet Argentino. Hace relativamente poco, en 2007, con 40 años, se retiró de los escenarios con un espectáculo majestuoso en la avenida 9 de Julio en Buenos Aires, ante 300.000 personas. El 24 de marzo pasado, el ministro de Educación y Cultura, Ricardo Ehrlich, anunció que Julio Bocca iba a ser designado como director artístico del Ballet Nacional del Sodre.

EC - Rosario Castellanos también está acá. Con la danza tiene una pasión de añares.

ROSARIO CASTELLANOS:
Absolutamente, tan pareja como la del periodismo.

EC - Julio, si bien tu nombramiento como director del Ballet Nacional del Sodre sorprendió a mucha gente, después tú comentaste que hace dos años ya te habían ofrecido este cargo. ¿Cómo fue?

JULIO BOCCA:
Hace dos años, cuando empezamos a hablar, yo personalmente no me sentía tan preparado, no me sentía seguro de mí mismo como para tomar la dirección, y porque no me aseguraban las cosas que yo planteaba, la forma en que yo quería trabajar, las necesidades. Además era el final de una presidencia, y siempre en los finales hay cambios, no estaba nada claro, entonces preferí no aceptar y lo dejé pasar.

EC - ¿De quién había sido el ofrecimiento?

JB - El ofrecimiento fue del en ese momento presidente del Sodre.

EC - De todos modos, en esos tiempos y en estos años, tú te has mantenido en contacto con el Ballet del Sodre, has contado que desde que vives en Montevideo cada tanto ibas y tomabas clases con ese elenco. ¿Cómo es eso?

JB - Sí, después de mi retiro me desconecté de todo lo que era la danza, el espectáculo, necesitaba mis tiempos. Y de a poco me empecé a conectar, quería empezar a tomar clases de nuevo, a moverme un poco con la danza. Y pedí permiso para trabajar y tomar clases con el Ballet Nacional.

EC - ¿Qué quiere decir “tomar clases”?

JB - Es hacer mi precalentamiento, mis ejercicios diarios, que uno hace desde cuando empezó a estudiar hasta el día en que se retira, todo bailarín lo tiene que hacer. Es como tomar el desayuno, tomás tu desayuno todos los días, es eso.

EC - Entonces a los integrantes del cuerpo de baile del Sodre los conoces bien de esa convivencia.

JB - Sí, a la mayoría los conozco, no a todos. Había estado trabajando con ellos y veía la situación que estaban pasando, poco a poco me fui relacionando más y me volvieron las ganas de estar en el medio, de aportar lo que uno aprendió durante tantos años. Hace un tiempo fui a Nueva York invitado por el American Ballet a trabajar con las primeras figuras y los solistas de allá, y eso me hizo sentir personalmente seguro de que sirvo para esto.

EC - Fue como una prueba.

JB - Fue como una prueba.

EC - Una prueba más.

JB - Sí, no es que uno pueda dirigir, dar clases, coreografiar, tenés que tener algo especial y tenés que estar seguro de lo que estás haciendo. Acá –en Argentina, en América del Sur– siempre tenés que dar examen, siempre tenés que dar explicaciones, tu palabra nunca sirve. Entonces uno se siente inseguro, vos decís algo y “bueno, veremos si se puede”, “veremos si es verdad”. Uno se va encerrando.

Cuando fui a Nueva York me propusieron trabajar con las primeras figuras, estaban todos contentos, hubo una buena relación, después me ofrecieron ser el director artístico de un concurso internacional en Nueva York, entonces dije: lo que yo digo vale, es en serio, me tienen respeto. Y dije: sí, voy e intento tomar la dirección.

EC - ¿Ya te habían vuelto a hacer el ofrecimiento ya instalado el nuevo gobierno del presidente Mujica?

JB - No, en ese momento me pedía Grieco, estábamos hablando.

EC - Gerardo Grieco, director del teatro Solís, con quien tienes una relación de hace años.

JB - En una época íbamos a hacer una compañía de ballet en el Solís. Le dije que me sentía seguro y tenía ganas de remontar la propuesta que me habían hecho una vez, y pedí una reunión con el presidente del Sodre y el ministro de Educación y Cultura, a quien ya conocía. Nos reunimos todos, de ahí salió la propuesta, yo dije que sí, que ya me sentía seguro, y el ministro dijo “voy a llamar al presidente”. Eso fue un viernes y el martes ya teníamos la reunión, el presidente me recibió, me agradeció, me propuso y empezamos a trabajar.

EC - Es interesante la historia, porque en estos meses la iniciativa fue tuya, a partir de una invitación que habías tenido antes pero habías considerado que no estabas en condiciones de aceptar. Ahora dijiste “estoy pronto”.

JB - Sí, y con el apoyo presidencial.

EC - Te recibieron con los brazos abiertos, supongo.

JB - Totalmente, y sabiendo la forma como yo trabajo, la forma como yo quiero trabajar.

EC - Ese es un detalle importante. ¿Cuáles eran las condiciones que estaban detrás de tu decisión de aceptar ahora?

JB - Las condiciones eran tener la libertad de formar un ballet, de traer el Ballet del Sodre al 2010 en el sentido de la formación técnica, la formación física, el repertorio que hay que hacer, todo un cambio que hacía falta. Sobre todo también una libertad clara en cuanto a cuánto presupuesto voy a tener para trabajar.

EC - Ese sí que es un punto delicado.

JB - Eso lo maneja el Sodre, yo me estoy dedicando a programar toda la parte artística. Este período es una cuestión de unión y de cambios, unidos, pero con esa libertad de decir “llamo a [Natalia] Makarova para pedirle que venga a montar ‘La Bayadère’”, hablar con Jorge Drexler, a ver si hace una música, etcétera. No tener que pedir a cada momento una autorización para saber si puedo o no. Yo no puedo manejarme así, el arte no se puede manejar de esa forma. Hoy llamás y tenés un coreógrafo que te puede venir dentro de tres años, yo lo tengo que confirmar ahora, no puedo esperar a que me den la autorización, porque quizás por esa semana o ese mes que pasó ya pueda en 2014.

EC - ¿Una autorización como esa no depende también de la disponibilidad de recursos? Por ejemplo esta artista que acabas de mencionar y a quien te interesa invitar para que dirija una coreografía, cobra, ¿o no?, ¿o tus contactos y tus relaciones públicas van facilitar algunas de esas venidas?

JB - Hasta ahora están viniendo todos por mi nombre, por quien soy, por el contacto que tengo, por el conocimiento que tienen de mí en cuanto al trabajo, la responsabilidad, la disciplina. Hasta ahora es todo así, hay gente como Makarova, que primero tiene que ver la compañía, la mayoría de los coreógrafos tienen que ver la compañía antes de aceptar si montan una obra. Muchos de estos están aceptando sin conocer a la compañía.

EC - Qué responsabilidad la tuya.

JB - Es una responsabilidad, y ellos saben que yo tengo esa responsabilidad. Yo siempre digo: yo quiero trabajar feliz, quiero trabajar alegre, quiero que todos nos divirtamos; si no hay un trabajo de esa forma, me voy a mi casa, sigo tomando mate tranquilo, no tengo ningún problema. Si empieza a haber problemas yo no voy a estar. Me va a dar lástima porque es un teatro maravilloso, falta terminarlo, está la sala pero el resto no está terminado, tiene cuerpos artísticos dentro, tiene cuerpos técnicos que hay que empezar a usar; cuesta mucho más mantener ese teatro de esa forma que terminarlo y que las cosas empiecen a funcionar.

EC - Tú atas una cosa con la otra. El cuerpo de baile del Sodre con el Auditorio Nacional Adela Reta, ese magnífico edifico que se inauguró a fines del año pasado pero que todavía no está terminado.

JB - Faltan las salas, faltan detalles que hay que terminar. Es como el Colón, en el Colón se inauguró la sala y también falta terminar el resto.

EC - ¿El Auditorio fue para ti una pieza importante en el proceso de toma de decisiones, el hecho de que existiera un complejo como ese en Uruguay?

JB - Sí, porque tenemos un lugar físico donde trabajar. Es imposible trabajar sin un lugar físico con las condiciones necesarias.


RC - Yo quería preguntarle a Julio, dado que por lo visto ha superado las trabas burocráticas, que por lo general son muy pesadas, cómo encuentra ahora al cuerpo de baile del Sodre, que hace años estaba muy dejado de lado, muy aletargado, muy sin incentivos para mejorar. ¿Cómo cayó tu nombramiento?, ¿qué sensación tuviste con respecto a la reacción anímica de los bailarines?

JB - Maravilloso, una de las primeras cosas que me dijeron fue: “Ahora por lo menos se habla de ballet”. Esa fue la primera reacción. En parte tienen razón, porque siempre hacían espectáculos y nunca se sabía cuándo bailaban, dónde, qué hacían.
EC - Las historias son terribles, ellos cuentan que han debido cancelar espectáculos porque no llegaba a tiempo la compra de zapatillas, por ejemplo.

JB - Totalmente, aparte siempre están luchando hasta el último momento y muchas veces las funciones aparecen de golpe porque algo se cayó, entonces el ballet está para llenar el hueco. No en todos, pero en una parte de los teatros primero está la orquesta, después el coro y después el ballet. El ballet siempre tuvo que luchar con muchas cosas. En este momento más o menos 15 de la plantilla están activos, están bailando, están bien; les faltan funciones, les faltan un trabajo coherente, horarios de trabajo, porque es imposible, no existe en el mundo que una compañía de ballet trabaje de 10 a 15 horas. Es una de las cosas que cambié, a partir del 1º de junio se va a trabajar de 10 a 17 horas. Todo lo que pasa está relacionado con el manejo que se hacía, sin incentivos, sin producciones nuevas.

RC - Solo 15 bailarines…

JB - ...La otra parte, la mayoría pasa los 45 años, la edad de estar en forma y trabajar.

RC - No es un detalle menor que esos que pasan la edad además ocupan los cargos más altos, por lo tanto también tienen las retribuciones más altas y de alguna forma taponean la carrera de los bailarines más jóvenes. Porque 15 son muy pocos para un cuerpo de baile.

JB - Son muy pocos.

RC - Con una mayoría de mujeres, además.

JB - Casi siempre había contratos por temporada para el período de funciones. Yo hice el otro día una audición y quedaron 17 varones y 18 mujeres, más los 15 que tengo; va a ser un plantel bastante interesante para empezar a trabajar un repertorio en algunas cosas nuevo y con otras ya hechas, pero con otra forma de trabajo.

EC - Contanos a propósito de estas audiciones, la primera de las cuales tuvo lugar esta semana. ¿Cuál es el plan?

JB - Fue muy interesante, se presentaron casi 95 personas.

RC - De nivel internacional, además.

JB - Vinieron de México, Chile, Brasil, Venezuela, Paraguay, Argentina y por supuesto Uruguay.

EC - ¿Eso ocurría hasta hace poco en otras audiciones del Sodre?

RC - Hace poco no, pero hace un tiempo sí. La gran inyección que tuvo el Sodre en su momento fue de argentinos.

EC - ¿En qué año fue eso?

RC - Hace muchos, demasiados años.

EC - Pero últimamente, ¿qué pasaba?

RC - Salvo contratación de maestros, coreógrafos o repositores, aparecieron algunos bailarines, también argentinos, que todavía están. Luego quedaban o se iban, pero hacía tiempo que no se hacía una audición con esta apertura.

EC - ¿Y la respuesta se asocia al hecho de que tú eres ahora el director del Ballet Nacional del Sodre?, ¿eso influye?

JB - Sí, y creo que podría haber sido mucho más, pero el Sodre no tiene un buen nombre relacionado con el trabajo, entonces es bastante difícil, hay uruguayos fuera que yo quería que volvieran, hay muchos uruguayos que estudian, que al no tener una posibilidad se tienen que ir. Yo quería que volvieran, y la respuesta es siempre: “Pero ¿se va a trabajar?, ¿se va a poder hacer producciones?, ¿va a haber una cantidad de funciones?, ¿va a haber una cosa seria de trabajo?”. Hasta que no vean ese cambio va a ser muy difícil.

EC - ¿Las retribuciones son atractivas para alguien que viene de fuera?

JB - El bailarín contratado va a cobrar 20.000 pesos.

EC - ¿Líquido o bruto?

JB - Son 20.000 pesos más el IVA. Van a estar contratados como unipersonales, como empresas. Es un buen sueldo.

EC - Son 1.000 dólares.

JB - Sí, andá a trabajar y vivir afuera. Tienen un buen sueldo, sobre todo para un comienzo. La idea es seguir aumentando. No sé cuál es el sueldo mínimo de una persona en Uruguay, pero me parece un buen sueldo para empezar.

EC - ¿Cuál es tu proyecto para el Ballet Nacional del Sodre?

JB - Mi proyecto es llevarlo al nivel que tenía antes y exportarlo, que Uruguay tenga una compañía de ballet que se pueda llevar al extranjero. Ya tengo llamados de España y de Italia, que están interesados, y ya estoy hablando de producciones para 2013 y 2014. La idea es que las producciones también se hagan acá, no siempre contratarlas. Una de las primeras producciones que se van a hacer acá va a ser “Cascanueces”, el año que viene, en conjunto con Bosquimanos Koryak. Este año estamos haciendo “Giselle”, vamos a hacer “El lago de los cisnes” a fin de año, en el medio vamos a hacer un programa mixto que va con “Nuestros Valles” y “Doble Corchea” de Vicente Nebrada, María Inés Camou y Marlene Lagos van a remontar el “Acto III de Raymonda”. Está viniendo Sara Nieto para montar Giselle, Raúl Candal está viniendo para montar “El lago de los cisnes”. El año que viene abrimos con “Un tranvía llamado deseo”, de Mauricio Wainrot. Luego haremos “Corsario completo”, de Anne Marie Holmes, la misma producción que se hace en el American Ballet. Y a fin de año la producción de “Cascanueces”. Luego programa mixto con obras de Balanchine, de Oscar Araiz. Está esta nueva producción con música de Jorge Drexler, que va más al candombe. Para 2012 vamos a abrir con “Bayadera”, luego estoy entre “La Sílfide” de Bournonville, vendría Frank Andersen a montarla, y quiero traer “La viuda alegre”, de Ronald Hynd, y de ahí en más estoy con una producción de “Cerezo”, que es el director de “La fura dels baus”, de España, que quiere hacer algo para el ballet y me propuso hacer “Romeo y Julieta”.

EC - Ya has avanzado mucho en la programación, y con nombres muy interesantes en juego.

RC - Les aseguro que va desde lo más contemporáneo y más moderno hasta lo más absolutamente clásico, y para eso se necesitan bailarines que lo puedan hacer, porque hay compañías que hasta en su formación son más aptas para unas cosas que para otras, pero tú estás pensando en una compañía a la que hay que reformar desde su propio entrenamiento y de esa clase que se realiza todos los días para aportar técnica a los bailarines que de pronto en nuestro ballet no se hacía, no se ejercitaban.

JB - El 14 llega Wilhelm Burmann, que fue mi maestro durante 20 años, que fue solista y primero del Ballet de Stuttgart, luego del New York City Ballet; es un alemán, con esa disciplina que tienen los alemanes, ese rigor. Va a venir por dos semanas. Es un maestro con el que toman clases desde Cynthia Gregory hasta todas las figuras de la Ópera de París o del Royal, van a Nueva York especialmente a trabajar con él. Es el camino que yo quiero tomar en cuanto a la enseñanza, al estilo de trabajo. También he hablado con Malbel Silveira, la directora actual de la Escuela Nacional, porque me gustaría que venga a ver, también los maestros de la escuela, para unificar la enseñanza.

RC - Que la Escuela de Danza quede automáticamente conectada, de forma que sea el primer semillero.

JB - Que sea el primer semillero y que salgan los bailarines de la Escuela Nacional de Danza, para algo está la Escuela Nacional.

RC - Que salgan formados de determinada manera.

JB - Unificar la enseñanza, porque uno de los problemas que a veces se tiene en nuestros países es que cada maestro enseña por su lado. No significa que sea bueno o malo, sino que uno un brazo lo pone un poco más arriba, otro un poco más abajo. Después cuando entran en una compañía de ballet hay que unificar todo, cuando un cuerpo de baile está todo parejo es porque viene con una escuela unificada. Mi intención es hacer eso, unificar esa escuela para que en un futuro no muy lejano tenga su primaria, cosa que los chicos puedan educarse y estudiar lo que les gusta en un mismo sector.

EC - Uno de los principales éxitos de tu carrera fue que lograste acercar la danza a la gente, hacerla popular. Por ejemplo, fue muy importante lo que hiciste con el tango en Argentina, con la revalorización de la danza del tango, que identifica tanto a los argentinos en el mundo. Por lo visto, por algunos de los ejemplos que manejaste recién, estás pensando en hacer algo parecido acá en Uruguay.

JB - Sí, estamos empezando a organizar la gira nacional. Ayer pasó uno de los presidentes de la Asociación Rural y propuso hacer un espectáculo en la Rural en setiembre, en la Expo Prado. La idea es hacer una función ahí, creo el 20 de setiembre, el día del cierre, el domingo. Una función para la gente, bien popular. Quizás con eso y con las intendencias y con los caudillos de las zonas de todo Uruguay hacer la gira nacional con el ballet. La idea es que gente del campo que nunca tuvo posibilidad de ver un espectáculo de ballet pueda verlo.

EC - Decías recién que en uno de los espectáculos, “Cascanueces”, vas a trabajar con Bosquimanos. Ahí vas a mezclar danza con un grupo que se dedica a los títeres y al teatro negro, que ya tiene mucha penetración, especialmente en público joven y de niños en Uruguay.

JB – “Cascanueces” es una obra que se hace en todas partes del mundo en diciembre, porque es la Navidad, es para los chicos, es algo familiar. Mi idea es tener una producción propia, que el ballet vaya teniendo su propio repertorio, y que venga gente de otras partes a ver específicamente ese “Cascanueces”, que sea un “Cascanueces” que solo se pueda ver acá. En la mayoría de los grandes ballets hay mucho teatro, y “Cascanueces” es un ballet con mucho teatro, hay una parte de teatro en el primer acto que es maravillosa. Yo me imaginaba tener el elenco de ellos con teatro negro, hacer todo lo que es teatro en teatro negro, y mantener la parte clásica, la parte bailada como original. También hablé con Baryshnikov, porque en una época mi idea era traer la producción de él, pero él no quiere saber más nada con esa producción porque no le gustó. Entonces nadie tiene esa producción, no la va a tener nadie, pero me dio la libertad de usar ideas de su obra, que para mí es uno de los “Cascanueces” más lindos, más entendibles, más cálidos, más musicales. Usar ideas de esa versión, que no las tiene nadie, y juntar todo eso con una obra que es maravillosa, con una música de Tchaikovsky que es espectacular, y que todos los diciembres se pueda hacer para los chicos la función de Navidad.

EC - ¿También va en la dirección de hacer a la danza más popular el proyecto que estás preparando con Jorge Drexler?
B - Justamente, la idea es hacer todo.

EC - ¿Es un proyecto basado en candombe?

JB - Esa es la idea, llevarlo al candombe, que es algo uruguayo, el tango también. Me pareció algo más alegre, algo diferente. Pero como el tango ya está muy usado en el mundo, usar algo que no está muy usado. Por eso me pareció algo lindo relacionado con una obra de media hora que represente también a la compañía con el candombe.

EC - ¿Cuándo va a estar preparado, pronto?

JB - El año que viene, calculo que él va a venir a trabajar la música, me dijo que quería venir a Uruguay a trabajar con músicos de Uruguay. La idea es que sea una orquestación sinfónica, es un desafío también para él, está muy contento con eso.

RC - Esta forma de darle otra visibilidad al ballet en general como disciplina, de llevarlo al interior, al medio del campo, tiene otra vertiente, que es lograr gente para que baile, no solo espectadores de ballet sino también gente que pueda descubrir que es una carrera a realizar en la cual se puede triunfar y lucir como lo hiciste tú. ¿Está pensado eso? ¿Hay una manera de captar voluntades para que la gente baile, sobre todo entre los varones, que es tan difícil?

JB - Sí. Me llegó una cantidad de mails del interior agradeciendo que había nombrado al interior cuando asumí. Eso me emocionó mucho. Y además uno sabe que también en el interior, como acá, la mayoría de las nenas estudia danza; que después no sigan es otra cosa, pero empiezan a estudiar danza. Entonces hay una cultura de la danza; quizás haya más para las mujeres que para los varones. Yo voy a donar parte de mi sueldo específicamente para que varones que quizás no tengan la posibilidad económica vengan a estudiar a la Escuela Nacional de Danza, si tienen talento becarlos, pagarles el transporte, la comida, que también el hombre vea que es una fuente de trabajo, una fuente para vivir, una fuente de comer, que es algo maravilloso, sobre todo si le gusta el arte. Lo lindo de esto es que es un arte que abarca todo, desde el movimiento a lo visual, la música, lo auditivo, todo. Dar esa posibilidad. Y cuando uno va al interior a hacer funciones populares mostrar que ellos pueden elegir, que no es que uno les estipule qué tienen que vestir, qué tiene que saber, etcétera. Eso después va a ir en cada uno, pero que tengan la posibilidad.

***

EC - Te leo algunos de los mensajes que han llegado de la audiencia. Elena de Pocitos: “Gracias, maestro, por estar aquí”. Alberto: “Me da mucho orgullo como uruguayo que Julio nos haya adoptado como país. Le mando un abrazo”. Carlos de Mercedes: “Impresionante y conmovedor esto, la sencillez de Julio. Qué falta que nos hace”. “Pregúntenle por qué eligió Montevideo para vivir y no Buenos Aires”. “Julio, es un honor tenerte en el país y en el Sodre”. Daniel: “No entiendo de ballet y tenía ciertos prejuicios, pero al escuchar el entusiasmo de Julio, eso me convoca a apoyarlo. Ojalá que pueda, por el bien de todos”. José Luis: “Es un lujo tener a Julio Bocca en el Sodre, hago votos para que se logre también el desarrollo de la Escuela Nacional de Danza en sus tres ramas, ballet, tango y folclore, tan olvidado por el ministerio”. “Hola, yo no entiendo nada de ballet ni danza, pero agradézcanle a Julio por todo lo que hace y planifica. El pescador de Nueva Palmira". “Gracias. Julio”.

Y podría seguir.

JB - Muchas gracias.

EC - Qué compromiso.

JB - Es un compromiso, pero ven cómo hay gente que no entiende de ballet pero escucha y se acerca. Ya eso es un adelanto.

RC - Y se va a animar a ir.

JB - Se va a animar a ir, eso es lo lindo.

EC - La pregunta que sobrevuela buena parte de estos elogios y estos agradecimientos es: ¿por qué tú, con la carrera que tienes detrás, al haberte retirado y estando en condiciones de elegir muy diversas formas de ocupar tu tiempo, decides meterte en este “lío”?, ¿por qué dirigir para rescatar el Ballet Nacional del Sodre, para llevarlo a un nivel competitivo, incluso para convertirlo en un elenco de exportación, como decías? ¿Por qué acá?

JB - Porque me gustan los desafíos, y no me gusta que las cosas sean fáciles. En mi carrera siempre me volqué a hacer cosas difíciles, complicadas. Y sobre todo si uno puede ayudar, yo estoy viviendo acá desde hace dos años, y también es lindo ir a tu trabajo, ayudar, mostrar, devolver todo lo que aprendiste a tu gente, y volver a tu casa, volver a tu cama, a tu baño, ir a tu supermercado, todas esas cosas necesarias.

EC - Hay un punto de partida que es el hecho de que tú decidiste instalarte acá, vivir acá.

RC - Y lo llama suyo.

EC - Te gusta mucho, viviendo acá, trabajar acá, no tener que estar yendo y viniendo.

JB - Yendo y viniendo, como hice 27 años de mi carrera profesional, a veces lo único que pasaba en mi casa era 80 días al año, el resto era hoteles. Es algo que siempre tuve ganas y que ahora lo puedo hacer, sobre todo con este desafío que es volver a ayudar al ballet, y, sobre todo, como vengo diciendo, como lo dije en la UNESCO, en París, voy a seguir intentando ayudar a que el ballet se siga respetando, se siga manteniendo, no solo acá sino en América Latina, que tenga el nivel que tiene que tener, ya que tenemos buenos maestros, tenemos buenos bailarines. Ya que soy un hombre público, un hombre conocido, un hombre que ha representado a América Latina y a Argentina por el mundo, aprovechar todo eso para que la danza, sobre todo la danza, que es lo que más me importa, se respete.
EC - Silvana de Malvín te pregunta si has conseguido apoyo de empresas públicas y privadas para reforzar el presupuesto del Ballet del Sodre.

JB - Sí, por suerte ya tengo tres empresas que son platino dentro de los sponsors, la primera fue Buquebus, la segunda fue Pronto y ayer aceptó el Banco República con la intención de tener continuidad. También he hablado con ANCAP, que también estaba muy interesada en hacer un proyecto mucho más largo.

EC - Hay un factor muy importante en tu proyecto, que es que el Ballet Nacional del Sodre tenga otro tipo de apoyos para que su presupuesto pueda volar.

JB - Para que pueda volar y se puedan hacer las producciones que se merece un teatro, que se merece la gente, la gente paga sus impuestos para mantener un teatro, que se le devuelva algo de categoría. Con empresas privadas se puede ayudar, se pueden traer estos maestros extranjeros, se puede organizar para salir afuera. No olvidemos que mundialmente la economía está difícil, muchos festivales han bajado su presupuesto, en muchos lugares han bajado el presupuesto de los artistas, porque ya no pueden pagar eso, entonces hay que acomodarse a todo. Y si uno quiere salir también se tiene que acomodar, no puede exigir un montón de cosas. Es exigir y quedarte en tu casa o viajar, hacer lo que te gusta, que es bailar, poder hacerlo.

***

EC - Suerte.

RC - La va a necesitar.

JB - Eso me dicen mucho: “Dónde te metiste… ¡Suerte!”.

EC - Suerte con apoyo, además. A las órdenes.

JB - Vamos a venir con los bailarines, quiero que conozcan a los bailarines, no que la compañía sea yo solo. Ya se van a enterar de las producciones que se van a hacer, cuándo y todo.

***

fuente: espectador.com/transcripción: María Lila Ltaif