Canada I

Canadá primera parte Después de hacer los preparativos, tanto de nuestro equipaje como de la preparación de la poderosa, salimos con destino a Búfalo, ciudad de USA fronteriza con Canadá, nos separaban unos 950 kilómetros, a medida que avanzábamos hacía el norte las temperaturas se hacen mas bajas, en la mitad de camino resolvimos pasar la noche en un motel tradicional carretero, ya que por estas latitudes y en invierno a las 17 horas se pone oscuro.A la mañana siguiente continuamos el camino sin mayores inconvenientes, disfrutando del paisaje invernal, en donde por zonas se encontraba todo el paisaje blanco por la nieve, eso sí, dentro de la poderosa se bancaba el frío pero fuera es cruel, difícil de aguantar.Por la tardecita noche arribamos a la frontera con Canadá. Las fronteras en particular a mi, me ponen nervioso, eso de depender del estado de ánimo de un funcionario de migraciones que tiene toda la potestad del si o no, es para mi muy inquietante. Además tengo que sumar que salgo de USA pero no se si me dejarán entrar nuevamente cuando termine en Canadá, de solo tener que pensar en pasar lo mismo que en Matamoros se me congela la sangre.La salida de USA sin problemas, del otro lado del puente, migración Canadiense.Yo no entendí y no creo entender lo que me sucedió, pero presento el pasaporte y la funcionaria me empieza a hablar en ingles y de forma rápida, no le entiendo y le explico que no hablo ingles, ella me responde que estamos en Canadá y que ahí se habla ingles, le pido si lo puede hablar mas lento para poder entenderle, y ella no hace ningún esfuerzo para que le pudiera entender lo que me trataba de decir, por tanto no hay entendimiento, sigo sin saber cual es el problema , le explico de hacer una llamada a un amigo uruguayo en Toronto que nos puede ser de traductor, y me dice que de ahí no se permite hacer llamadas, me sella el pasaporte y me anula la visa de entrada, le pido que aguarde que ya venia con la solución del idioma, salgo fuera del edificio buscando alguien que hable español, encuentro un señor mexicano, le explico y se ofrece sin problemas hacer de traductor, regreso con él, la funcionaria no se encuentra tras el mostrador, pido si la pueden llamar, regresa de muy mala ganas, y le dice a mi traductor que con él no tiene nada que hablar que ya habló conmigo todo lo que tenia para decirme y que yo le había entendido perfectamente que por favor se retirara, mi traductor me  traduce, lo miro y le pido que le diga que no era así, y que por eso él estaba ahí para poder entender lo que me decía, en ese momento la funcionaria le insiste a mi traductor que por favor se retire si no quiere meterse en problemas y que me dijera a mi que me regresara a EEUU.Mi traductor salio disparando para afuera y yo lo seguí para que me explicara que estaba pasando, me comento que no entendía que le pasaba a la funcionaria, que era muy particular, y que mejor nos fuéramos ya que parecería que no le caímos en gracia.Voy a intentar plasmar en este relato mi estado en ese momento, primero la sangre que estaba muy fría se me puso muy caliente, estaba furioso, pensé unos momentos ahí afuera con el frío de la noche que ayudaba, recordé todos los inconvenientes para sacar la visa en Washington y en Nueva Yorck, en la plata que pague por las visas, en la plata que gaste en combustible y en el traslado, en la colonia de uruguayos que me esperaba del otro lado y  me dije, puede que no me dejen pasar por una decisión arbitraria de un funcionario, pero no voy a renunciar a dar batalla y armar el lío que fuera, si estaba perdido por perdido. Cuando me di la vuelta para entrar a la “guerra” se me iluminó mi pensamiento y recordé las palabras de mi hermano del alma, “ el que se calienta pierde”.A sí es que me fui nuevamente para USA, a pasar la noche para al otro día regresar a la guerra pero frío, tranquilo.Fue una noche de perros en Búfalo, hacia un frío descomunal, yo quería encontrar un lugar donde pasar la noche que no fuera muy caro, en realidad que no excediera lo que habitualmente pagamos en las carreteras, que rondan los 25 dólares (en EEUU), pero como la ciudad esta pegada a la frontera, no había esa clase de motel y todos superaban los 75 dólares, por lo tanto empecé a alejarme de la ciudad  a la búsqueda de uno, en cada salida de la autopista salía para ver si encontraba alguno, con tan mala suerte que en una de las salidas me paró un patrullero para pedirme documentación, yo tengo todo absolutamente en regla, pero no es común para ellos ver este tipo de vehículo y como que tampoco están muy habituados al tipo de documentación, por lo tanto todo se traduce en tiempo, así es que estuve una media hora mas, que no es lo mismo esperar en un auto convencional que en la poderosa; mucho frío pero mucho.Bueno, después de un par de horas de búsqueda  y azul como la poderosa de frío, encontré un motel como el que buscaba en cuanto a apariencia, no en el precio, pero fue lo mas barato que encontré y después de regatear el precio (salía 60, pagué 45) me di una ducha bien caliente, y descanse.Al otro día, me prepare bien mentalmente, como para ir a la guerra, y salí nuevamente a la frontera. Cuando llego el momento de entrar a las instalaciones de migración canadienses, estaba tan ensimismado en que iba a pelear, que abrí la puerta con tanta fuerza que golpeo contra la pared haciendo mucho ruido, cuando llego al mostrador de atención, me atiende una inspectora mucho mas joven que la de la noche anterior y con una sonrisa de amabilidad y cortesía que estratégicamente hablando en términos de guerra, me gano la batalla antes de empezar, me pidió el pasaporte muy amablemente le dije que no hablaba ingles, y se sonrió y me hablaba despacio haciéndose entender, me hizo un par de preguntas y me deseó muy buena estadía en Canadá.En el trayecto a Toronto me preguntaba que había sucedido la noche anterior, en donde podía haber estado el problema, ya pasaron 3 semanas y me lo sigo preguntando, y no me doy cuenta.El tema y lo importante es que seguíamos transitando, y en ese momento en tierras canadienses.Pasamos por las cataratas del Niágara, un lugar imperdible por su belleza,(ver fotos), y seguimos a Toronto en donde nos esperaba la familia Ciacomel, una familia uruguaya que hace mas de 30 años que residen ahí, Sergio y Grises y sus hijos, Natalia, Laura, Diego y Adriana. Que puedo decir de esta familia?, impresionante lo bien que me hicieron sentir, en pocos minutos éramos familia, si están leyendo les dejo mi saludos y agradecimiento.Luego de un par de días, me contacté con el club Uruguayo de Toronto, este club está muy bien organizado, y me impresiono la unión que hay entre sus socios, sin dudas es un club digno de tomar como ejemplo, no solo es un punto de encuentro social, si no que en él se transmiten a las nuevas generaciones nacidas en Toronto las costumbres y tradiciones uruguayas con el fin de que sus hijos no pierdan nuestras raíces e identidad.Estuve invitado a la despedida del año que culminó, en donde se agruparon unos 60 socios, la despedida en esta oportunidad era solo de hombres, que se hizo en su propia sede, y la verdad que en un momento determinado me di cuenta que estaba en Toronto solo por el frío que hacia fuera, porque por lo demás, podría decir que estaba en un típico club social de algún barrio de Montevideo, en donde se nucleaba grupitos  de personas , por un lado conversando de futbol, por otro de politica, por otro  junto a la barra tomando alguna copita y hasta mesas de truco con sus bulliciosos  gritos de “retruco”, en pocas palabras como en casa. También tuve la suerte de conectarme y compartir un encuentro con otra organización de uruguayos que se llama Manos con Manos, esta gente esta abocada a la ayuda para los uruguayos mas necesitados en nuestra tierra, en esta oportunidad me mostraron un autobús escolar cuyo interior estaba lleno de computadoras, que sería mandado en donación en esos días a Uruguay, y según tengo entendido no es el primero que mandan, además de haber mandado ambulancias y donativos en las ultimas inundaciones sucedidas en nuestro país.La verdad que me atrevo a decir que esta colonia de uruguayos es sin dudas la mas organizada, unida y solidaria de las conocidas hasta ahora. A todos sus integrantes y personas allegadas mis más sinceras felicitaciones.     Los días pasaron muy rápido, me hubiera encantado quedarme más días para seguir conociendo compatriotas tan solidarios, pero el invierno me corría ya que enero es uno de los meses más fríos, y en Canadá el frío es frío.El domingo por la mañana temprano pusimos rumbo a Montreal, ciudad distante a unos 650 kms. En la próxima entrega les cuento los percances sucedidos en la carretera con la poderosa y la peor nevada caída en varios años. Gracias por seguirnos. 

fuente: www.uruguayporelmundo.com