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Domingo, 07 Junio 2009 19:02

Turismo de trabajo

por Eliseo Sequeira
No sé si el término existe, pero el concepto no es nuevo. Hoy forma parte de los llamados “beneficios corporativos”. Pero lo hemos practicado casi todos los que en función de nuestro trabajo, hemos tenido que



 hacer viajes, asistir a reuniones o simplemente realizar alguna tarea fuera de la jornada estándar y por supuesto, en perjuicio del tiempo dedicado a nuestra familia y nosotros mismos.

Se trata ni más ni menos que, al viajar o concurrir a una reunión, hacerlo en compañía de nuestro cónyuge u otro familiar. Todos nos beneficiamos. Por algo las grandes empresas lo fomentan, en muchos casos subvencionando los gastos del acompañante.

La cuestión es reconocerlo como parte del turismo, tratarlo como tal y fomentarlo. No creo que la cifra que mueve sea pequeña. Lo primero que se precisa es conocer más su frecuencia, limitaciones y preferencias. También hay que conocer los eventos organizados o en organización en los diferentes puntos del país.

A partir de esos datos, se puede comenzar a ofrecer “paquetes” que, directa o indirectamente van a beneficiar a todos: usuarios y prestadores de servicios. Y estos “paquetes” posiblemente no sólo lo disfruten este público objetivo primario (viajantes, transportistas, periodistas, etc.), sino que se irá extendiendo al público en general.

Posiblemente los más beneficiados sean aquellos que poco o nada pueden hacer para difundir su actividad. Especialmente en el interior. Pero a veces suele suceder también en Montevideo.

Como ejemplo pongo una experiencia personal y reciente. El fin de semana anterior, una novel diseñadora Carolina R. Papadopulos, presentaba su colección en el evento “De Fiesta”, en el LATU.

A pesar de ser sábado a la tardecita, y lo inhóspito del día, debía ir y por supuesto fui. Y disfruté del evento y de la presentación de, entre otras,  la colección  “Natojaris”, que en griego significa “que lo disfrutes”.

Al decir de la presentadora: que disfrutes la elección por el buen vestir.

Al retirarme, pasé por el Portones Shopping.

Había muchas personas, pero creo firmemente que la mayoría no sabían del evento que se estaba realizando a pocos metros.

Estoy seguro que si lo hubiesen sabido, muchos hubiesen concurrido y disfrutado de un sábado distinto.