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Domingo, 11 Mayo 2008 21:46

La energía de Brasil

 Brasil está decidido a jugar un rol protagónico en el escenario energético global. Y ha empezado a encaminar sus esfuerzos y recursos multimillonarios para lograrlo en tres frentes al mismo tiempo: petróleo,
 biocombustibles y energía nuclear.

Fue el propio presidente Luiz Inácio Lula da Silva quien adelantó este viernes algo que los analistas pronosticaban desde hace tiempo: su país pretende ingresar a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) y trabajar para “reducir los precios del petróleo”, según indicó a la revista alemana Der Spiegel, que se publica este fin de semana.

De esta manera, si logra ingresar a la Opep, Brasil jugaría un rol activo en el mercado petrolero global, al mismo nivel que Venezuela y los países árabes. Y ya cuenta con los recursos para hacerlo: en noviembre de 2007 anunció el descubrimiento de reservas de entre 5.000 millones y 8.000 millones de barriles de petróleo en la cuenca Santos, frente a la costa del estado de São Paulo.

Un hallazgo al que se suma otro en la misma zona realizado a mediados de abril y anunciado, aunque con cierta precipitación, por la Agencia Nacional de Petróleo (ANP): 33.000 millones de barriles en el llamado pozo Carioca, cuya magnitud aún está siendo estudiada por la semiestatal Petrobras. De ser correcta la estimación anunciada por la ANP hace un mes atrás, Brasil contaría con el tercer yacimiento petrolífero más grande del mundo en su propio territorio y las expectativas son enormes.

“Es absolutamente positiva esta noticia porque el país va a pasar a una categoría de gran reserva y gran productor de petróleo”, dice el analista del Banco do Brasil, Nelson Rodrigues de Matos, ante una consulta de AméricaEconomía.com. Pero no significa que no haya riesgos en el futuro porque según hace notar el propio Rodrigues, “el petróleo no es un recurso renovable sino limitado”.

Apuesta al biodiésel
Y esta es precisamente la razón por la que el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva no tiene ningún interés en dejar de lado sus proyectos de desarrollo de biocombustibles. “De ningún modo seremos un país monoproductor. No vamos a dejar el programa de biocombustibles, porque significa para Brasil un paso al desarrollo. El petróleo va a ayudarnos, es cierto, pues seremos autosuficientes, pero los biocombustibles son la apuesta a lo renovable, al futuro”, dijo el asesor en política exterior del gobierno brasileño, Marco Aurelio García, este viernes durante una visita a Argentina, refleja La Nación.

De hecho, para convencer al mundo sobre las bondades del etanol de caña de azúcar que produce, Brasil prepara una “ofensiva diplomática” que apuntará a desvincular la producción de biocombustibles de la crisis alimentaria actual, tal como lo confirmó el director de Energía de la cancillería, André Aranha Correa, quien este viernes aseguró que existe un cierto grado de “analfabetismo” frente al etanol.

Brasil está decidido a “desideologizar” el tema de los biocombustibles y para ello busca ganar la batalla, también en el ámbito comunicacional. Un punto que el propio presidente Lula también se encargó de aclarar en la entrevista concedida a Der Spiegel cuando fue consultado por los planes de Europa para incrementar su producción de biocombustibles. “Eso lo podemos hacer mucho mejor nosotros y los africanos”, dijo Lula, quien recomendó que el primer mundo deje de subsidiar su agricultura y reduzca los fuertes aranceles proteccionistas a los productos agrícolas de importación.

Programa nuclear
La estrategia energética brasileña también avanza en el desarrollo de un programa nuclear, un plan estratégico que se basará en la construcción de plantas termonucleares y en el enriquecimiento de uranio.

Junto con la creación de un comité específico que trabajará en el tema, el gobierno brasileño estudia construir unas cuatro centrales nucleares con capacidad de 1.000 megavatios (MW) cada una, que entrarían en funcionamiento gradualmente hasta 2030.

De hecho, este mismo año comenzará la construcción de la planta nuclear Angra III, Angra dos Reis, donde ya funcionan otros dos reactores iniciados en los años 70 y concluidos con dos décadas de retraso, según destacó el ministro de Ciencia y Tecnología, Sergio Rezende (ver Brasil se lanza al desarrollo nuclear, 8/5/2008). El plan de ciencia y tecnología brasileño prevé inversiones de US$ 24.700 millones hasta 2010 y es parte de la apuesta del gobierno de Lula para ganar liderazgo regional en materia energética.

Sin embargo, para potenciar sus esfuerzos también estima que necesitará del crecimiento de sus propios vecinos y esta es precisamente la razón por la que el gigante sudamericano ha asumido un papel activo en la búsqueda de acuerdos que permitan la reactivación de los planes de integración energética latinoamericana.

“Buscaremos una integración cada vez más grande (…) no sólo en lo que se refiere a los esfuerzos para enfrentar los problemas coyunturales”, sostuvo Aurelio García en Buenos Aires. Una promesa que, de cumplirse, permitiría a toda la región beneficiarse de la energía de un gigante que, por lo visto hasta ahora, no se conformará con ser sólo el líder de los biocombustibles.


fuente: América Economía