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Viernes, 07 Marzo 2008 11:52

El Buenos Aires colonial y revolucionario

 por Almudena Calatrava

07 MAR 08 PDU
La imagen más turística de la capital argentina se identifica con las avenidas elegantes o las callejuelas con sabor a tango, pero existe un Buenos Aires histórico que se remonta a los siglos XVIII y XIX, muy recomendable.
Está integrado por varias manzanas donde se fundó la ciudad y posteriormente se educaron algunos protagonistas de la revolución y la ulterior independencia de Argentina.

Durante la segunda fundación de la ciudad de Buenos Aires, en 1580, el vasco Juan de Garay decidió que la plaza pública se situara en unos terrenos cercanos al Río de la Plata, en la manzana situada frente al Cabildo.

A partir de 1803, una recova situada a la altura de la actual calle Defensa dividió en dos el predio, en los sectores conocidos como Plaza Mayor y Plaza del Fuerte. En 1810 este lugar fue el escenario de la revolución que marcó el inicio de la emancipación argentina y, seis años después, la independencia de España. Allí se juró en 1860 la Constitución.

Con el paso del tiempo, esta plaza cobró mayor protagonismo político, ya que durante la última dictadura militar fue el lugar donde las madres de los desaparecidos reclamaban la aparición de sus hijos secuestrados.

En el centro se levanta la Pirámide que conmemora el primer aniversario de la revolución de independencia. Frente a este monumento se encuentra la Casa Rosada, sede del gobierno nacional.

LA CASA ROSADA

Originalmente, en el lugar donde se yergue el edificio oficial estuvo emplazado el fuerte defensivo de la ciudad; luego, entre los años 1595 y 1720, fue residencia oficial de los gobernadores y virreyes.

El presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento (1868-1874) fue quien decidió pintar el edificio de rosa, color que era muy utilizado durante el siglo XIX. Surge de la combinación de pintura a la cal con sangre bovina, empleándose esta última por sus propiedades hidrófugas y fijadoras. El edificio se terminó a fines del siglo XIX, después de varias reformas.

En la Casa Rosada se puede visitar el Museo Histórico, cuya colección está conformada por objetos personales, retratos y esculturas de quienes ocuparon el cargo de presidente de Argentina.

En la misma Plaza de Mayo, se alza la Catedral de Buenos Aires, que hoy es el principal templo católico de la ciudad. Desde la primera capilla de adobe de 1593 hasta la Catedral actual, se alzaron en este sitio seis edificios diferentes que cumplieron la función de templo mayor.

La construcción de la Catedral fue muy sufrida, ya que se produjeron varios derrumbes. Después de más de un siglo y medio de obras, fue terminada cuando los franceses Próspero Catelin y Pierre Benoit diseñaron el actual pórtico neoclásico, inspirado en el Palais Bourbon de París.

En su interior hay cuadros y esculturas de artistas italianos y un mausoleo donde descansan los restos del general José de San Martín, héroe de la independencia argentina.

Muy cerca de la Catedral se puede visitar el Cabildo, que en tiempos de la Colonia española era la institución que representaba los intereses locales. En 1810 fue el centro de los acontecimientos relacionados con la revolución y la posterior declaración de independencia, hechos históricos que son explicados en el museo que funciona en su interior.

MANZANA

DE LAS LUCES

Desde la Plaza de Mayo se puede caminar hasta una de las zonas más históricas de la capital argentina, la Manzana de las Luces.

En este solar se instaló la Compañía de Jesús, que desarrolló una misión evangelizadora y cultural muy importante en Argentina, Paraguay y Uruguay.

El terreno donde inicialmente se habían radicado los jesuitas, aledaño al fuerte militar de la ciudad, resultaba inadecuado por razones militares; por eso, en 1661, los religiosos se trasladaron a un nuevo predio, situado en la manzana limitada por las actuales calles Bolívar, Moreno, Perú y Alsina.

Este lugar fue identificado por primera vez como Manzana de las Luces, en un artículo aparecido en el periódico El Argos del 1 de setiembre de 1821, en el cual se mencionaban las instituciones culturales que funcionaban en su ámbito. Apenas instalada, la Compañía de Jesús comienza a edificar la Iglesia de San Ignacio de Loyola. Ejemplo de la arquitectura barroca jesuítica, fue terminada en 1722 y es la más antigua de Buenos Aires.

LIBRERIA AVILA

En 1785 se inauguró en la esquina de las calles Alsina y Bolívar una botica que fue el primer comercio que vendía libros en la ciudad. ''La botica del colegio'' tenía como clientes a los alumnos y profesores del Real Colegio de San Carlos, hoy Colegio Nacional Buenos Aires.

A partir de 1830, se convirtió exclusivamente en librería y en uno de los centros intelectuales de Buenos Aires. Actualmente funciona la Librería de Avila, el único comercio de la capital que mantiene la misma ubicación y actividad desde tiempos coloniales y que posee revistas y ediciones antiguas.

MUSEO DE LA CIUDAD,

FARMACIA ESTRELLA

En la planta baja de esta construcción de la calle Alsina 412 funciona una farmacia de 1834, con techos decorados por el pintor italiano Francisco Parisi y estanterías de nogal de Italia. En la planta superior hay un museo que exhibe objetos relacionados con la vida y costumbres del Buenos Aires antiguo.•


fuente: EFE Reportajes
Publicado por el Nuevo Herald en Julio de 2007