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Martes, 05 Enero 2010 04:50

Controladores aéreos y guardavidas: un problema de nunca acabar

por Sergio Antonio Herrera
Entre la afirmación-deseo del Presidente Vázquez, en el sentido que podemos ser un país desarrollado y la realidad, hay un trecho que a veces, se nos hace interminable. Este verano, a Dios gracias, al parecer, los consabidos reclamos y medidas gremiales de los guardavidas en las costas uruguayas, no se han hecho presentes pero, el recurrente drama de los controladores aéreos, no pudo faltar.


Se reiteraron, los días "pico" de ingresos de turistas a Laguna del Sauce, las paralizaciones en el control de los cielos y por ende, la inactividad en la terminal aérea esteña.

Ya hemos informado oportunamente de nuestro diálogo con el Director Nacional de Aviación Civil, Brigadier General Daniel Olmedo  y las explicaciones que el mismo nos brindara, en relación a la situación generada el pasado domingo 27 de diciembre.

Pues bien, el 1º de enero, la situación volvió a generarse y en momentos en que arriban a suelo uruguayo innumerable cantidad de vuelos comerciales y otras tantas de vuelos privados, el aeropuerto de Punta del Este estuvo parcialmente cerrado porque...¡había un sólo controlador aéreo !! y obviamente, en algunos momentos debía descansar, ir al baño, etc.

Un lector enterado del problema nos hizo llegar un mail preguntando si es éste, el país de primera que promueve el Frente Amplio.

A mi personalmente no me queda duda alguna que la idea de la fuerza política que gobierna es esa, el problema es que debemos recordar en donde estamos, a que país pertenecemos, cual es nuestra historia, cuales nuestros vicios, cual nuestra burocracia y demás.

Todas esas carencias, lamentablemente arraigadas en nuestro modo de ser por años y años, no habrá de ser fácil erradicarlas.

Todos los dardos en el caso puntual, apuntan al Ministro de Defensa José Bayardi por la demora en expedirse, en autorizar la provisión de cargos solicitada por la DINACIA (26 en total).

Conocemos muy bien cual es el modo de ser de Bayardi, conocemos su trayectoria y nos consta que no se trata precisamente de alguien negado ni caprichoso. No conocemos a fondo el motivo que le ha llevado en primera instancia a demorar la resolución y luego, a autorizar 15 y no 26 cargos.

Pero más allá de ese dato puntual, más allá de las responsabilidades anecdóticas, en este caso del ministro de turno, a lo que se debe apuntar definitivamente, para que esto no vuelva a ocurrir, es a la instalación de algo que no nos cansaremos nunca de reclamar: políticas de Estado.

Para ser un país de primera, las cuestiones elementales deben ser solucionadas como un trámite y no, de la forma en que se deben hacer en la actualidad.

Para ser un país de primera, si bien es reconfortante que la fuerza de gobierno se lo proponga, lo fundamental es que el resto de los habitantes de ese país, nos lo creamos, que nos convenzamos y obremos en consecuencia.

Mal que nos pese, todos estamos involucrados, nos guste o no. Nos vemos.