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Jueves, 25 Marzo 2010 06:10

Desestacionalizar, esa es la cuestión: o la "reconversión yogur"

Los destinos turísticos que tienen una marcada estacionalidad, tienen por inercia, un acostumbramiento a esa realidad que muchas veces los paraliza y por ende, les hace perder la posibilidad de evolucionar a un mejor estado de cosas.


Hace algunos años, en la programación de un módulo de un ciclo del programa de capacitación PENSAR EL TURISMO de Estudio Hub, apareció anunciada una charla a cargo del Gerente Comercial de la empresa más grande de productos lácteos del Uruguay. Nosotros pensamos que Damián Argul, el Director del centro, por alguna extraña razón, había hecho esta selección y acudimos "a clase" con cierta expectativa.

Durante algo más de una hora, en una espléndida charla, el disertante nos explicó el proceso que habían decidido efectuar con los yogures, producto hasta cierto momento,  exclusivamente de verano y segmentado a esas alturas, quasi como un medicamento.

La incorporación y mezcla de frutas con su contenido básico, el cambio notorio en el packaging y lo más importante: un giro radical en el mensaje promocional y publicitario, hicieron que el yogur pasase a ser un producto de todo el año, multiplicando de esa manera no solo la facturación y los ingresos, sino fundamentalmente, toda el proceso que va desde la elaboración, la finalización en planta, la distribución y venta hasta llegar a manos del consumidor.

Estamos hablando de más cantidad de empleo en la elaboración, más amplio espectro de proveedores (diseñadores, impresores, fabricantes de envases), notorio aumento en la red de distribución, con más gente, más vehículos y permanentes acciones de márquetin, promoción y publicidad.

Es muy raro encontrar un destino que no admita la "reconversión yogur".

Sea cual sea su atractivo principal (sol y playa o por el contrario, nieve), generalmente tienen una infraestructura que en "temporada baja" queda mayoritariamente ociosa, lujo que comenzada la segunda década del siglo XXI, nadie debería permitirse.

Seguramente haga falta "completar" infraestructuras y un ejemplo claro de ello es la convicción, la necesidad y el inicio del inexorable camino hacia construirlo, del Centro de Convenciones de Punta del Este en El Jagüel.

El principal balneario uruguayo "tiene todo", menos eso, un sitio acorde donde realizar congresos y convenciones de gran porte.

La "baja temporada" de Punta del Este dura 9 meses, estamos seguros que con el cambio de packaging, en poco tiempo, se beneficiará con la "reconversión yogur" y pasará a ser producto de todo el año.


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