El Hotel Conrad de Punta del Este es un paradigma en la región como actor  que ha comprendido el problema y lo ha transformado en oportunidad.

Invertir en turismo no es sinónimo de invertir en infraestructura.

La inversión en turismo sólo comienza con infraestructura, pero no puede nunca pretender agotarse ahí, porque de lo contrario estará destinado al fracaso y a la dependencia de la inversión pública para traer a quienes usarán esos servicios e instalaciones.

El Hotel Conrad de Punta del Este es un ejemplo a gran escala, en los próximos días ofrece shows de Bosquimanos Koryak o de la cantante Maria Rita, entre otros, buscando siempre una oferta variada y de primer nivel internacional.

Pero cuando un local gastronómico invierte en darle un perfil diferente a su menú, en sorprender al comensal con un detalle original en la “comanda”, agrega valor y genera lealtad del cliente.

Ni que hablar de la posibilidad de introducir música en vivo, con lo que además de agregar valor, mejorando la oferta, crea un espacio de desarrollo y amplificación de la cultura local (no es necesario traer un artista reconocido… hay cientos de jóvenes talentosos dispuestos a hacerlo con bajo costo).

Eso que en Brasil es bastante habitual de encontrarse con música en vivo ambientando la velada en cualquier boliche, no es tan común en otros lugares.

Es solo otro ejemplo de cómo a pequeña escala, puede invertirse en iniciativas que agreguen valor.

En los últimos años, en el mundo y en la región, ha crecido la idea (y la realidad) respecto a la gran oportunidad que surge del mercado de viajes corporativos, en especial, en el formato de los viajes de incentivos.

¿Qué es un viaje de incentivos? ¿ La región ha invertido en desarrollar ese nicho?, ¿o ha operado en forma reactiva adaptando su oferta turística tradicional y aprovechando los recursos subutilizados fuera de temporada, pero sin especializarse en ellos?

Creo que esto último se parece más a la realidad, pero estamos a tiempo de innovar y desarrollar ese mercado.

La oportunidad es grande y traer a grandes artistas, o pensar en organizar grandes congresos no es la única solución (tampoco necesariamente es la más eficiente).

Hay múltiples formas de estimular esa demanda y potenciar la inversión de las empresas en el sector.

Algunos Congresos recientes dedicados al tema han iniciado en los últimos dos o tres años un interés de la región por los viajes de incentivo, pero falta mucho todavía.

Hay una gran oportunidad esperando. Se trata de comunicarnos mejor y ayudar a que otros también lo hagan.

El Uruguay es un buen lugar para hacerlo. En eso estamos.