Pero no basta. La seguridad aérea pensando en los viajeros- no es un tema solamente geográfico interno, sino también externo.La obligación de las agencias de viajes de informar a los clientes sobre las compañías que están en las listas negras europeas no parece suficiente protección. Además de difundir con más ahínco su lista negra, los gobernantes comunitarios deberían establecer mecanismos de sanción explícitos a la prohibición expresa dirigida a cualquier agencia de viajes mayorista o minorista de la Unión- de que incluyan cualquier tramo o salto en una de esas compañías inseguras ya sea en Indonesia, en Ucrania, en África o en cualquier otra parte del planeta.Tal como anda el mercado de aviones, los consumidores de viajes europeos se pueden encontrar que, una vez llegados al destino ansiado pongamos Indonesia, y sus maravillosos destinos, entre ellos Bali- en una compañía que no está en la lista negra, los trayectos interiores deba hacerlos con aerolíneas que están en esa lista negra, porque no hay otras o porque su vuelo lo vaya a operar una de esas compañías. ¿Qué deberá hacer, entonces, ese consumidor? ¿Quedarse en el aeropuerto principal y regresar a su país? ¿Tomar el avión sabiendo que no cumple los criterios establecidos de seguridad?...
fuente: preferente.com