Un uruguayo que viajaba a Madrid, al ser consultado por la azafata en un tono muy cordial, mientras tomaba un vaso desde la parte superior del carrito con una mano y con la otra, asía una pinza para comenzar a trasladar cubitos de hielo desde la conservadora, contestó:
"Un whisky por favor, con tres cubitos y un chorrito de agua".
El pasajero que ocupaba el asiento a su lado, era mormón.
La chica, con similar diligencia le preguntó: ¿ Un whisky, vino, cerveza, qué le sirvo caballero?
Contesta el mormón con mal tono: "Prefiero ser raptado y violado salvajemente por una docena de mujeres antes que una gota de alcohol toque mis labios...".
El uruguayo muy prestamente le devuelve el vaso recién servido y le dice: "yo también...no sabía que se podía elegir..."