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Domingo, 11 Marzo 2007 21:48

Visita de Bush : voces de acá.

En esta página, encontraremos: la mirada de nuestro columnista invitado el Licenciado Rafael Ramos; una entrevista al Ministro de Economía Danilo Astori, realizada por la radio de la BBC; la crónica de espectador.com de la recepción ofrecida por el Embajador Baxter y las declaraciones de personalidades uruguayas. Por último, un informe de la corresponsal de la BBC en Montevideo, con calificadas opiniones locales.

Si señor, usted manda.

por el Lic. Rafael Ramos
columnista invitado

Montevideo - 12 MAR 07 - Portal del Uruguay.
La llegada del presidente estadounidense a nuestro país ha provocado la reacción de todo compatriota capaz de generar algún pensamiento. Porque justamente, si hay algo que no provoca cualquier presidente de la primera potencia mundial cuando visita otro país, es indiferencia, y esto con mayor razón cuando se trata, especialmente, de G. W. Bush. No es que se trate de que los uruguayos seamos destacadamente ilustrados, pues, las reacciones acerca de Bush se dan en cualquier rincón del planeta. Los espacios en los medios de comunicación están saturados con respecto a este tema. Los asuntos nacionales han sido postergados a un segundo plano. No se ha hablado en estos últimos días de otra cosa que no haya sido de la llegada a Uruguay del presidente de la nación más poderosa del universo conocido. La vida cotidiana de los montevideanos se ha visto alterada durante todo el fin de semana. Se ha debido adaptar el normal funcionamiento de buena parte de la ciudad, y por lo tanto, de buena parte de sus ciudadanos, a los requisitos protocolares y de seguridad exigidos por tan distinguida visita. La ciudad de Montevideo y la Estancia de Anchorena (residencia presidencial en Colonia) se han maquillado de la mejor manera. Uruguay extendió su alfombra roja.

Nunca en la historia del país se había visto un despliegue logístico-militar tan grande ante la llegada de un presidente extranjero. Los preparativos para la llegada del presidente estadounidense comenzaron a realizarse con muchos días de anticipación a su visita por nuestras tierras. Lo más visible en los últimos días fue lo referido a la llegada de aviones militares de gran porte encargados del transporte de todo tipo de materiales y de recursos humanos. Pero se sabe que, desde mucho tiempo antes, los servicios de inteligencia preparaban el campo de acción (muy efectivos por cierto: algunas autoridades gubernamentales uruguayas se enteraron que Bush llegaba a nuestro país después que la prensa lo difundió). El despliegue de seguridad que exige la presencia de Bush en cada punto del planeta al cual se traslada, implica, por ejemplo, en el caso uruguayo, que el Hotel Radisson (Victoria Plaza), fuera "blindado" para usufructo exclusivo de la delegación estadounidense. A propósito del despliegue militar llevado a cabo en nuestro territorio, varios dirigentes del Partido Nacional cuestionaron al gobierno la no solicitud de permiso al Parlamento para el ingreso de tamaña cantidad de personal y armamento al país vinculada a la custodia del presidente Bush (se estima que más de 1200 efectivos militares cumplieron esa función en territorio uruguayo). Lo que el Partido Nacional no se ha dado cuenta todavía es que poco le puede importar a Bush que le den permiso o no de ingresar a un país extranjero de la manera que se le dé la gana (es mejor aceptar que vienen "en son de paz"... aunque parezca una invasión...).

Y por supuesto que dentro de las reacciones esperadas por la visita de Bush a Uruguay, se encuentra la referida a la izquierda uruguaya. Históricamente definida como antiimperialista y contestataria del sistema capitalista ha debido, en estos nuevos tiempos en los que le ha tocado conducir los destinos del país, replantearse la línea más dura de su discurso ideológico, supeditándolo a los intereses comerciales de la nación. En palabras propias del presidente Vázquez, nos hemos definido como un país antiimperialista y antioligárquico, pero dispuesto a negociar comercialmente con todos los países con los que se mantienen relaciones diplomáticas. La polémica se instaló en todos los ciudadanos pertenecientes a la izquierda uruguaya y hasta en la misma dirigencia del Frente Amplio no fue posible ponerse de acuerdo acerca de la conveniencia o no de la visita de Bush a un país dirigido ahora por históricos opositores a todo lo que este presidente estadounidense representa. La polémica fue, y es tal, que tampoco se logró unificar criterios para protestar contra la presencia de Bush en Uruguay. Así es que, en Montevideo se convocó a dos marchas distintas para manifestarse contra la presencia del presidente estadounidense en suelo uruguayo: una, convocada por organizaciones radicales, entre las que se destaca la organización "Plenaria, Memoria y Justicia", adhirió además del motivo mencionado, su disconformidad con el gobierno de Tabaré Vázquez; la otra, convocada, principalmente, por el PIT-CNT, tuvo por objetivo único manifestar su repudio a la presencia del mandatario estadounidense. Precisamente a esta última, que fue la más numerosa, concurrieron, por cuenta propia, algunos dirigentes frenteamplistas. La primera de las marchas tuvo como nota destacada algunos hechos de violencia, como por ejemplo, la rotura de vidrios de algunos restaurantes "Mc Donald's" (uno de los íconos más fuertes de la cultura estadounidense) y de otros comercios ubicados sobre 18 de Julio, con la correspondiente detención de supuestos involucrados. La segunda, se destacó, precisamente, por todo lo contrario. A pesar de haber estado conformada por miles de personas, la protesta fue fuerte pero totalmente pacífica.      

Pero qué dejó la visita de Bush a Uruguay, lo sabremos con el tiempo. Si fue exitosa la negociación para aumentar la cuota de carne uruguaya al país del norte, si la actividad textil logrará impulso con una mayor apertura del mercado estadounidense, y si algunos otros negocios que estaban en la agenda de los presidentes se harán efectivos, lo sabremos con el tiempo. Lo que sí se sabe que ha dejado esta visita, es que por varios días la atención de varios países latinoamericanos, y en especial de nuestros vecinos más próximos, estuvo puesta, entre otros, en nuestro país. Y que esto provocó adhesiones y rechazos también se sabe (tal vez tenga razón Chávez, el presidente venezolano, cuando dice que el objetivo de la gira por algunos países de Latinoamérica es provocar la división de los pueblos hermanos). También se sabe que todo el movimiento que ha generado esta visita, ha dejado unos buenos pesitos (se ha escuchado a alguno que ha dicho que estaría bueno que nos visitara 3 o 4 veces por año... y ¡bueh!, será cuestión de hacer 3 o 4 marchas). También se sabe que desde el punto de vista político, el gobierno uruguayo se ha anotado unos buenos puntitos con los más poderosos. Claro, desde el punto de vista ideológico... lindo lío, eh.

Ah, también se supo que un tal Don José, ahí, desde la Plaza Independencia, desde su caballo, miraba de reojo pal´ hotel... cuando de repente, se le acercaron dos señores grandes de lentes oscuros y le preguntaron qué estaba haciendo ahí y le pidieron que se identificara, a lo que Don José respondió con un "discúlpenme, no quería molestar, sólo pasaba por aquí...". Mientras daba vuelta con su caballo, cabeza gacha, metida en su poncho, escuchó que desde la multitud, allá a lo lejos, alguien le gritaba a las fuerzas de seguridad: "Sólo queremos ser tan ilustrados como valientes...". Otra vez dio vuelta con el caballo, quiso encontrar al que había gritado, pues, esa frase le resultaba conocida, pero ya no había nadie. Otra vez, se había quedado sólo...        
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Astori : "Uruguay se fortalece con EE.UU." 
Redacción, BBC Mundo  


 
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, arribó este viernes en Uruguay, como parte de su gira por América Latina.

A pesar de que el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, de izquierda, ha dicho en recientes declaraciones que su gobierno es "antiimperialista", también ha buscado ampliar el comercio con EE.UU.

Pero además, últimamente Uruguay ha demostrado su descontento con el bloque regional al que pertenece, el Mercosur, ya que considera que hay desigualdades muy profundas.

Los gobiernos de EE.UU. y Uruguay firmaron hace poco el Acuerdo Marco de Comercio e Inversión (TIFA, por sus siglas en inglés) para profundizar las relaciones comerciales bilaterales.

El ministro de Economía de Uruguay, Danilo Astori, habló sobre éstos y otros temas en nuestro programa radial BBC Mundo Hoy, con nuestro presentador, Luis Fernando Restrepo.

Políticamente, ¿qué implicaría un agrandamiento en las relaciones comerciales con Estados Unidos, cuando los partidos de la coalición de izquierda en el país ven incluso a la visita del presidente Bush como un mal necesario?

Nosotros podemos estar de acuerdo o en desacuerdo con las definiciones políticas de un gobierno determinado, pero no podemos negarnos a considerar las posibilidades de mejorar nuestras relaciones comerciales.

Sin ir más lejos, Venezuela tiene en EE.UU. a su principal socio comercial, así que creo que hay que separar las cosas.

¿Hasta qué punto Uruguay estaría dispuesto a ceder en una negociación para poder tener más acceso al mercado de EE.UU., en temas como los textiles o el software?

Es obvio que Uruguay buscará la mejor manera de insertarse comercialmente en EE.UU.

Yo no puedo adelantar contenidos de una negociación que todavía no ha comenzado.

  La Casa Blanca nos transmitió que EE.UU. no deseaba que un acuerdo con Uruguay perjudicara al Mercosur y hasta se nos ponía este tema como condición para realizar el acuerdo
 
Con todo respeto, le reitero la pregunta en el sentido de que algunos consideran que el único interés que tiene EE.UU. en abrir relaciones comerciales con Uruguay es ir en detrimento de Mercosur, que a ellos no les conviene. ¿Hasta dónde estaría dispuesto Uruguay a ceder en este sentido?

Yo no comparto esa opinión. Es más, cuando estuvimos el año pasado en EE.UU. y visitamos al presidente Bush en la Casa Blanca, se nos transmitió que EE.UU. no deseaba que un acuerdo con Uruguay perjudicara al Mercosur y hasta se nos ponía este tema como condición para realizar el acuerdo.

Algunos también consideran en su país, en Uruguay, que esta visita es más protocolaria y que no se podrán conseguir resultados concretos.

Desde el punto de vista comercial y de inversiones, es un paso adelante en la mejora de nuestras relaciones con EE.UU.

Yo creo, sinceramente, que EE.UU. tiene la voluntad de hacerlo, si no Uruguay no estaría incluido en la agenda de esta gira.

Uruguay es un país pequeño, muy frágil, muy vulnerable, que tiene que encontrar en sus buenas relaciones con todos los países del mundo, y particularmente con EE.UU., la fortaleza que su pequeño tamaño no le da.

Usted es un hombre que dice que el Mercosur está en estado grave, pero están ampliando relaciones con EE.UU., como el TIFA. ¿No se está jugando con Dios y con el diablo, tratando de acercarse a EE.UU. mientras tratan también de quedarse en el Mercosur?

El Mercosur para Uruguay es un proyecto estratégico, es el proyecto de integración de la región a la que pertenecemos y seguiremos perteneciendo.

Hoy atraviesa series dificultades. Es nuestra obligación plantearlas y, al mismo tiempo, proponer soluciones.

Una de ellas es que se admita, con flexibilidad, la posibilidad de que los países pequeños podamos negociar acuerdos comerciales fuera de la región, para compensar nuestra principal asimetría que es nuestro pequeñísimo tamaño económico.

Mercusur ya ha tomado medidas comparables, como por ejemplo cuando autorizó al propio Uruguay a hacer un Tratado de Libre Comercio con México.

Así que creemos que es completamente compatible la pertenencia al Mercosur y la realización de estos acuerdos.

Es más, yo creo que si permiten a las economías pequeñas realizarlos, el Mercosur se va a fortalecer en lugar de debilitarse.

Señor ministro, de todas formas Mercosur contempla la salida del miembro cuando hace otros tratados de libre comercio, ¿no?

No ha sido así hasta ahora. El propio Uruguay ha hecho tratados de libre comercio como el que mencioné con México, y Mercosur también ha admitido excepciones a la política común dentro de los territorios de Brasil y de Argentina

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Políticos y empresarios coincidieron en el mensaje de apoyo de Bush a Uruguay

(Crónica publicada en la página espectador.com)
Durante la recepción en la residencia del embajador de Estados Unidos en Uruguay, el presidente George Bush destacó que “el presidente uruguayo ante cualquier problema que tenga no tiene más que levantar el teléfono y hablar conmigo”. Palabras más, palabras menos, ese fue el mensaje según coincidieron distintos participantes de esa reunión consultados por El Espectador. “Lo digo de veras, no deje de hacerlo”, dijo el mandatario estadounidense, según recordó Horacio Vilaró, presidente de la Cámara de Comercio Uruguay – Estados Unidos.
Al salir de la reunión Jorge Batlle definió como “muy impresionante” el discurso del presidente de los Estados Unidos en ese encuentro reducido a unas 40 personalidades. El ex presidente uruguayo dijo que Bush destacó que “un país democrático, con instituciones sólidas, con comercio libre es muy importante no sólo en la región” refiriéndose a Uruguay.
“Nos pareció muy apropiado que se hiciera memoria de lo que sucedió en 2002”, dijo en otro orden Vilaró. Así destacó el agradecimiento que más temprano dio Tabaré Vázquez en su discursos en Anchorena, cuando recordaó la ayuda de Estados Unidos en la peor crisis económica de la historia uruguaya. Durante la reunión, Bush destacó la empatía con el presidente Vázquez, agregó el empresario.

En tal sentido, Sergio Abreu contó que durante la reunión experimentó “la imagen que tiene el Uruguay” y que “las buenas relaciones entre los estados también se desarrollan con buenas relaciones entre los dirigentes”, opinó el ex canciller y actual senador.

El también senador y presidente del Partido Nacional, Jorge Larrañaga, valoró que la visita del presidente estadounidense “fue muy buena para el país”. “El mensaje que nos dio Bush fue muy claro. Expresó que el país en la senda de la democracia y de sus definiciones en cuanto al relacionamiento comercial, no tenía más que levantar el teléfono para poder concretar una respuesta que le sirva”, destacó.

El ministro de Turismo, Héctor Lescano, dijo que Bush reconoció que su presencia generaba cierta distorsión en el país pero que apostaba “a lo que une y no a lo que separa”. “Fue un discurso muy positivo desde el punto de vista de la voluntad de ayudar al país y del comercio. Reconoció que su visita generaba ciertos problemas (...) Creo que el presidente tiene claro las posiciones del Uruguay y ciertamente del gobierno respecto a su política internacional”, afirmó el secretario de Estado.

Por su parte, el ministro de Economía, Danilo Astori, dijo que “esto ha sido una siembra para el futuro, en estas visitas no se pueden esperar resultados inmediatos”. “Esto ayudará a abrir posibilidades para que Uruguay pueda concretar la inversión, el comercio y multiplicar sus ingresos, naturalmente mejorando las condiciones de vida de los uruguayos”, opinó. Astori dijo que en las negociaciones se va a recorrer todos los caminos, en el marco del TIFA y rubro por rubro, para lograr ampliar el comercio con la principal potencia mundial.

Orlando Dovat, presidente de Zonamérica, destacó que el de Bush fue un mensaje “muy optimista sobre el futuro de las relaciones entre los dos países y de Uruguay en la región”. El presidente estadounidense destacó las posibilidades de “apertura del país” y “que Estados Unidos va a estar con Uruguay”, dijo el empresario.

También participaron de la reunión el vicepresidente de la República, Rodolfo Nin Novoa, y la ministra de Defensa, Azucena Berrutti, además de legisladores de todos los partidos, como los senadores colorados Isaac Alfie y Julio María Sanguinetti

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¿ Porqué a Uruguay ?

María Noel Álvarez
BBC Mundo Uruguay 

 
El presidente George W. Bush llegó este viernes a Uruguay en el marco de su gira regional por América Latina
La decisión sorprendió a muchos, dada la poca incidencia que tiene este país en la agenda internacional de EE.UU.
¿Dos noches en Montevideo? ¿Qué llevó a quienes organizaron este viaje a decidir que Bush dedicara tantas horas a un país con el que Washington ha tenido una relación tibia en las últimas décadas?
Fuentes de la embajada de Estados Unidos en Uruguay explicaron que "la visita debe medirse en horas, no en días. Lo que cuenta es la actividad del día sábado. Tanto el día previo como el posterior es una mera coordinación de dónde dormir".
BBC Mundo dialogó con dos especialistas en política internacional para tratar de entender esta elección.
Según Álvaro Diez de Medina, ex embajador de Uruguay en EE.UU. y especialista en política internacional, el problema radica en analizar la gira presidencial creyendo que la finalidad son las necesidades de los países a los que visita.
El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, se ha encontrado previamente con Bush. 
En realidad, dice, la visita debe entenderse en el contexto de los problemas internos de Estados Unidos y de la situación actual de su política externa.
"La administración Bush está llegando a su fin con un registro bastante negativo en cuanto a política exterior y en especial con Latinoamérica. Y necesita demostrar que tenía una agenda internacional.
"Esta visita intenta marcar algún triunfo en ese aspecto. Para ello busca los países latinoamericanos que identifica como más afines a generar una gira positiva para el presidente.
"En el caso de Uruguay, es casi una escala técnica dentro de la gira, dado la práctica insignificancia que ese país tiene en la agenda internacional de Estados Unidos".

Cadena de favores

Por su parte, Lilia Ferro, investigadora en política internacional de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, explicó que otro elemento a tener en cuenta es la relación personal entre ambos mandatarios.
Hay quienes dudan que la visita de Bush a Uruguay tenga algún efecto práctico.
"Que Uruguay, siendo un país de izquierda, haya dado el paso de ir a visitar al presidente de EE.UU. es visto como un elemento muy positivo. Puede ser también un gesto de retribución de gentilezas".
Y éste no es un tema menor, aunque parezca. No en vano, la buena imagen que se llevó Bush del presidente uruguayo Jorge Batlle (2000-2005), permitió una poco usual ayuda financiera directa para salir de la crisis de 2002.
Álvaro Diez de Medina agregó que "además que se haya hablado de la posibilidad de acordar un Tratado de Libre Comercio, estadísticamente es un dato que a la administración le sirve para demostrar que está cumpliendo con una agenda de apertura comercial".

 
Agenda de negocios

En la agenda comercial uruguaya se destaca la posibilidad de incrementar el comercio bilateral en temas vinculados a: textiles, carne, software, patentes, biodiesel, lácteos y medicamentos.
Pese a las expectativas, Diez de Medina fue categórico al respecto.
"Se tendría que haber manejado con más tiempo. No hay nada en trámite para firmar. Lo único concreto es lo social. Lo que sí puede esperarse es alguna iniciativa de EE.UU. en materia de asistencia".
La economía uruguaya no tiene por definición un compromiso con la apertura, la desregulación, la liberalización del mercado, es un país que no confía realmente en esos postulados.
Ferro, por su parte, fue más optimista: "se puede llegar a algún acuerdo menor, que sea importante para Uruguay. Tanto en la industria farmacéutica como en la textil puede haber una base significativa".
No obstante, reconoció que "el impacto va a ser en términos formales no sustanciales y los resultados no van a ser inminentes".
Álvaro Diez de Medina concluyó que en cuanto a la repercusión de la imagen del Uruguay, "el impacto va a ser marginal, no lo veo de significación. La economía uruguaya no tiene por definición un compromiso con la apertura, la desregulación, la liberalización del mercado, es un país que no confía realmente en esos postulados", dijo.