Ir a Punta del Este en invierno, tiene un encanto intransferible y tiene parecido con... casi nada !!

La cena en la zona del puerto, la estufa encendida, las empanadas de mariscos y el pejerrey a la vasca con un Cabernet Sauvignon de aquellos...hummm, un viernes diferente.

Los coches con algunos años se rompen, no hay dudas y a nosotros, nos ocurre a menudo; lo internamos en el ACU y allí, descubrimos el servicio de taxis del lugar; nunca, que recordemos, habíamos tomado taxis en Punta del Este.

Unidades modernas, de impecable presentación y un común denominador: la cordialidad y el esmerado servicio de los taxistas; realmente, un capítulo que nos place destacar. El valor agregado de este tema: Toyotas, Mercedes Benz y todos  ¡ sin mamparas !!, hasta pudimos estirar las piernas.

El dato posta

Para comer en Maldonado, parrilla La Balanza (para los mal pensados, nada de canjes, pagamos como buen hijo de vecino). Está en Santa Teresa y 25 de Mayo. Es tan buena la parrilla y tan cordial la atención que quisimos recomendarla. ¿El precio?, muy accesible.

La casa es seria

Visitando el Shopping, entramos en los Slots a probar suerte; la buena de Afrodita nos hizo ganar 400 pesos, pero...cuando apretamos "cobrar", faltaron 34 tokens, o sea, 340 pesos. Presentamos la queja y nos dijeron que en ese momento no podían hacer nada. Había que esperar al cierre para que cuando se hiciera el balance de cada máquina, si sobraba ese importe, al día siguiente nos lo devolvían.Nos retiramos convencidos que una vez más "justo a nosotros" nos había sucedido y que, nos podíamos ir despidiendo de la mayor parte de nuestra ganancia; para abonar nuestra duda, ni nos pidieron el nombre ni el documento, nada.

Al día siguiente, volviendo de Maldonado, ya en el auto, paramos para "chequear" pero, por puro trámite, sin ninguna esperanza. Apenas llegamos,planteamos el motivo de la visita y la respuesta fue: " Ah si, los 34 tokens, espere un instante que ya le hacemos la devolución". Y así fue, aunque con 24 horas de demora, pudimos confirmar que habíamos ganado los 400 pesitos.

El buen márquetin

Augusto Victorica nos había invitado a compartir "el asado que todos los domingos, por hobby, hago para mi familia y para el personal". A pesar del frío del domingo, allí estuvimos "arreglando" el país con el amigo mientras las tiras de asado iban saliendo para el comedor. Además de la familia del anfitrión y el personal del establecimiento, se habían agregado muchos pasajeros del hotel San Marcos, lugar del encuentro, dado que el menú de ese mediodía, anunciaba "Hoy asado". Damos fe que como asador, el empresario aprobó con muy buena nota. Pero, lo más destacado de nuestra estadía en el confortable hotel del barrio San Rafael, fue comprobar, la muy buena ocupación que tenía el mismo. Al parecer, la mano de la señora de Victorica "ella el hotel, yo los ómnibus", tiene mucho que ver con ese hecho y también, la gestión del gerente, Jorge Wilcke, en la negociación con el lugar que genera el tráfico. La atención del personal, impecable.

Brasileños algunos, argentinos bastantes

Siempre nos causa la misma impresión: ver a un brasileño en invierno, generalmente mal abrigado, con camperitas de nylon, pantalones de verano y a lo sumo, un pullover, nos causa más que nada, incredulidad. Habían muchos autos argentinos, recordar que era fin de semana largo en la vecina orilla por Santa María. 

Ya saben quien

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