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Lunes, 02 Febrero 2009 06:26

Bailando hasta el mediodía

 por Miguel Bardesio

"La previa" se extiende más que nunca en verano y los jóvenes copan los boliches entrada la madrugada. En La Paloma, la movida se extiende tanto que hay quejas. | La fiesta matinal responde al deseo de diferenciarse y resulta otro síntoma más de que la familia vive en mundos paralelos.


Las amigas armaron el bolso con lo necesario para una semana en La Paloma: bikini, sombrilla, ropa, toalla y… un despertador. Sí, para Carina, de 20 años, y su grupo, este reloj odioso en el invierno se volvió indispensable en los días de vacaciones que acaban de pasar en el balneario rochense. "Nos acostábamos a las 9 de la noche y lo poníamos a las 1 de la mañana".

Al timbrar de la campana y como otros miles de jóvenes, las chicas se preparaban para una diversión nocturna que este verano, más que nunca, se ha vuelto matinal, lo menos hasta las 10 de la mañana.

El responsable del corrimiento, según los mismos jóvenes, se llama "la previa", que arranca sobre la medianoche y refiere al momento en que los grupos se juntan en alguna casa o pub, toman algo y ponen música. Pues esto, que hasta hace algunos años directamente no existía, se ha extendido tanto que hoy las discotecas de Montevideo, Punta del Este o cualquier otra parte, empiezan realmente a moverse sobre las 4 de la mañana.

En La Paloma, centro de las vacaciones juveniles, el fenómeno ha cobrado su máxima expresión, con boliches cerrando a las 8 y jóvenes todavía en la noche cuando el sol llamaba a los veraneantes adultos a la playa. El resultado: quejas de algunos operadores que pedirán a las autoridades una solución para la temporada siguiente (ver nota aparte).

Josacho Sassón, de W. Lounge, Mambo y otros boliches, cuenta que lleva 25 años en el negocio de la noche y reconoce: "Desde siempre hemos intentando empezar más temprano, pero es imposible. Al contrario, la noche se extiende cada vez más. Es muy del uruguayo llegar tarde y, el joven, con esto de la previa que es mucho más barata, se asegura movidas más largas, hasta horas que no son normales ni para mí".

asombro. Diego, Matías y Facundo, los tres de Nueva Palmira (Colonia), quedaron sorprendidos con esta movida en La Paloma. No llevaron despertador pero hicieron la misma rutina que aquellas chicas: dormir algo temprano en la noche, previa y discoteca. A las 10 de la mañana del domingo pasado, se comían un pancho en uno de los diez carritos que abren frente a las discos de La Aguada. "Seis, siete, diez, como 12 cervezas nos tomamos", contó Diego. La playa ya estaba cargada hacía rato de familias y parejas de adultos cuando el grupo regresaba al camping, los tres con los bigotes pintados. "Había uno que te pintaba gratis en el baile", explicó Facundo. ¿Mujeres? "No, no te digo que estamos medios atravesados".

Susana, que vende panchos frente a las discotecas de La Aguada, también usa despertador. Lo pone a las seis y media y una hora después ya está instalada. "La música corta a las 8, pero ellos siguen. O ponen alguna radio de auto y bailan acá en la calle hasta las 11", relató el domingo. ¿Su récord? El día del festival "Bahía Rock", 3 de enero, Susana vendió 1.250 panchos en horas matinales.

El intendente de Rocha, Artigas Barrios, relativiza las quejas de los vecinos. Dice que hubo pocas denuncias y celebra que La Paloma haya sido elegida como destino joven. "Ha vitalizado el balneario", indica y añade un dato: "Los primeros días de enero, entre las tres discotecas que están en La Aguada, vendieron más de 8.500 entradas por noche. Es una gran cantidad y no hubo, más allá de algunos roces, mayores problemas" (ver nota aparte).

En Punta del Este, con La Barra como centro nocturno, los contrastes entre diversiones jóvenes y adultos no han sido tan pronunciados como años anteriores. Algunos operadores estiman que los boliches cierran más temprano y se trata en definitiva de un público diferente. Los jóvenes que van a La Paloma son, en grueso, los mismos que salen en Montevideo.

TRANSGRESORES. Pero más allá de la polémica, la extensión de la noche sorprende a psicólogos y demás analistas. ¿Qué significa? ¿Por qué esta generación de jóvenes lleva aún más allá los límites de la noche?

Para el psicólogo Roberto Balaguer, que trabaja con adolescentes, el alargamiento responde a la natural rebeldía de la edad, pero profundizada por un deseo cada vez más fuerte de diferenciarse de los adultos. Lo explica: "Los jóvenes de hoy viven completamente a contrarreloj o con su reloj propio. Ellos marcan el territorio, la noche, y ahora con la mañana, que se supone es para ir a la playa en verano y en un balneario. Ellos desinstitucionalizan eso, la mañana es tiempo para estar regresando de la fiesta o de estar todavía en la fiesta".

Pero en el fondo, continúa Balaguer, podría haber una responsabilidad adulta. "Un poco los hemos empujado a eso. Todos queremos ser jóvenes, vestirnos, hablar, parecer joven, entonces ellos buscan diferenciarse y estar de baile y fiesta hasta media mañana. Es algo que los adultos nunca podrán hacer porque lo físico no resiste".

distantes. Otro psicólogo especialista en jóvenes, Luis Correa, coincide en que los adultos han empujado, no a sabiendas, a los jóvenes a espacios cada vez más distantes de "los normales".

A diferencia de lo que ocurría en la década del `60, entre los adultos y jóvenes de hoy no existe un conflicto generacional marcado por ideología o concepción del mundo, pero sí diversidades en cuanto a modos de sentir y de divertirse. "Ellos crean mundos paralelos, horarios, ambientes distintos. Tienen su búsqueda de independencia y en algunos balnearios, como Punta del Este, hay circuitos bien distintos para jóvenes y otros para adultos, lo que hace que el contacto se reduzca a `dame plata para esto o aquello`. En el fondo me da un poco de tristeza, dejarles un mundo donde no puedan divertirse cerca nuestro", añade el especialista.

La diversión y socialización en ámbitos distintos a los adultos son características de siempre de los jóvenes. ¿Por qué ahora la mañana?

Las generaciones anteriores solían emplear la noche y ya con el amanecer, empezaba "el día adulto", que muchas veces se compartía entre las generaciones.

Ahora, en cambio, ambos se mezclan. "Es bien interesante y nuevo. Los jóvenes `aprovechan` que en la noche no está la mirada del adulto para estar en su mundo, pero ahora como que quieren mostrar, con esto de la fiesta hasta la mañana, algo de ese mundo. Hay una necesidad de mostrar. Es un juego o un desafío: oculto pero también exhibo", opina el psicólogo Balaguer.

Las diferencias hablan también de crisis en las familias. Rara vez un joven o un adolescente asiste a un almuerzo dominical, como era tradición hasta hace no muchos años. Lo explica Correa: "Es un síntoma del cambio en la estructura de la familia. Evitar conflictos a través de la prescindencia, la búsqueda de autonomía y el vivir en un mundo paralelo, cada uno con sus rutinas y contactos limitados".

Pero este cambio familiar se replica en muchos otros países del mundo que no tienen bailes hasta la mañana. "Aquí también hay otro tema que es totalmente uruguayo. Como sociedad, hemos prescindido de poner normas y hacerlas respetar. En otras partes del mundo, el boliche termina a tal hora y punto. A nosotros nos cuesta mucho más eso. Entonces llegan costumbres como esta y después que están instaladas resulta muy difícil revertirlas", opina Correa.

PREVIENDO. Otro fenómeno relativamente nuevo es "la previa". Antes, los jóvenes y adolescentes se juntaban y entraban a la discoteca. Por razones económicas podrían tomar algo antes de ingresar, pero ahora se ha institucionalizado el encuentro previo cada vez más extendido.

"Alcohol, música y grupalidad. Esos son los tres ingredientes de la diversión nocturna. Si falta alguno de esos elementos, la noche no está completa", enumera el psicólogo Balaguer.

Con esos tres elementos, entonces, arranca una previa que no es bailable pero ruidosa a los oídos adultos.

Para Correa, la sociedad impone que cada vez "cueste más divertirse y pasarla bien". De ahí que se sume más alcohol, más ruido y más tiempo.

Balaguer celebra que por primera vez una zona veraniega surja como claramente joven en Rocha, aunque seguro que la polémica se instala. "En este país nunca se le dio un espacio claro a los jóvenes y ellos lo necesitan", añade.

Son las 10 de la mañana del domingo pasado. Carina y sus amigas se van a dormir, aunque en esta segunda tanda de sueño no utilizan el despertador. Al abrir los ojos, entrada la tarde, irán a la playa, pero eso puede esperar o incluso omitirse de las vacaciones. Como Diego, Matías y Facundo: "¿A la playa? Fuimos una vez, creo".
El dato
"El comportamiento fue excelente"

El intendente de Rocha, Artigas Barrios, quiere posicionar aún más su departamento como destino joven y anuncia que algunos inversores plantearon instalar hostales en La Paloma. "Es una inversión bienvenida y se irá puliendo". Respecto a las quejas de los vecinos, Barrios asegura que entiende a algunos afectados ("hay gente que prefiere más tranquilidad") pero le restó gravedad. "En todo enero, hemos recibido cuatro denuncias de ruidos molestos. Trabajaremos para que ambos públicos puedan convivir. Hemos acordado con los boliches que cierren a las ocho y lo cumplen. Después, claro, algunos muchachos, que serán 100, se quedan por ahí y hacen cosas de jóvenes. Pero, el comportamiento fue excelente". ¿Se analiza cambiar la locación de las discos? El intendente asegura que por el momento no ven razones para hacerlo.
Las cifras

46% De los que veranearon en Rocha en enero tenían menos de 35 años. En la primera quincena fue de 52%.

8.500 Entradas cada noche vendían las discotecas en La Aguada en las primeras noches de enero. Precio $100.

4 Total de denuncias por ruidos molestos en La Paloma, realizadas a la Intendencia de Rocha en el mes de enero.
PEDIRÁN SOLUCIONES PARA LA AGUADA

En marzo, una vez que finalice la temporada, operadores y vecinos de La Aguada y La Paloma pedirán que para 2010 no se repiten las escenas de esta temporada: "Jóvenes durmiendo en la playa, alcoholizados, desparramados por las calles", según enumeró José Luis Vitabares, vecino del lugar.

"Históricamente, La Aguada es un balneario familiar, tranquilo. Pero al instalar los boliches acá, lo han cambiado radicalmente", añade.

Los mayores conflictos se registraron en la primera quincena de enero, cuando el balneario está repleto de jóvenes. Según el intendente de Rocha, Artigas Barrios, las tres discotecas vendían 8.500 entradas por noche en aquellos días.

Un operador de La Aguada reconoció que este verano vivió algo que nunca le había pasado: ocho clientes pidieron que se les devolviera el dinero por el alquiler de bungalows y se fueron.

Vitabares asegura que la solución sería relocalizar las discotecas, ahora en la rambla de La Aguada. Si bien el volumen de la música no afecta porque están rodeadas de monte, los problemas se generan con la movida hasta entrada la mañana. "Hay un predio en el cruce de las rutas 15 y 10 que es ideal, está lejos de las casas", añade Vitabares.

De no conseguir el cambio, los vecinos insistirán con medidas que pongan coto y horario a la movida juvenil.

fuente: El País Digital