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Jueves, 01 Marzo 2007 19:50

VIAJES Y NEGOCIOS : Un día en el aeropuerto más activo del mundo

En un día cualquiera del año pasado, unos 2700 aviones aterrizaron o despegaron del enorme aeropuerto Hartfield-Jackson. Eso convierte al aeropuerto de Atlanta en el más activo del mundo en cantidad de vuelos, según cifras recién difundidas.
Atlanta es también, desde que desplazó del sitial al O'Hare de Chicago, el aeropuerto más movido del mundo en número de pasajeros. Unos 86 millones de viajeros, más del doble de la población de la Argentina, pisan cada año sus terminales. Los bienes y servicios que demandan generan para Atlanta y su región 18.700 millones de dólares por año.
Pocas ciudades del mundo como la estadounidense Atlanta tienen su orgullo económico tan asociado a la prosperidad de un aeropuerto. Aunque la ciudad sureña se jacta de ser sede de decenas de empresas del índice Fortune 500 —entre ellas la Coca-Cola, un hito que no falla en los city tours— el Hartsfield Jackson es el mayor empleador del área. Más de 55.000 personas atienden desde mostradores de aerolíneas hasta kioscos de souvenirs.
Las terminales, junto a las cinco pistas —la quinta acaba de agregarse en el 2006— convierten a Hartsfield-Jackson en una ciudadela que se recorre en un sistema, afortunadamente rectilíneo, de trenes subterráneos. Desde el año pasado hay señalización en castellano, al menos en las terminales internacionales.
Atlanta fue fundada en 1837 para ser la terminal del ferrocarril Western & Atlantic, y la condición de nudo de transporte parece no haber desaparecido desde entonces de su ADN. Una particularidad del Hartsfied-Jackson es que el 80% de los pasajeros que desembarcan allí lo hacen para subirse a otro avión.
No es de extrañar que las demoras sean su talón de Aquiles. Fue el cuarto aeropuerto estadounidense con más demoras en 2005 (a razón de 11 minutos promedio por vuelo), aunque las autoridades dicen que esa cifra está bajando con la nueva pista.

Vientos de fusión

Dos tercios de los vuelos que salen y llegan de esta plataforma sureña son operados por Delta o alguna de sus subsidiarias. Delta instaló su sede en Atlanta en los años 40, y contribuyó a atar la suerte de la ciudad a la industria aeronáutica. Esa dependencia explica los escozores que recorren el aeropuerto y la ciudad (de medio millón de habitantes, sin contar el conurbano) cada vez que llega alguna noticia sobre intentos de comprar a Delta, la tercera aerolínea del país, por parte de otras compañías. En caso de una fusión, se simplificarían vuelos y la actividad del lugar disminuiría.

Delta, hoy bajo el amparo de la ley de quiebras, viene resistiendo un intento de compra por parte US Airways, que daría como resultado la mayor aerolínea del mundo en facturación. Y circulan rumores de que, para hacerse fuerte ante la oferta hostil, podría estar considerando otras alianzas. Mientras tanto, en los mostradores y pasillos del Hartsfield-Jackson, parte del personal de la compañía parece tomar partido, desde unos botones metálicos prendidos en sus solapas cuyo mensaje equivale a un "no" a los cambios de manos.