Más de 2.500 empleados a la calle, regulación de agencias de viajes y oficinas comerciales, todo ello para reducir costes operativos y mejorar sus ratios de rentabilidad, que van a ser mirados con lupa por los pequeños, menos y grandes inversores en la bolsa. No son buenos tiempos para los dos gigantes del turismo mundial, TUI Travel y Thomas Cook Group, porque tienen que redimensionarse, adaptarse a las nuevas exigencias del mercado vacacional y pensar más en la rentabilidad que en la cifra de pasajeros transportados. El bisturí no ha parado, sino que continuará en otras áreas y países, caso de España y Alemania, donde Thomas Cook Group tiene intereses y activos más que esenciales.