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Miércoles, 17 Junio 2009 04:25

A once días de las elecciones argentinas

por Luis Alejandro Rizzi
desde Buenos Aires

En nuestra anterior nota del lunes 15 decíamos que estas elecciones ordinarias se habían convertido en extraordinarias o si se quiere en términos políticos en “elecciones cruciales”.


Lo crucial tiene que ver con lo “decisivo” lo que significa que estas elecciones tendrán consecuencias importantes para el país.

El gobierno pone en juego una forma y modo de gobernar que consiste esencialmente en lo que llamaría la legitimidad de su arbitrio.

En lenguaje más llano el arbitrio, en una de sus acepciones, es el ejercicio de la voluntad sin el control de la razón, guiada solamente por el capricho o la ansiedad de poder.

Este modo de gobernar y de ejercer el poder se ha puesto en evidencia de diversas formas, todas bajo una cierta cobertura formal pero con una total carencia de legitimidad.

La facultad delegada por el Poder Legislativo al Poder Ejecutivo para alterar los destinos de las partidas presupuestarias es una muestra de legalidad formal y de ilegitimidad institucional que hasta ahora la Corte Suprema de Justicia no ha cuestionado.

Otra de las formas de gobierno que se ponen en juego el próximo 28 de junio es el uso de atribuciones propias y legítimas desde un punto de vista legal, ejercidas abusivamente para lograr fines espurios, como la fijación de tarifas de contenido arbitrario para hacer colapsar y luego iniciar el camino de la estatización de ciertas empresas o forzar ventas a favor de lo que se ha dado en llamar “burguesía nacional” y sin tanto eufemismo “amigos del poder” o como los denominó el presidente de Repsol YPF “expertos en mercados regulados”.

El ejercicio de atribuciones legales con fines espurios se denomina “desvío de poder” y es causa para que la justicia anule ese tipo de decisiones.

En estos casos con tarifas irrisorias se busca colocar a ciertas empresas en situación de inviabilidad para luego justificar su posterior “nacionalización” ya sea por parte del estado o esos “amicus curiae” del poder” que usan la bandera argentina para esconder sus ambiciones personales y sus rostros también.
Aerolíneas Argentinas y Austral son casos emblemáticos de esta política de apriete legal que paradójicamente convirtió a los victimarios de la empresa en victimas del estado.

La adulteración de las estadísticas oficiales para respaldar los supuestos éxitos de las políticas oficiales, o la complicidad de quienes se pueden favorecer con decisiones del gobierno como ocurrió con los “Werthein” en el caso TELECOM que habrían pagado junto con AEROPUERTOS de buena gana u$s 250.000 para que los Kirchner se pudieran fotografiar con el esposo de la actual Secretaria de Estado de los EE.UU. (Ver LA NACION de ARGENTINA de los días 15 y 16 del corriente en sendas notas de CARLOS PAGNI, se ingresa por www.lanacion.com.ar) .

El objetivo del gobierno sería que el grupo Eurnekian, comandado con fina e invisible destreza por Ernesto Gutiérrez, desembarque en la telefónica.
En verdad esos u$s 250.000 pudieron haber sido la llave mágica para ingresar a una facturación de u$s 3.300 millones y controlar la mitad de la telefonía fija, el 25% de la móvil y una utilidad operativa que orilla el 30%.

Como se ve no solo el gobierno sino sus “amicus curiae” son lo que arriesgan su cuota de poder político y económico en estas elecciones.
Es el oficialismo y estos “amicus curiae” los que han colocado a unas ordinarias elecciones en este punto de “crucialidad”.

Si la oposición en sus dos ramas, el justicialismo disidente o UNION PRO y la COALICIÓN CIVICA logran alcanzar el dominio de la cámara de diputados y despojar al gobierno de su mayoría absoluta, cabria suponer que varias de las facultades delegadas quedarían sin efecto siendo probable que el Poder Legislativo retome su rol institucional descripto por la constitución nacional.

El problema será que ello ocurriría recién a partir del 10 de diciembre próximo, siendo la pregunta del millón, conjeturar sobre lo que podría ocurrir desde el 28 de junio al 9 de diciembre.

Es mucho lo que se pone en juego por tanto cabria suponer que si el oficialismo pierde el dominio del congreso o cuando menos de la Cámara de diputados, intentará en ese lapso avanzar hasta donde sea posible,  sin economizar en medios, pensando que luego se retrocederá solo unos pocos metros. Siempre le quedaría saldo a favor.

El capital intelectual del gobierno es el dominio del pasado y su capital económico son sus “amicus cuariae”.
El pasado se limita a los años 70 en cuanto a la mitad de los derechos humanos y a la década del 90, que luego de usufructuarla al máximo, fue convertida por la misma gente en un absoluto estigma infamante.
 
Respecto a sus “amicus curiae” claro está  el oficialismo ignora hasta que punto puede confiar en ellos, conocida es la historia del capital prebendario en la Argentina.

Como conclusión las elecciones del 28 de junio son decisivas, pero ello no quiere decir que se garantice un buen resultado gane o pierda el oficialismo gane o pierda la oposición.

La cosa está en el nivel medio cultural agravada por nuestra falta de vocación para “PENSAR”.

La descalificación como el odio o el amor, no son frutos del pensar sino del sentir, pero el país necesita ciudadanos pensantes, dirigentes pensantes, maestros pensantes, obreros pensantes, alumnos pensantes, padres pensantes, profesionales pensantes… etc, etc, etc…!!!!

Esto lamentablemente no lo modifica una elección sino años de educación, de buena educación dada por verdaderos maestros y no por “trabajadores de la educación” como pretende llamarse ahora el personal docente (sic).