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Domingo, 04 Julio 2010 20:44

Machu Picchu mundial

por Sergio Antonio Herrera, desde Cusco
Originalmente,luego de Lima, este fin de semana estaba previsto pasarlo en Angra dos Reis. La postergación del Congreso de la asociación de periodistas brasileños de turismo, hizo que decidiésemos, luego de varias visitas a Perú,en esta, "subir" por primera vez a Cusco para llegar a Machu Picchu.


La coordinación del viaje no fue nada fácil pero como siempre, cuando las cosas deben darse, apareció un gran aliado en el camino, la gente de HADA TOUR OPERATOR www.hadatouroperator.com y de la mano de una tan simpática como eficiente Vanessa Ríos, pudimos ir armando el rompecabezas que es, sin dudas, llegar hasta una de las siete maravillas del mundo.

Partimos el viernes bien temprano desde el Sonesta Hotel El Olivar (lugar que merece una nota aparte y la publicaremos en breve), hacia el aeropuerto Jorge Chavez de Lima,  para abordar el vuelo de LAN Perú que partió a las 9.25 en un cómodo Airbus 319, donde tomamos el mate de coca sugerido para la altura, segunda acción preventiva ya que en el propio aeropuerto habíamos ingerido la primera Sorojchi, la cápsula "contra el mal de altura"(una cada ocho horas).

Un vuelo perfecto, de poco menos de una hora, nos depositó en destino.

A la llegada, mientras no nos daban los ojos para admirar tanta belleza paisajística, desde el maletero que nos atendía, hasta la recepcionista de la agencia, nos aconsejaban calma, caminar pausado y sin decirlo, en la práctica, eliminaron toda posibilidad que cargásemos siquiera el equipaje de mano.

El Hotel Eco Inn, en la principal Avenida del Sol, frente mismo al Mercado Artesanal (peligro latente para el bolsillo, más cuando uno viaja con la esposa), nos brinda todo lo que se requiere en cuanto a confort para un sitio como este.

Dejamos el equipàje y de inmediato fuimos a las oficinas de Peru Rail a comprar los pasajes para el día siguiente. Ciento cuarenta y dos dólares la ida y vuelta cada uno para VistaDome, con salida de Porhoy a las 6.53, estimando el arribo a Aguas Calientes o Machu Picchu Pueblo, a las 10.30 para continuar en bus y llegar a la entrada del Parque Nacional Machu Picchu a las 11.10; faltaba comprar los ingresos al parque: unos 50 dólares por persona ("¿querés Machu Picchu? pagáaa")

"Señor Herrera, si usted prefiere, yo le compro los ingresos y el repelente y mañana, cuando le venimos a buscar le traigo todo y bueno, dentro de un rato, a las 13.30 lo pasamos a buscar para el City Tour...", nos dijo Mary con la más absoluta lógica profesional y sin tener la obligación de suponer siquiera que yo a esa hora, tenía otro programa.

¿En que cabeza de un ser humano común podría caber la duda que un periodista de turismo que llegaba a Cusco por primera vez se negara a realizar el City Tour y Sacsayuaman?...

Por la diferencia horaria con Perú, las 13.30 era la hora de inicio del partido por cuartos de final de la COPA FIFA 2010 de Uruguay ante Ghana.

La vida me ponía ante la disyuntiva de optar por dos acontecimientos rarísimos, ver a Uruguay en una instancia a la que no accedía hacía 40 años o ver algo que no había visto en toda mi vida.

No sé si habrá sido que siempre me prometo volver a todos los sitios que me gustan o que simplemente, primó la pasión sobre la razón, o que, realmente, Yoselin me dio la coartada perfecta luego que a su vez, también dudó mucho, me dijo:  "no te preocupes mi amor, yo voy al paseo, saco fotos y después te cuento para que vos escribas...", golazo de mi esposa.

Fuimos a almorzar a las 12 de aquí (las 14 de Uruguay) y cuando ingresábamos al restaurante nos dijeron: "disculpen, estamos aprovechando para hacer una limpieza a fondo, si no tienen problemas, pueden pasar al bar donde pusimos una pantalla gigante para ver el mundial..." (sin saberlo, los astros continuaban alineados).

Marcharon dos brochetas mixtas y mi esposa se fue y quedé solo, con el joven barman detrás de la barra, a mis espaldas, para ver el match.

No podía creer el comienzo, Ghana no pasaba la mitad de la cancha, o sea, lo que nos ocurría siempre antes a nosotros y pensé: "¡están en el horno, qué papita!!", revelando de ese modo mis amplios conocimientos futbolísticos.

La hago corta, cuando terminaba el primer tiempo y nos embocaron, casi me muero y escucho a mis espaldas: "goooool" seguido de palmas...giré incrédulo mi cabeza y vi el rostro del barman que no entendía, como con mi mirada, podía haberme acordado tanto de su familia. Obviamente, me levanté y me fui a la habitación.

La FIFA no puso los sensores en mi cuarto, de lo contrario, seguramente debería haber registrado que sólo en el segundo tiempo caminé más que el Ruso Pérez y Arévalo Ríos juntos.

Hablé solo durante todo ese tiempo, hice todas las cábalas posibles y grité como un loco cuando pateó Abreu el último penal: "la picó, el loco la picó, Uruguay nomá" y bajé, raudamente al bar y a la vez que pedía un Red Label con papitas chips para festejar, no pude con el genio y le dije al barman: "¿estás triste? perdió tu equipo...", sin poderme ver pero seguramente, con esa cara de soberbios que tienen los ganadores (ganadores!!!)y el chico sin saber donde meterse dijo: "no señor, no fue a propósito, fue la emoción del gol.."...andaaaaaá.

Fuimos a cenar al centro, frente a la Plaza Mayor y sinceramente, tuvimos reminiscencias españolas, visiones de Toledo al ver las estrechas callecitas y la construcción y los balcones  y los negocios en las pasivas como en la homónima madrileña y comimos con música de fondo donde la quena era protagonista.

Llamado a las 04.30, desayuno a las 5, con la cabeza embotada y los oídos tapados hasta la correspondiente Sorojchi y el mate de coca y el llamado para ir hasta el lobby "lo buscan de la agencia".

"Señor Herrera, sentémonos aquí así le explico todo. Le saqué fotocopia de sus pasaportes, llévelas consigo y guarde los documentos en la habitación; aquí le engrampo sus pasajes de ida, junto a los pasajes de bus y las entradas al parque, aquí tiene el voucher para el almuerzo, aparte le quedan los pasajes de regreso. Ahora le llevaremos hasta la estación de Porhoy donde ustedes subirán al tren que sale a las 6.53, cuando lleguen a Aguas Calientes caminen unos 5 minutos hasta llegar adonde están los buses que los llevarán por una ruta en Zig Zag hasta la entrada a Machu Picchu, allí verá que hay varios guías con carteles con los nombres de los pasajeros que esperan pero si no ve el suyo pregunte por Aldo Serrano, el será vuestro anfitrión en el Parque y los guiará durante dos horas, lleven abrigo exterior para ahora y para el regreso en la noche,  pero lleven ropa liviana para estar cómodos durante el día, el sol calienta mucho. Cuando regresen, el bus les dejará en la puerta del Hatuchay Tower en Machu Picchu Pueblo o Aguas Calientes, el restaurante donde tienen un almuerzo buffet y luego, caminan unas cinco cuadras hasta la estación para tomar el  tren de las 16", nos explicó Mary.

Llegamos a Porhoy luego de recoger a otros pasajeros por los hoteles y la novedad: "señores hay un cambio de programa, anoche se produjo un derrumbe a poco más de 40 kilómetros y se llevó parte de la vía férrea, por lo tanto, deberemos trasladarlos en bus hasta Ollantaytambo para que aborden allí el VistaDome de Perú Rail. Y allá fuimos, en un viaje de más de 90 minutos hasta lan referida estación para poder abordar el tren.

"Esto es un monopolio y la gente del tren hace lo que quiere y cobra lo que quiere", nos dice un guía peruano que viaja con su grupo y la verdad, si bien el pasaje nos pareció de costo elevado, el servicio es inmejorable y los vagones son muy confortables y construídos con visión panorámica lo que permite apreciar en plenitud el maravilloso paisaje natural para donde se mire.

Durante todo el trayecto de dos horas, sobre la izquierda nos acompaño el Río Urubamba que en algún punto que nadie supo precisarnos cambia de nombre para Vilcanota; esta corriente de agua fue la que en el pasado enero, plena época de lluvias (hasta fines de marzo)se desbordó e hizo colapsar a Machu Picchu y la propia vía férrea, servicio que recién se recompuso plenamente hace pocos días y como dijimos, de alguna manera volvió a complicarse con el derrumbe.

"A Machu Picchu hay dos formas de llegar, en tren o caminando", nos dice el guía y lo comprobamos cada pocos kilómetros, al ver mochileros andando o descansando a un costado del camino.

Una bandeja con un mix de desayuno y almuerzo nos es servida a media mañana con la opción de bebidas frías o calientes.

En el tren era imposible entender las conversaciones, una rara mezcla de español, inglés, ruso, polaco, alemán y vaya uno a sbaer que más, nos confirmaba que estábamos yendo hacia un destino de primer orden a nivel mundial.

Mundial, otra vez, durante el trayecto quisimos chequear el celular para ver si como habíamos convenido, mi hijo me pasaba la info del partido de Argentina y  la pantalla nos indicaba que no había señal. Apenas se detuvo el tren y bajamos, uno tras otro aparecieron los mensajes: "Alemania 1 a 0 empieza el segundo tiempo"; "Alemania 3 a 0 y baile", "Alemania 4 a 0, cátedra de fútbol, baile y pico" y dije ¡Alemania 4 a 0!, sin poder creerlo y un rubio que pasaba cerca me dice Germany, Argentina y con un gesto me pregunta, le digo: "Germany 4, Argentina 0" y el rubio no lo podía creer y tras él, otro rubio que venía a los arrumacos con una bonita morocha peruana en español con marcado acento me dice, "soy alemán, ¿dijiste algo del partido?, si, ganaron 4 a 0..."¿tú eres argentino?", ante nuestra respuesta nos dice: "nos vemos en la final" y se va feliz; no sé si me escucho cuando le dije "Dios te oiga".

Y caminamos hasta el bus pero, obligatoriamente, atravesando todo un gran mercado artesanal ("¿querías Machu Picchu?, comprá").

No entiendo como no hay pilotos peruanos en Fórmula Uno. En Lima el tránsito es tan caótico que para manejar allí hay que saber y mucho y en esta zona, al menos para ascender al Santuario en la ruta de tierra y en zig zag, angosta ruta de tierra y en zig zag, cada pocos minutos se enfrenta un micro bajando y otro subiendo y es una pulseada a ver quien es el que frena último y quien, le da paso a quien, a veces, debiendo poner la marcha atrás...

Y llegamos, a cumplir uno de los más caros sueños de Yoselin y nosotros, a tapar un gran bache profesional y sin saberlo, a completar, luego del partido con Ghana, con la ergometría arqueológica, nuestro test cardíaco.

No vayan a creer que les voy a relatar las dos horas de charla de Ronald quien fue finalmente nuestro guía y anfitrión, cumpliendo una vez más con la regla que indica que estos profesionales se mimetizan tanto con el entorno que incoscientemente deben creer que ellos son una especie de deidad-humanoide y como tales actúan, impostando la voz, explicando con tono de confidencia sus propias convicciones entre lo que trasmitió Hiram Bingham y "su" verdad, pero, comentarios aparte, estas dos horas, están suficientemente explicadas en Google y por lo tanto, me voy a limitar a dar (como Ronald), mi propia versión (apenas como humanoide).

Este lugar sagrado, además de ser paisajísticamente, uno de los que más me han impactado a lo largo de la vida, se convierte en una cita obligada para todos; nadie que pueda, debe dejar de venir; aquí se le puede encontrar la explicación a muchos misterios de la vida, aquí se puede reafirmar la convicción de la brutal herejía perpretada por quienes vinieron a conquistar y más que eso a usurpar y a depredar y saquear y ahora, son los mismos que enancados sobre los tesoros que nos robaron, no solamente no quieren vernos ni cerca y por eso nos expulsan de su tierra, sino que encima, siguen ejerciendo esa perversa seducción que hace que todavía, haya necios de estas tierras que les siguen contratando consultorías en turismo.

En un rato nos vana pasar a buscar para volar a Lima y desde allí, entregarnos a la lotería de saber en que vuelo podremos regresar, si directo a Montevideo o vía Buenos Aires, gajes del oficio, sujección a disponibilidad o como dijo un colega, a humillación, pero ese es otro tema.

Nos vamos de Perú una vez más,  maravillados; por su gente, su calidez, humildad y sencillez que hace que uno a cada momento, aprenda, reciba lecciones, parecería como que nos dijeran a cada paso: "oye, la vida es bella, disfrútala como actor, deja el protagonismo". Nos vemos.
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