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Martes, 27 Febrero 2007 16:47

Ushuaia: Con el sello de la ciudad más austral

Cruceros llenos de turistas, el Beagle, naturaleza, historia y una célebre cárcel-museo a 3040 kilómetros de Buenos Aires.

USHUAIA.- El barco se acerca todo lo posible al islote y una lluvia de fotos cae sobre los lobos marinos que descansan en las piedras, unos pegados a los otros, igual que los turistas que, desde la cubierta y codo a codo, intentan conseguir la mejor imagen.
Si bien comparten cartel con los cormoranes imperiales, las gaviotas australes y las palomas antárticas, los lobos marinos son, sin duda, las vedettes en la imponente escenografía natural de la isla Alicia, uno de los puntos centrales de la excursión que zarpa del puerto local para recorrer el Canal de Beagle y llegar también a las Isla de los Pájaros, donde los cormoranes ganan protagonismo y muestran sus nidos, construidos con una mezcla de pasto y algas.
Los restos del crucero Monte Cervantes, hundido en 1930, y el faro Les Eclaireurs completan un paseo que regala una vista impecable cuando a la ciudad, con sus techos de chapa de colores, se la aprecia desde el canal y a lo lejos, encerrada entre la bahía y las montañas, con sus picos siempre blancos.
Juan Eguía, encargado del Bar Ideal, restaurante céntrico frecuentado por turistas de todo el mundo, no oculta su entusiasmo: "Esta temporada llegarán más de 400 cruceros. Los extranjeros disfrutan mucho de esta ciudad", afirma satisfecho.


Así es. Con mochilas y mapas a cuestas, gorros, chalecos y calzado todo terreno, los europeos parecen enamorarse de Ushuaia, y es frecuente encontrarlos en la Oficina de Información Turística de la calle San Martín, de donde salen con folletos y un sello más en su pasaporte. Es que ahí se ofrecen gratis tres sellos turísticos que dejan constancia del paso por la ciudad más austral del mundo, a 3040 kilómetros de Buenos Aires, como reza uno de los carteles instalados en la costanera y en el que todos posan para las fotos.
San Martín, precisamente, es la calle indicada para las compras. Hay casas de ropa, librerías, bares y hasta un freeshoop, además de una variada oferta gastronómica que incluye desde cordero patagónico y frutos de mar hasta locales con exquisitos chocolates y alfajores regionales.

Preso de una leyenda

Si se quiere conocer parte de la historia de la zona, uno de los destinos es el Museo del Presidio, donde estuvieron recluidos convictos legendarios como Santos Rodino, más conocido como el Petiso Orejudo , considerado el primer asesino serial del país. Este tiene ahí dos estatuas: una en el ingreso y otra en la minúscula celda que ocupó durante décadas y que da escalofríos de sólo mirarla.
Pese a ser una cárcel que recibía a los reos más peligrosos del país, no tenía muros: un alambre perimetral era suficiente, ya que el resto lo hacían la geografía y el clima, muy riguroso, que no dejaban márgenes para las fugas. Aunque algunos escapes hubo, como el de Nicola Martín, el 21 de marzo de 1905, que no dejó rastros, o el de otro preso que se escondió durante más de una semana en el campanario de la iglesia y luego fue apresado en el pueblo.
Para los presos de buena conducta había una recompensa: ir a cortar leña al bosque y respirar algo de libertad. Hasta allí llegaban en un tren que circulaba sobre una trocha de 60 centímetros de ancho y en una plataforma abierta en una tarea que se repetía dos veces al día, todo el año. Los árboles talados eran utilizados para alimentar las estufas de la cárcel y la usina que daba luz al complejo.
El tren del presidio, el más austral del mundo, funcionó entre 1910 y 1952, y fue reactivado en 1994 con fines turísticos. Con pintorescas locomotoras de vapor, asientos de pana, guías bilingües y música funcional, tiene un gran éxito: en la temporada 2005-2006 transportó más de 80.000 turistas. La excursión se interna en el Parque Nacional Tierra del Fuego y recorre los últimos siete kilómetros de los 25 que comprendían la traza original.
"La tala se realizaba con hachas o sierras tronchadoras, manejadas por dos presos. La altura de los tocones da una pista del momento en que se talaron los árboles. Los más bajos fueron cortados en verano, y los más altos, en invierno", explica una de las guías en la estación Cascada de la Macarena, donde la formación hace un alto.
Un poco más adelante, la estación Parque Nacional marca el punto final del paseo. No obstante, para muchos el viaje continúa. Es que adelante espera el Parque Nacional Tierra del Fuego, de 63.000 hectáreas, creado en 1960 y que cuenta con atractivos senderos peatonales, como el de ocho kilómetros que recorre las bahías de Ensenada y Lapataia; el de 10 kilómetros que transita por la costa norte del lago Roca; o la llamada Pampa Alta, para los más experimentados, que en sus cinco kilómetros atraviesa imponentes bosques y ofrece una formidable vista del Beagle.
Yacimientos arqueológicos: los llamados concheros, de forma circular, que los yamanes usaban para arrojar restos de su alimentación, enormes turbales, castoreras, lagos de aguas verdosas y cerrados bosques de lengas forman parte de un paisaje que es una verdadera invitación al disfrute.

Julio Céliz

Una mirada a los yamanas

USHUAIA.- El Museo Yamana fue creado en 1999 y funciona en una casa de principios del siglo XX. Consta de tres salas y ofrece un recorrido cronológico que enseña en forma didáctica cómo era la vida de estos primeros habitantes de la región desde la llegada de sus ancestros, hace unos 7000 años, hasta el funcionamiento de las misiones religiosas a fines del siglo XIX, pasando por el primer contacto con los hombres blancos en 1624.
Los yamanas eran nómadas, cazadores y recolectores, y cada familia vivía en su propia choza, que levantaban en una o dos horas y ocupaban por tres o cuatro días; ahí dormían en el piso, en compañía de los perros que les daban calor. Asimismo, poseían una canoa por familia que era construida con cohiue por los hombres, y mantenida y reparada por las mujeres.
El museo, que puede visitarse todos los días, de 12 a 19 (la entrada cuesta 5 pesos), ofrece artesanías, libros y souvenirs de los yamanas y, como curiosidad, exhibe la foto de la última yamana pura: Cristina Caldero, que tiene unos 80 años, vive en Puerto Williams, Chile.

Datos útiles

Como llegar
 
El pasaje en avión, por Aerolíneas Argentinas, cuesta 678,85 pesos, con impuestos incluidos.

Paseos
 
La cárcel de Ushuaia se puede visitar todos los días, de 9 a 20. En el mismo edificio está el Museo Marítimo y el Museo de Arte Marino. Entrada: 18 pesos, en Yaganes y Gobernador Paz.
Al Tren del Fin del Mundo se llega siguiendo la ruta nacional Nº 3, a ocho kilómetros de la ciudad. En temporada alta parte a las 9.30 y a las 15 (hay otros horarios opcionales). Los vagones tienen capacidad para 16 pasajeros. Boleto: para los mayores, 60 pesos de ida y vuelta.
La excursión a la isla Alicia, Isla de los Pájaros y el faro Les Eclaireurs zarpa del puerto local y dura unas dos horas y media. Precio aproximado: 30 pesos.
Desde Ushuaia parten los cruceros Mare Australis y Vía Australis a Punta Arenas. Recorren fiordos, glaciares, islas y bosques milenarios. Hay planes de tres o cuatro noches. Entre 1140 y 2290 dólares. Organiza: Comapa Viajes y Turismo, San Martín 245.

Gastronomía
 
Uno de los restaurantes más tradicionales es Kaupé, en Roca 470, con cocina a base de frutos de mar.
El Bar Ideal es otro de los tradicionales. Muy recomendable: la centolla con ajo, aceite de oliva, concassé de tomate y queso parmesano ($ 62); de postre, bombón de Calafate ($ 18).

Alojamiento

La ciudad cuenta con una variada propuesta hotelera. El Hotel Tierra del Fuego fue inaugurado hace pocos meses, es cuatro estrellas, tiene 43 habitaciones y una vista privilegiada a la cadena montañosa Martial y la bahía. La doble cuesta 250 pesos. En Gobernador Deloqui 198.


fuente: La Nación