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Domingo, 24 Enero 2010 20:42

Blanca Luz, la mujer que supo escandalizar a la sociedad del 1900

por Lucía Inés  Bagnasco
desde Punta del Este

Desde Pan de Azúcar al mundo y al cine; Blanca Luz Brum Elizalde, fue una mujer que supo vivir a conciencia y de buena gana, escandalizando a la pacata sociedad de la época, y sorprendiendo con sus cambios ideológicos. Pocas mujeres americanas tan inquietantes, tan hermosas e incomprensibles como Blanca Luz Brum. “Hace años en Montevideo, -contaba Javier Rioyo-, compré un libro sobre la vida de una inquietante y hermosa uruguaya …




Lo devoré fascinado y desde entonces llevo años persiguiendo al fantasma real de una mujer que parece una leyenda. Atrapado por su vida, por sus excesos … el otro día me volví a encontrar con su realidad, su mito, en un artículo de Soledad Gallego-Díaz.
Hablaba de un mural del "coronelazo" y pintor David Alfaro Siqueiros. Los desnudos de la mujer rubia de esa obra perdida, y rescatada en Buenos Aires, son los de Blanca Luz, su mujer durante algunos años al principio de los treinta del pasado siglo.
Tuvo muchos amores, muchos hombres, muchas ciudades y varias vidas. Coqueta, mentirosa, seductora…fue una "reina comunista", una cortesana de tiempos revolucionarios. Exaltada escritora, poeta mediocre, que desde su belleza, su impertinente juventud y su osada libertad se metía con "las poetisas gordas, invertidas, sucias; con los poetas serios, muñecotes rellenos de piedras, melenudos, momificados, egipciados...".

Junto a David Siqueiros

Tiempos de amor con el estalinista, bebedor de tequila y gran pintor que ya había gritado "abajo la pintura de caballete", Siqueiros. Una vida llena de emociones, cárceles, confinamientos, asesinatos políticos, aventuras revolucionarias y amigos que se llamaron Frida Kahlo, Diego Rivera, Tina Modotti, Eisenstein, Álvares Bravo, Sandino o Pablo Neruda, (con él conoce alguna noche de amor).
 Mientras su marido la pinta desnuda para el mural del rico mecenas Natalio Botana, ella ya está enredada con el "emperador, el ciudadano Kane" de la prensa argentina.
No le dura mucho Botana. Cambia de amante, de país, y se casa por la Iglesia -sin haber renunciado a la fe comunista- con un ingeniero chileno. Después vendrían los amores peronistas, incluido Juan Domingo, antecedentes de aventuras entre la progresía y la burguesía de Chile. Cada vez más rubia y más conservadora. Quiere luchar contra "los rojos", huir de Allende, refugiarse en la España de Franco. Termina sus días protegida y admirada por Pinochet, en la isla de Robinson Crusoe. Olvidada de sus viejos compañeros de viaje, vive su última huida hacia delante”.
Nació en Pan de Azúcar, en el año de 1905, y siguiendo la costumbre de las familias para con sus hijas en edad de merecer, más aún cuando las jóvenes se demostraban demasiado independientes, Blanca Luz fue internada pupila en un convento de Montevideo.
Nada pudieron las monjas con un amor que ya había nacido en las Sierras; y su enamorado, nada menos que el poeta peruano Juan Parra del Riego la raptó para casarse.
Es así que con 20 años pare a su hijo Eduardo, pero, a los seis días muere Parra del Riego.  Llega la joven viuda a Perú, para encontrarse con una cerrada sociedad que no admite el desliz y una familia política muy adinerada que la repudia.
Conoce entonces a José Carlos Mariátegui, un político socialista peruano de origen modesto pero que escribe encendidos artículos en la revista Amauta. Edita en Perú una pequeña revista: Guerrilla – Atalaya de la revolución que publicaba poesía rupturista y de contenido social. Allí resurge la encendida Blanca Luz como militante comunista.
En 1928 vuelve a Montevideo, describirá esta experiencia en el libro “Blanca Luz contra la corriente" publicado en 1936. “Hacia fines de 1928 logra publicar una sección semanal en el diario Justicia del Partido Comunista bajo el título de “El arte por la revolución” que pregona el deseo de terminar con “el arte por el arte para ponerlo al servicio de la revolución”.
Como delegado al Congreso de Sindicalistas llega en mayo de 1929 a Montevideo, el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros, el encuentro entre ambos es apasionado y Blanca Luz parte con él a México llevando a su hijo Eduardo. En México se casan y viven tiempos difíciles: la pareja y el pequeño hijo de Blanca Luz permanecen dos meses presos. Son liberados pero Siqueiros vuelve a ser encarcelado por seis meses.
En México participa de las actividades culturales y políticas junto a Diego Rivera (con quien mantiene un romance), Frida Khalo (que hace escenas de celos), Tina Modotti, y Sergéi Eisenstein (que estaba filmando “Viva México”).
En 1933, ante la posibilidad de volver a la cárcel, la pareja llega a Montevideo y es recibida por Luis Eduardo Pombo, Carmelo de Arzadum, Justino Zavala Muniz, entre otros.
 Cruzan a Buenos Aires y se hospedan en la casa de Victoria Ocampo. Es entonces cuando entra en escena el uruguayo Natalio Botana.
En 1915, a los 25 años de edad, Botana había fundado en Buenos Aires el periódico sensacionalista "Crítica". En 1927 llegó a vender un millón de ejemplares. Publicaba notas firmadas por el Premio Nobel George Bernard Shaw, el físico Albert Einstein y el joven Jorge Luis Borges. Fue precursor en Argentina de los vuelos en avión hacia donde estuviera la noticia y de las figuras del "periodista estrella" o "cronista especial". Se dice que, de paso, también extorsionó a políticos y hombres de negocios. Muchos aseguran que el empresario fue la versión rioplatense de William Randolph Hearst, quien inspiró a Orson Welles para la película "El Ciudadano Kane" (1941).
Según el poeta Pablo Neruda, Botana era "un vibrante nuevo rico". El millonario había adquirido la villa "Los Granados", en las afueras de la capital, donde construyó un parque zoológico, un estudio cinematográfico y una mansión de más de mil metros cuadrados y 30 habitaciones en la que organizaba fastuosas recepciones. A esas fiestas asistieron, por ejemplo, un hijo de Benito Mussolini y el poeta español Federico García Lorca.
Enterado de que Siqueiros está en aprietos, Botana le ofrece alojamiento en "Los Granados" a cambio de que le pinte un mural. Y aquí comienza la turbulenta historia, que incluye una primera cena que según los periódicos, termina a los botellazos.
En la mansión reina una atmósfera densa. La esposa del dueño de "Crítica", una dramaturga anarquista aficionada al espiritismo, padece una depresión crónica. Un tiempo antes ella le había confesado a su primer hijo, de 17 años, que Botana no era su padre y el joven se suicidó de un balazo delante de sus otros hermanos. La mujer buscó consuelo en la morfina; el marido se hizo adicto al opio.
En su nueva morada, Siqueiros se emborracha con su esposa, discuten a los gritos y a veces él la golpea. Para rematar, Blanca Luz Brum se convierte en amante del dueño de casa.
En ese ambiente, el muralista pone manos a la obra. En su primer mural subterráneo, Siqueiros decide crear algo sin "ideología revolucionaria" ni "beligerancia política". Pide la colaboración de tres artistas argentinos y un uruguayo, y les propone pintar el techo abovedado, las paredes y el piso, en un truco visual "algo etílico" que da la sensación de una caja de vidrio sumergida en el mar. El quinteto utiliza por primera vez pistolas de aire cargadas con pinturas sintéticas. Esos recursos pioneros hicieron imborrable al mural.
Siqueiros titula la obra "Ejercicio Plástico". A lo largo y ancho del sótano se ven peces y plantas marinas. También se entrelazan figuras femeninas desnudas. La modelo es Blanca Luz.
Tres meses de terminada su labor, el muralista participa en un acto de trabajadores comunistas y el gobierno argentino lo expulsa del país.
 Siqueiros se va a Nueva York, solo. Blanca Luz  se queda a vivir con Botana.
Poco dura la relación porque Botana fallece en un accidente automovilístico en 1941, mientras viaja hacia un casino en uno de sus tres Rolls Royce. Sus herederos no logran evitar que el imperio periodístico se desmorone en poco tiempo.
En 1935 -a los 30 años - está divorciada de Siqueiros, viviendo en el norte de Chile, casada por los ritos católicos con Jorge Béeche, ingeniero de minas y diputado radical. A fines de 1938 nace su hija María Eugenia.
En 1942, Blanca Luz es la Jefa de prensa de su amigo y candidato radical a la presidencia de Chile Juan Antonio Ríos.
Se divorcia y se casa nuevamente con un alto ejecutivo de apellido Brunson; nace su hijo Nils, en 1948. En marzo de 1957 ayuda al discutido peronista Patricio Kelly a huir de la cárcel de Santiago, disfrazado de monja. La situación de Blanca Luz se complica y se va a vivir a la Isla Juan Fernández, la misma en la que Defoe ubicaría a su Robinson Crusoe.
En 1963 apoya a Eduardo Frei Montalva en su campaña por la presidencia de Chile, la otrora furiosa militante comunista apoya ahora a un  político demócrata cristiano, formado en las filas del derechista Partido Conservador
El triunfo de la Unidad Popular y de Salvador Allende la llena de miedo y angustia y quiere irse de Chile. En una actitud que aún no se logra comprender busca por varios medios que el gobierno de Jorge Pacheco Areco le conceda una representación cultural en alguna embajada.
Cuenta Miguel Sánchez-Ostiz. “Recuerdo bien la cabaña en la que vivió Blanca Luz. Está en los alojamientos La Aldea Daniel Defoe y es la más apartada, junto a un estero. Se llama Cabaña Ann Pink, por uno de los barcos de la flota de Anson, el que llevaba los pertrechos. No había sido aquel su primer alojamiento en la isla. De su atrezzo personal quedaba muy poco, pero se adivinaba que aquel había sido un retiro grato. –En ese escenario fue donde pintó sus paisajes isleños, el omnipresente cerro Yunque, las cabras que han desaparecido …, personajes femeninos más tahitianos que chilenos... No estuvo por completo aislada. Sus idas y venidas al continente fueron constantes, pero ahí escribió poemas, muchas cartas y unas memorias que tal vez sean las mismas que se han publicado con el título Cartas de amor a Siqueiros. Por delante del ventanal que daba a la bahía pasaban cardúmenes de vidriolas, detrás de los pejerreyes, y lobos marinos, como ahora.
Ahí fue donde recibió la noticia de la muerte de su segundo marido, David Alfaro Siqueiros.
Toda la pintura naif de Blanca Luz Brum y su literatura tienen interés en la medida en que son obra de alguien convertido un personaje literario.
La afirmación de “Mejor hembra que poeta”, de Martín Adan, es brutal, ofensiva, pero Blanca Luz no era buena escritora y como pintora, naif. Su mayor atractivo, ya en vida, es su biografía, la complejidad de su personalidad.
Una vida novelesca la suya. Izquierdista, pasó por el peronismo y acabó en el pinochetismo cacerolero.
Me temo que con Blanca Luz sucede lo que con aquellos de quienes se habla y se escribe mucho en el terreno de la leyenda y las mitomanías, sociales y literarias, que la verdad se escapa.
 En la isla le tienen verdadera devoción, alimentada por años de relatos siempre entre la realidad y la ficción. Yo  escuché  brindar por ella al grito de “¡Por nuestra madre!”.

En setiembre de 1984, poco tiempo antes de fallecer concedió una entrevista al periodista Juan Gana, y Blanca Luz decía:
“Yo he amado y me han amado. A veces he amado y no me han amado.
Algo de leyenda tengo y no puedo evitarlo. Una leyenda que algunos distorsionan u otros mejoran según la simpatía que me tengan.
Todo lo que he tenido lo he dado. Lo que podría parecer vanidad no es otra cosa que seguridad en mi misma. Y por esa seguridad también tuve que pagar un alto precio, que es el juicio de los demás. La incomprensión es el precio más cruel, y también la soledad.
Pero también ha pasado el tiempo de justificarme ante la vida, por mi vida, por mis libros, mis pinturas. Ha pasado el tiempo de justificarme.”

Y para mañana les prometo la historia de la película que se rueda sobre el mural de Siqueiros y las fotos de Cristina Fernández de Kirchner junto a Blanca Luz Brum.

En la isla Juan Fernández, con un pescador

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