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Viernes, 09 Noviembre 2007 20:06

Cuento de marcianos

09 NOV 07 PDU
En una Facultad de Turismo del planeta rojo, llegaba la fecha de graduación.
Los marcianos son el doble de informados que los terrestres dado que, si bien un día tiene aproximadamente media hora más de duración que el de la Tierra, si se tiene en cuenta lo que demora Marte en contornar el Sol, que es poco menos que dos años de los nuestros, se llega a la sencilla conclusión que un año lectivo marciano, vale por dos terrícolas.

Los mejores alumnos, de acuerdo a las calificaciones, iban obteniendo, para el viaje de egresados, derecho a niveles de destinos de mayor a menor.

De esa manera, el mejor alumno  fue enviado a París; el segundo a Nueva York;antes de la aparición del Euro era al revés: el primero a USA y el segundo a Francia pero, los marcianos son marcianos y no tontos y se dieron cuenta que si el dólar valía menos que el Euro, por algo sería.

El tercero fue a Beijing y el cuarto a Tokio; en este caso también , en los últimos años se invirtió el orden por evidentes razones de crecimiento y sin tener en cuenta los niveles de corrupción.

El quinto, sin discusión fue enviado a Sidney,que no es Londres pero hablan inglés y manejan al revés que todo el mundo. El sexto, a Ciudad del Cabo,no porque sea la capital legislativa, simplemente porque es más linda que Pretoria, la administrativa.

El séptimo fue dirigido a México porque tiene la camiseta verde, el  octavo y  el noveno a La Habana porque como proceden del planeta rojo, Fidel les hizo 2 por 1 y el décimo a Montevideo porque, era el que tenía la calificación más baja.

Uniki, el que fue a París, demoró dos días en conseguir que algún parisino le respondiese y cuatro en que otro le diese una sonrisa.

Duki, en Nueva York, disfrutó solamente tres horas viajando como egresado, caminando por la Quinta, sentado en un banco del Central Park, extasiado mirando a las ardillas. En esas estaba cuando primero recibió la oferta de Disney World;a punto estuvo de tomar el avión para Orlando cuando llegó la oferta de Hollywood y ahí nomás, vio como en su boarding, destacaban las letras: LAX.

Triki llegó a Beijing y se compró un Armani y un Rolex truchos; Fourki que siempre miraba en su cable la Deutsche Welle y la NBA, estaba convencido que en la Tierra, habían blancos, negros y como yo, tostados, pero se sorprendió en Tokio, al ver tanto amarillo chiquito, caminando rapidito y con tapabocas..

Cincoki llegó a Sidney y se asustó con un canguro que lo tuvo a los saltos. Meiaduziaki pisó tierra sudafricana y de entrada nomás, tuvo problemas. Un piola de los que no faltan en ningún planeta, le dijo  que cuando llegase dijese que venía a tomar posesión de la capital porque él en Marte, era Sargento, por ende, más que el Cabo.

Puntadereki ligó mal, el agente de viajes que era un marciano...en lugar de mandarlo al DF lo mandó a Tijuana y el pobre, se equivocó, en lugar de rumbear para la capital, lo hizo para USA y ahi los quetejedi le hicieron las mil y una. Había uno que lo quería despellejar y le gritaba "¡chicano te disfrazaste!! ¿creés que somos tontos?".

Gatoki y Arieteki, bien aleccionados, llegaron a La Habana cada uno con una bolsita, repletas ambas  de goma de mascar, caramelos, lápices y jabones pero, lo primero que hicieron fue ir a la Bodeguita del Medio porque Arieteki era fana de Hemingway y sabía que no iba a encontrar a -El Viejo-, pero descontaba que si, al -Mar-. La decepción de encontrarse en una callecita estrecha, lo deprimió tanto que se bajó varios Mojitos y la bolsita, la perdió enseguida.

Diki(el de más bajas calificaciones) llegó a Carrasco en PLUNA y el mismísimo Ken Cato lo fotografió al ingresar a la manga(sorry LA manga), mientras craneaba el nuevo eslogan: "Hasta los marcianos nos prefieren".

En Migraciones, el primer problema, no le creyeron la procedencia; "si, vos sos marciano y yo soy Kung Fú" le habrían dicho.

Pidió un taxi y empezó a entender que estaba en Uruguay.

En el primer semáforo vio a un niño haciendo malabarismo y se emocionó, pensó para sus adentros ¡ que país maravilloso, como reciben a los visitantes, con shows individuales!!.

Al siguiente semáforo sus ojos grandes, se desorbitaron: otro niño lavó el parabrisas del taxi tan rápido, que le alcanzó la pausa entre la roja y la verde y ahí se dijo: ¡maravilloso es poco; un país espectacular, que atención por favor!!!.

El coche de alquiler fue conducido por su chofer por la rambla y nuestro visitante, extasiado por el paisaje, de pronto, llegando al Buceo, vio , en lo que para él, era una casetita de madera, a una chica muy bonita, de minúsculas faldas y altos tacos, sonriéndole y tirándole un beso...ahí, se le cayó la primera lágrima y pensó: ¡que pueblo más simpático y acogedor!!.

Y un poco más adelante, en otra casetita, la chica era mucho más alta, tenía pies muy grandes y no tenía polleras, el cabello de un color indefinido, estaba justo en un semáforo y el taxi se detuvo por la roja. La chica alta se acercó a la ventanilla abierta y le dijo, con voz extrañamente gruesa: "la mema cien y el completo doscientos", justo, cuando el vehículo retomaba la marcha, la reflexión no se hizo esperar y fue: "¡están en todas los uruguayos...!, la mema porque es más cómodo tomarla cuando viajas es más simple y barata y el completo, seguramente trae eso que me han hablado tanto, las tortas, los huevos, salchichas, hummm, ¡que rico!.

El taxi ingresó al centro por 18 de Julio y Diki se deslumbró y allí afirmó ¡qué comercio más pujante, que infernal ritmo de venta deben tener en Uruguay, no les alcanzan los edificos para atender y ponen extensiones en la vereda!!

Hasta que llegó al hotel; bajó el equipaje, lo depositó en la vereda y al igual quer había visto en las películas que se hacía, por la ventanilla delantera, procedió a pagar el servicio.

En ese momento, de la nada, como siempre, apareció un pequeño "rastrillo" quien, con ese olfato característico, se apoderó del bolso con la laptop, la filmadora y la digital de Diki y se lanzó a correr.

Lo hizo unos pocos metros porque el marciano pegó tres o cuatro zancadas y descontó media cuadra y cuando el ladrón estaba a unos cinco metros, extendió su brazo derecho y lo atrapó (recuerden que es marciano).

Diki, al igual que Duki, tuvo poco tiempo como viajero despreocupado.

La anécdota de la recuperación del bolso, en pocas horas se convirtió en leyenda y luego de las entrevistas de Almendras y el Nano Folle, quedó convertido en superhéroe.

La Ministra del Interior se enteró y le ofreció el cargo de Comisario del Centro, el cual fue aceptado.

El ingenio popular le cambió el nombre, ahora se llama E (por EL) T (por TERROR) DE LOS RASTRILLOS. El turismo ha crecido y el comercio del centro ha florecido.

El Negro
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