mausoleo-slider-intro-1920x400
solis-slider-intro-1920x400
pocitosslider-intro-1920-400
mvdmausoleoslider-intro-1920-400
Miércoles, 26 Mayo 2010 08:14

La seguridad en Sudáfrica no es un tema menor

En una actividad como el turismo, nunca es grato ni oportuno referirse a estas cuestiones. Operadores, hoteleros, hasta funcionarios diplomáticos pueden llegar a quejarse luego de un artículo como éste. Lamentándolo mucho, igualmente lo abordamos.


En un evento como la Copa FIFA, se registra una asistencia que muy poco tiene que ver con la habitual a los estadios de fútbol; el aficionado que decide viajar a una justa mundial, generalmente lo hace acompañado de familia: su esposa, sus hijos, alguno de sus padres o ambos, en fin, es variada la composición del núcleo pero se da y por ello, nos interesa enfocarlo.

Trataremos de dejar de lado todos los temores relacionados con eventuales atentados por reivindicaciones étnicas, las amenazas de Al Qaeda y el recuerdo del ataque a la selección de Togo en la reciente Copa África, para poner el foco en algo mucho más corriente, que ocurre en todas partes del mundo, pero con singular frecuencia en tierra sudafricana: los robos en los hoteles y lugares públicos.

Durante la Copa Federaciones de la FIFA, durante junio del año pasado, la delegación de Egipto denunció haber sufrido robo de dinero en su hotel de Johanesburgo, mientras que Brasil hizo lo propio en Pretoria.

Hace menos de dos meses, una delegación juvenil de rugby, de un colegio montevideano viajó a Sudáfrica a jugar varios partidos amistosos.

Junto a los chicos orientales, viajaron ocho de sus padres.

Como corresponde a viajeros experimentados, cuando se alojaron en el hotel, depositaron en un cofre de seguridad todos los valores.

Cuando volvieron al cofre para retirar algo de dinero para pagar gastos de ese día, se encontraron con la desagradable sorpresa que estaba vacío, ¡habían sido robados en el lugar que se suponía era más seguro!!.

Se hicieron todas las denuncias y reclamos correspondientes pero en forma infructuosa, nunca más vieron nada de sus pertenencias.

Afortunadamente, alguno de los padres tenía cuenta en algún banco internacional y pudo lograr que de inmediato le remitieran dinero desde Estados Unidos.

La cosa no terminó ahí: a dos de los chicos les hurtaron todo lo que dejaron en un locker del parque de aguas de Sun City, con posterior suerte similar al robo en el hotel: ni rastros de los efectos ni de los autores del robo.

Por lo tanto, el asunto queda planteado. ¿Cuál es la solución?, la respuesta es muy díficil, a menos que se quiera únicamente salir del paso, cayendo en reiteración de advertencias convencionales, entre las cuales, seguramente, deberíamos escribir: "asegúrese de dejar sus efectos a buen recaudo, contratando un locker en el hotel..."

www.portaldeamerica.com