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Jueves, 05 Febrero 2009 07:55

¿Y donde estaba el dinero?

 por Luis Alejandro Rizzi

“…Los bancos son los principales culpables de esta crisis" y al "gobierno se le está acabando la paciencia".
Miguel Sebastián. Ministro de Industria de España



Más de una vez pienso que la economía es cosa demasiado seria para dejársela a los llamados “economistas”, no digo que no haya que escucharlos lo que digo es que en todo caso hay que saber escucharlos y sobre todo saber preguntarles.

Para decir verdad, no se si por ignorante, es una posibilidad muy cierta, o por suspicaz, otra posibilidad no menos cierta, pero en esta crisis sin precedentes hay cosas que no me cierran.

Una de ellas es ¿dónde estaba el dinero que se dice se perdió…?

Es cierto, las pérdidas están contabilizadas, los números rojos encandilan y los lamentos hasta llegan enternecer por su muestra de sensibilidad, de falsa sensibilidad, ¿no?.

Ahora bien ¿se perdió dinero real o dinero virtual o fiduciario…? (Aclaro que en realidad todo dinero es fiduciario)

En verdad se perdió dinero virtual.

El dinero virtual existe en documentos se llamen acciones, derivados, obligaciones negociables o el nombre que se les quiera dar pero su valor no depende ni del que figura nominalmente en cada uno de ellos ni el que le fija el “mercado”.

El valor nominal es un valor real, el valor de mercado es un valor ficticio porque depende de la oferta y la demanda que se guía por informes, análisis y controles que han demostrado su falsedad o cuando menos su ineficacia y permitieron que los valores de mercado se conviertan en “ficticios”, generando la “burbuja perversa”, la posibilidad de ganar sin riesgo y la de poseer sin capacidad económica.

Lo que quiero dejar bien en claro es que el “mercado” fue mal informado, y por tanto su comportamiento fue alocado. Quiero creer que con información confiable esta “burbuja irracional o perversa” no se hubiera formado.

Se creó todo un sistema sustentado en formulas matemáticas por el cual se fijaban valores que respondían a las reglas del “2+2”, mas no tenían sustento en la realidad.

Fue como si la economía hubiera sido drogada y las personas convertida en adictas. 

Los bancos más que clientes tenían adictos.

La misma sensación que provoca la droga, según cuentan quienes pasaron por ellas y pudieron volver, le ocurrió a la gente, todos podían ganar, todos podían tener y los precios se disparaban perversamente ya que las “commodities” por ejemplo, tuvieron precios que no surgían de una razonable ecuación económica
sino de una suerte de “casino” en el que en algún momento la banca pasaría a ser punto.

Los precios de las “commodities” también hicieron lo suyo ya que alimentaron la especulación sin límite en las que en verdad se traficaban diferencias, no precios reales.

Estos los terminaban pagando los consumidores, que a su vez recibían créditos para poder pagar esos precios alocados.

En fin estalla la crisis y hablamos de millones de millones que se deben insertar a los bancos, a los circuitos financieros, se debe facilitar la demanda y hasta una presidenta sale a vender desde autos hasta calefones al mejor estilo cambalache, se retorna al proteccionismo, se instalan barreras arancelarias o
paraarancelarias,  se cuestiona a la inmigración, se producen despidos, caen el crecimiento y en medio del fastuosismo de DAVOS, solo se atina a emitir pronósticos desalentadores, contradictorios y voluntaristas, lo que demuestra según mi modo de ver que nadie quiere llegar a la verdad.

En verdad lo que se ha perdido es “dinero virtual”, no dinero real porque la economía está allí.

Diría lo que se ha perdido es el exceso  de oferta financiada por crédito virtual o lo que se dio en llamar “dinero bancario”.

Más de una vez hemos escrito que a los bancos solo les interesaba prestar dinero, sin tener en cuenta, cuanto y a quien…

Pregunto ¿quien no ha recibido en su casa un sobre con una tarjeta de crédito operativa…?, sin haber tramitado solicitud alguna, esa era una venta “toxica”.

Quienes otorgaban esas tarjetas a diestra y siniestra recibían premios por su  “productividad” (sic) y quienes concedían esos premios se premiaban a si mismos en progresión geométrica.

La diferencia es que estos cobraban en dinero contante y sonante.

Entonces lo que  reventó es la “burbuja perversa” o “euforia irracional” que fue percibida por  Alan Greenspam pero que no atinó a nada.

En mi opinión el estallido de la burbuja, consistió en un estallido de “demanda no sustentable”, ya que esta falsa demanda se respaldaba en créditos concedidos irracionalmente.

En este punto entra a jugar los balances ya que llevada la economía a la contabilidad los activos superaban a los pasivos con lo cual la rueda seguía girando y los bancos y demás entidades financieras se semejaban mas a “máquinas tragamonedas” que a verdaderas instituciones financieras.

En esto jugó también una escuela económico contable que contribuyó a darle visos de realidad a esta mera virtualidad.

En las oportunidades que desempeñé cargos empresarios siempre tenía una lucha feroz contra  las gerencias comerciales y financieras ya que me presentaban como ganancias el resultado de todas las ventas financiadas con créditos, cuando la realidad nos demostraba que por lo menos un 30% eran ventas

“incobrables” que luego alterarían los resultados del ejercicio siguiente, pero como la rueda continuaba, las pérdidas se iban acumulando, sin que nadie fuera capaz de plantear la contradicción.

En definitiva los “buenos resultados” son bienvenidos cuando sabemos o intuimos que las cosas andan mal.

Para ir cerrando y concluyendo, lo que produjo el estallido de la “burbuja perversa o irracional” fue que como ocurre con los magos el truco quedó al descubierto y lo que realmente se ha perdido es riqueza contable, no riqueza real.

Se ha perdido un margen de comercio que nunca debió haber existido y que hizo que la gente diera un paso más del posible.

Por otra parte esta “euforias” solo lograron aumentar las diferencias entre los que mas tienen y los que menos tienen y la generación de fortunas que rompen cualquier molde de racionalidad.

Lo grave es que los gobiernos salen a pagar, porque de eso se trata, en una palabra se pretende curar la adicción con más droga, en este caso dinero, pero este dinero saldrá de nuestros bolsillos para cubrir pérdidas que en verdad solo han sido contables, no reales.

Los gobiernos intentan mantener abierto el gran casino, sin advertir que hay que cerrar muchos de ellos para que se puedan abrir verdaderos bancos.

Esta crisis está demostrando también lo que llamaría “crisis de la globalización”, ni la Reserva Federal ni el Banco Central  Europeo tuvieron capacidad para coordinar políticas, todos piensan en el “proteccionismo” y ya se habló del “compre americano”, “compre español” cuando hace 30 años criticábamos al “gallego” ALDO FERRER por el “compre argentino” y “vivir con lo nuestro”.

Con la globalización pasa como aquel dicho “todos somos amigos y no somos amigos de nadie”.

Dejo abierto el camino a la polémica y al diálogo, pero creo que esta vez nos están vendiendo pescado podrido por “merluza negra”…y lo estamos pagando como bueno…

Respondo a la pregunta del título: Me parece que el dinero perdido nunca estuvo.

No se si es mostrar una ingenuidad desmedida, pero lo que desearía es que dentro de lo falible que es el hombre, el mercado y la llamada “economía social de mercado”, funcionen limpiamente y que los órganos de control y las instituciones de asesoramiento e información tengan la idoneidad ética, técnica y profesional para corregir abusos, penar ilícitos y suministrar información accesible y veraz.

Si peco por ignorante pido disculpas, si peco por suspicaz espero que mis sospechas sean ciertas.

Lo cierto que la confianza, sustento esencial de todo sistema político económico, solo se restablecerá  cuando la gente advierta que como se dijo en DAVOS la cosa no pasa por ganar dinero a cualquier precio