La ministra de Turismo, Mercedes Araoz, viajó a Cuzco para recibir el certificado de manos de una delegación de la Fundación Siete Maravillas, encabezada por Michel Dickinson, que se encuentra en el país andino desde el pasado fin de semana.
La campaña, promovida por el empresario suizo Bernard Weber, para escoger a las siete nuevas maravillas del mundo se inició el pasado 5 de enero y se basa en una votación vía internet o telefónica, cuyos resultados se conocerán el próximo 7 de julio en Lisboa.
El presidente del país, Alan García, emitió ayer su voto y convocó a sus compatriotas a seguir su ejemplo. Además anunció el envío de una carta abierta "al pueblo colombiano" para que apoye la candidatura del santuario incaico, por el aprecio que tiene a este país que le acogió durante su exilio. Machu Picchu, construido en piedra y dado a conocer al mundo en 1910 por el estadounidense Hiram Bingham, tras siglos oculto en las estribaciones de la selva, es uno de los principales atractivos turísticos de Sudamérica. Conocida como la ciudad perdida de los Incas, fue declarada Patrimonio Histórico y Natural de la Humanidad por la UNESCO en 1981 y recibe entre 2.000 y 3.000 visitantes diarios.
Las ruinas incas son, junto a las estatuas de la isla de Pascua (Chile), el Cristo del Corcovado (Brasil) y las pirámides de Chichén Itza (México), las candidatas latinoamericanas al título de Maravillas del Mundo. La Muralla China, la Acrópolis de Atenas (Grecia), las Pirámides de Giza (Egipto), el Taj Majal (India), los Templos de Angkor (Camboya), el Coliseo de Roma (Italia), la Alhambra de Granada (España) y las ruinas nabateas de Petra (Jordania) son otras de las competidoras.