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Lunes, 22 Junio 2009 22:15

El futuro del mercado del transporte aéreo y del mercado latinoamericano

por Luis Alejandro Rizzi
desde Buenos Aires

“…El próximo problema no serán los valores respaldados por hipotecas", asegura Raghuram Rajan, profesor de finanzas de la Escuela de Negocios Booth, de la Universidad de Chicago. "Será otra cosa". "Se puede ajustar el control en un área, aumentar la regulación, pero si el incentivo subyacente de tomar riesgos



excesivos no se mitiga de alguna forma, se trasladará a otra cosa", dice Rajan….”
THE WALL STREET JOURNAL AMERICAS

Esta reflexión es una verdad de perogrullo la vida es una sucesión de problemas, por lo menos desde el momento en que Eva se trepó al árbol del bien y del mal y engulló el fruto prohibido.

De todos modos esto no quiere decir que siempre estemos frente a los mismos problemas, eso sería estupidez aguda en grado de irrecuperabilidad. Debemos evitar repetirlos y a la vez prepararnos para enfrentar los próximos y aprovechar las experiencias.

El presidente de los Estados Unidos Barack Obama ha propuesto una amplia y novedosa reforma  del sistema financiero. La idea es evitar el crédito “tóxico”, y acotar las posibilidades de generación del llamado “dinero bancario”. Evitar que las entidades que otorgan hipotecas revendan o cedan una parte sustancial de los créditos concedidos y otra que considero esencial, limitar las remuneraciones de los ejecutivos de las finanzas.
 
Personalmente estoy convencido que esa es una clave esencial ya que en general las remuneraciones se fijan en relación a resultados ficticios pero se cobrar en dólares contantes y sonantes en perjuicio de los accionistas y la sociedad.

Es probable que haya que limitar las autorizaciones para el ejercicio de actividades financieras estableciéndose requisitos exigentes para ingresar a la actividad tanto desde el punto de vista económico como profesional.

Es imprescindible que los estados acoten el dañoso despliegue de las ambiciones personales, las que siempre encontrarán un resquicio para hacer de las suyas.

Habrá abusos ya que como lo escribió CARLO M. MARTINI ex obispo de Milán, si “…Todo lo bueno puede ser objeto de abuso, hasta lo más excelso…”, también todo lo malo puede ser objeto de abusos desmesurados.

Estas ideas políticas también valen para el transporte aéreo y los Estados deben velar para restringir en lo posible la “oferta tóxica de billetes” y la existencia de empresas inviables.

Las autoridades de aplicación de los países deberían monitorear los riesgos o verificar, mejor dicho, la solvencia económico-financiera de las empresas dedicadas al transporte aéreo, examinar profundamente a las empresas que pudieran poner en riesgo el mercado mediante “ofertas tóxicas” para obtener financiamiento vendiendo a pérdida.

Muchos códigos aeronáuticos o leyes específicas establecen el requisito de la solvencia técnico-económico-financiera para poder ser habilitadas como tales y para poder continuar operando, pero pocas veces se ha aplicado la norma para retirar autorizaciones o concesiones.

Las sociedades deben ponderar que si bien la “oferta tóxica” posibilita  a un número, siempre muy reducido de personas, subirse a un avión, afectan la economía de las empresas que intentan comportarse dentro de los parámetros de racionalidad y el ámbito de la buena fe.

Las “ofertas tóxicas” desvirtúan el mercado que es o debería ser un “orden espontáneo” como lo señaló  von Hayek en oposición a lo que llamaba “orden organizado”.
 
El mercado es noble y cruel a la vez ya que debe funcionar por si mismo y su otra característica es la inmediata sensibilidad al devenir diario. A su vez es cruel ya que quien no se esfuerza y no acredita idoneidad sucumbe sin apelación posible.

El hecho que el mercado sea espontáneo no quiere decir que el Estado esté ausente, del mismo modo que el poder de policía se ejerce en el seno de las sociedades para garantizar el ejercicio de la libertad.

El Estado debe estar presente en el mercado para reprimir a quien viola sus reglas y principios. La “oferta tóxica” es una suerte de ardid para engañar al usuario, al cliente a la sociedad. Quien efectúa este tipo de ofertas en verdad vulnera la espontaneidad del mercado al que recurre no para “competir” sino para “aprovecharse de la buena fe del consumidor eventual”.

Los Estados deben velar por lo que llamaría la “ecología del mercado” ya que la competencia también comercialmente debe ser sustentable.

Las “ofertas tóxicas” afectan el clima de espontaneidad que debe imperar en los “mercados”.

Para culminar con esta cuestión los Estados no deben intervenir ni participar en los mercados, pero si deben garantizar que en ellos impere una razonable y espontánea libertad.

Precisamente los mercados mas espontáneos, obviamente la espontaneidad absoluta no existe,  son lo que mejores resultados están generando.
En Chile donde el mercado ha sido liberado pero el Estado garantiza la libertad y su espontaneidad razonable, el grupo “LAN” pasó de tener 13 aeronaves en 1993 a casi 100 en 2008 y su facturación superó los u$s 4.200 millones en el último año como lo explicó días pasados su CEO, IGNACIO CUETO.

Las claves del éxito son “SAFETY, EFICIENCIA, PRODUCTIVIDAD Y SERVICIO” precisamente las cualidades que debe exhibir un participante y protagonista del mercado.

Otros casos que van de la mano de la lenta pero creciente “espontaneidad del mercado” son GOL y TAM en BRASIL.

IGNACIO CUETO piensa que un lapso de no mas de cinco años solo quedarían en LATINOAMERICA la mitad de las grandes compañías existentes, al tiempo creo yo que surgirán pequeñas compañías que se especializarán en determinado tipos de trafico regional y de cabotaje utilizando una gama de aeronaves que ofrecerán desde 30 a 75/100 asientos ya que el éxito dependerá mas que de la capacidad ofrecida por vuelo de las frecuencias de modo de facilitar traslados en el día que eviten a los viajeros el gasto de estadía o pernocte.

El grupo LAN que opera además de Chile en Argentina, Perú y Ecuador debe estar frente a una duda de tipo “hamletiana”, debe apuntar a buscar una sociedad con la por ahora difícilmente viable  AEROLÍNEAS ARGENTINAS o debe dirigirse hacia AVIANCA, TAM o GOL.

Como está dado el juego político creo que lo lógico seria que el grupo LAN se convierta en la gran AEROLINEA de la costa del PACÍFICO teniendo en cuenta que el mundo económicamente nuevo esta del otro lado de ese paradójicamente azul océano. (Azul es sinónimo de números positivos).En ese caso AVIANCA seria el próximo y lógico objetivo.

Si la Argentina tuviera un sentido estratégico del futuro debería lograr que el grupo LAN piense en AEROLÍNEAS ARGENTINAS, pero para ello deberíamos convencernos que el ombligo del mundo no está en la panza de los KIRCHNER y que la clave está en “vivir en y con el mundo”.

Nos quedan en la región las líneas mas pequeñas entre las que cuento a PLUNA como la que pareciera tener un plan estratégico muy definido.

Poco se sabe en la Argentina sobre lo que se piensa en ANDES, SOL y MAC AIR JET.

En este conglomerado también deberán buscarse asociaciones y el ingreso de Pluna en el capital accionario de AEROVIP pareciera indicar la dirección, sin perjuicio del acierto de la decisión.

Ahora falta que la Secretaría de Transporte de la nación autorice esa suerte de fusión y la concesión de rutas lo que al momento de escribir estas líneas parecería difícil aunque si fuera cierta la situación de “encarpetado” del Ingeniero Ricardo Jaime todo puede ser.

Nos consta que en ese ámbito no hay unanimidad al respecto lo que ya es algo y a muchos les pesa la violación al acuerdo bilateral existente entre Uruguay y Argentina  respecto al vuelo MVD-REL.

En ese sentido es posible que el 28 de junio se convierta en una fecha clave y podría ocurrir aquello de para bien no pueden para mal se esfuerzan o que una nueva brisa anticipe la cercanía de una primavera tan ansiada y que parece sepultada por ese ya largo invierno de la ideología.

Como lo explica Giovanni Sartori “El ideologismo concede certeza absoluta y, por tanto no requiere pruebas ni presupone una demostración”. La ideología, lo dice Sartori, es un pensar que ha terminado de pensar, aunque yo preferiría decir que es un pensar para no pensar, porque el ideologista solo repite consignas extraídas de fracasos permanentes exigiendo su absoluto acatamiento y quien se atreve a disentir cae herido por el filo del epíteto descalificador.