con bailes callejeros, fiestas nocturnas, talleres y mucha diversión que son parte de la popular Feria del Caribe. Viaja a Cuba en estas fechas y vive de cerca uno de los eventos más calientes de la isla. 
 
Santiago de Cuba arde al calor de la Fiesta del Fuego durante la primer semana de julio, el punto culminante de la popular Feria del Caribe, que en su próxima cita tendrá como invitada especial a la República Dominicana.

Los que han escuchado que en Santiago todo se vuelve música y baile tienen en la Fiesta del Fuego la oportunidad de comprobarlo. El Festival Internacional de la Cultura Caribeña –como también se conoce a la Fiesta del Fuego– es el mejor preludio para las calles que poco a poco se van transformando en un verdadero carnaval. Cada año la fiesta se dedica a un país del área caribeña. Y para que el ritmo no se detenga, músicos y bailarines internacionales y cubano viajan a Santiago para regalar sus notas a una gran cantidad de personas que prometen no dejar nunca de bailar.

También hay desfiles por el Parque Céspedes –el principal de la ciudad– y el centro histórico de Santiago de Cuba, ya que durante esos días se celebran encuentros teóricos como el coloquio "El Caribe que nos une".

Lo más característico de toda la fiesta es el Carnaval, que a veces dura hasta muy tarde en las noches, porque toda la ciudad se anima a salir a las calles a bailar con los más diversos ritmos y sabores. Sin lugar a dudas no existe mejor sede para la Fiesta del Fuego que Santiago de Cuba: la fiesta es en pleno verano, con lo mejor del clima caribeño. Además, la ciudad cuenta con mucha historia y tradición y la hospitalidad de sus gentes hacen que esta celebración exalte lo mejor del espíritu de la isla.

Para quienes no conocen mucho de la geografía cubana, recordemos que Santiago está situada en la costa suroriental de la Isla, casi en las faldas mismas de la legendaria Sierra Maestra, que además de albergar el pico más alto de Cuba, fue escenario principal de varios de los combates conducentes al triunfo de la Revolución el Primero de Enero de 1959 encabezada por Fidel Castro.
 
Pues ahí mismo, en ese Santiago –rebelde ayer y hospitalaria hoy– se inauguró la ya tradicional Fiesta del Fuego que ofrece lo mejor de las representaciones artísticas de los diversos pueblos del Caribe, y que se celebra con júbilo en plazas a cielo abierto y espacios techados. En los días que dura este festival la danza, la poesía, el teatro y la música se complementan mediante la realización de charlas y mesas redondas ofrecidas por expertos, donde comentan sobre la historia y tradiciones que entrelazan a los pueblos del Caribe.

Cada año se elige a un invitado especial, que siempre es un país o pueblo caribeño y se realizan muestras, exposiciones y charlas sobre los principales artistas y costumbres de ese país para tejer redes de conocimiento y hermandad entre los pueblos de la región.

También cada año se eligen varios artistas para representar alguna disciplina, en el marco de muestras y charlas sobre el tema. José Martí es uno de los infaltables a la hora de la poesía y cada arte ofrece así sus mejores exponentes para estimular a cada visitante del Festival a desarrollar su costado artístico. Tal como señalan sus organizadores: la Fiesta del

Fuego no es un evento de grandes estrellas, sino que su centro lo constituyen las más notables expresiones de la Cultura Popular.

Historia del Festival

El fuego está asociado a todas las culturas africanas que influyeron en la formación de la identidad caribeña. Los esclavos africanos rebelados contra sus amos lo emplearon en su lucha emancipatoria, unida luego a la de los movimientos por la independencia en el Caribe y América Latina.
 
De la mixtura de esos primeros habitantes libres en Cuba, permanecieron en la cultura tradicional variantes de comidas, religiosidad, música, danza, imaginario, narraciones, poemas, expresiones plásticas y otras manifestaciones que hoy pueden verse y disfrutarse en diferentes facetas dentro de este festival.

Fue en 1981, que en Santiago de Cuba se auspició y convocó al primer espacio de encuentro e intercambio de estas antiguas expresiones culturales de los diferentes pueblos de las islas caribeñas. Así se inició un proceso de reconocimiento, exaltación y dignificación, que sigue cada año en el Festival del Caribe - Fiesta del Fuego.

Pronto se extendió a Guantánamo desde Santiago de Cuba el fuego de la fiesta caribeña, pues ambas ciudades y regiones están unidas no sólo por la contigüidad geográfica sino también por su color caribeño. De subsede en los primeros encuentros, el

Alto Oriente asume pronto la sede compartida de las Fiestas del Fuego. En Santiago se funda el 23 de junio de 1982 la Casa del Caribe, interesada en promover la investigación y los intercambios culturales en la región, que convoca el Festival del Caribe.

Música para todos
 
Cada celebración cuenta con una sección dedicada exclusivamente a lo musical. Organizado por la Casa del Caribe, en este

festival podrás saturar poros y oídos con la sonoridad de las steel bands, el repiqueteo de los tambores batá, la cadencia del calypso, el inconfundible aroma de la vieja trova cubana y de su hijo dilecto: el son, y sobre todo podrás compartir con el pueblo lo mejor de los ritmos candentes del caribe, además de recorrer una ciudad que no puedes desconocer si decides visitar Cuba.

Talleres

Pero no todo es baile y fiesta. El Festival siempre desarrolla varios talleres, para los que convoca a expertos en cada materia. En estos talleres siempre se tienen en cuenta las costumbres y tradiciones de todo el Caribe. Hay talleres sobre religiones caribeñas, Patrimonio cultural e identidad y diversidad de los pueblos del área, más encuentros de poetas, de comunicadores sociales y narradores orales. En vínculo con la raíz de cada pueblo, estos talleres siempre ofrecen nuevas perspectivas y desarrollo para quienes se apuntan a ellos.

Desde el interior
 
La Casa del Caribe y su Festival son partes de algo que pertenece a todos. Los habitantes de Santiago de Cuba y todos los viajeros que recorren las calles por estos días inician un viaje sonoro, rítmico, profundamente comunicativo, desde los sitios más recónditos de la isla hasta el propio corazón de la ciudad. Así es como los fuegos de la cultura caribeña expanden su espíritu y sabiduría en la creatividad de miles de hombres y mujeres que cantan y danzan a ritmos ancestrales durante toda la semana que dura el festival. Por eso esta gran celebración será una permanente luciérnaga en el cielo del Caribe.

La Quema del Diablo

El Festival concluye con un ritual antiguo: se prepara la figura de un gran diablo en el centro de la fiesta y en la noche del último día se lo quema, mientras varios grupos cantan y bailan. Luego las cenizas de esa quema se lanzan al mar como buen augurio para el futuro de las naciones de la zona y de sus habitantes.
 
 

Escribe: Elduende, desde: Argentina
para: Viajeros.com