El último comentario, vino en un correo electrónico muy concreto: El Pais, miercoles 13, sección B, primera plana.Residencia privada de 4200 metros cuadrados sobre la playa. Existen o no playas privadas? Saludos, Miguel.

Fuimos al sitio indicado, copiamos, pegamos y en esta edición compartimos la entrevista que el colega J.L. Aguiar, le realizara para el diario El País, al arquitecto uruguayo Carlos Ott, la misma, en su remate, tiene la información siguiente:

Residencia de Vik en José Ignacio

Será la residencia privada del millonario noruego Alexander Vik en José Ignacio. Son 4.200 metros cuadrados sobre la playa. El costo es de 10 millones de dólares.

En oportunidad de la charla referida (en el Radisson, el 9 de diciembre), Miguel habló de la existencia de ofertas de propiedades con playa privada en la costa uruguaya y fue cuestionado por el asesor ministerial Liberoff allí presente, quien dijo que en el territorio no había playas privadas.

Más allá de la controversia

Creemos que debemos definir, más temprano que tarde, el perfil de país que queremos tener. Si hay o no, venta de propiedades con playa privada es muy importante para dejar en claro si cuidamos la soberanía de verdad o solamente en el discurso pero, también es importante saber hacia donde vamos en lo macro.

El Presidente electo no deja de mencionar al turismo en ninguna de sus alocuciones últimamente, y eso, es una gran noticia, sobretodo viniendo de alguien  como él, para quien nuestra actividad, durante toda su vida, fue algó frívolo y nunca mirado como actividad productiva.

Entonces, si queremos ser un país de turismo, debemos comenzar por elaborar un perfil acorde, o mejor expresado, adaptar al perfil deseado, el país, de aquí en más.

Entrevistábamos al propio Acerenza en enero de 2008 y nos decía: "el -turismo de paquetes- no es para Punta del Este", para agregar luego: "Hay que pensar en Piriápolis, desarrollarla y direccionar hacia alli el turismo de paquetes; Punta del Este no debe construír un sólo hotel más, debe ser destino de turismo residencial".

Y yo mismo escribí varias veces que deberíamos ser la alternativa directa del destino Buenos Aires o Argentina y en ese contexto no deberíamos dejar de montar espacios de tango entre otros.

Y son muchos, quienes gritan a coro (yo incluido) que debemos de dejar de ser solamente destino de sol y playa y promover "el otro país", en el que se ve el horizonte, el que tiene el Polonio y la estación de trenes de Peñarol o el impactante Museo Ralli y el Barrio Histórico de Colonia.

Pero para todo eso, habrá que hilar fino y cada vez más convencido lo digo, para conseguirlo, convocar lo que yo llamo "el consejo de ancianos", aunque algún coqueto (como era el inolvidable Beto Osácar) se apresure a decir: "anciano no, veterano"... Nos vemos.

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