plazos.El secretario de Transporte, Ricardo Jaime, y el titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas, Jorge Perez Tamayo, son los principales escollos para terminar de definir detalles.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (CÓDIGO AÉREO) - La fecha de un acuerdo entre el gobierno argentino, Airbus y los grupos Marsans y La Caixa cambia según la fuentes, confirmando que hay negociadores e intereses cruzados que quieren frenar el acuerdo final. Sin embargo, desde la Quinta de Olivos se habría dado la orden de pactar con el holding español y el fabricante de aviones "en el menor tiempo posible!"
La semana pasada se comenzó a correr el rumor de que un acuerdo entre las partes para dar por cerrada las negociaciones entre el gobierno argentino y el Grupo Marsans para la expropiación de Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas se firmaría hoy jueves 18. Pero fue un error.
Según pudo saber CÓDIGO AÉREO, había sido Airbus quién había puesto como fecha límite de la negociación el día mencionado, pero como los acuerdos están muy avanzado y faltaba ver el resultado de las charlas entre los representantes del gobierno argentino y el grupo financiero español La Caixa, los plazos se volvieron a dilatar.
Pero no hay acuerdo cuando operar el nuevo "dead line". Al cierre de la presente edición de CÓDIGO AÉREO, voceros del sector financiero español hablaron de "dos o tres días, quizás, una semana"; por parte del Grupo Marsans se hablaba de "antes de fin de mes" y por parte del gobierno argentino se sostenía que "no hay plazos. Seguimos negociando".
La confusión entre las fuentes no es casual, lo que ocurre que las percepciones de la marcha de la negociación son diferentes, según el interés y la fuente que se consulte.
Por ejemplo, desde el Grupo La Caixa la financiación de las compras y la entrega de garantías es una operación es relativamente sencilla de realizar, pero debe ser aprobada por autoridades españolas. Para el Grupo Marsans "sólo faltan detalles técnicos" desde hace casi un mes y medio. En la Argentina, hay un profundo rechazo a las negociaciones por parte del secretario de Transporte, Ricardo Jaime, y el titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas, Jorge Perez Tamayo.
Quienes conocen en forma medular al funcionario argentino notaron el rechazo y negación que tiene a firmar un acuerdo que signifique la paz entre el gobierno argentino y el Grupo Marsans. Esta sensación fue confirmada durante los reportajes que realizó Ricardo Jaime en Madrid, antes de volver hacia Buenos Aires.
En las notas, el funcionario aclaró varias veces que con la eventual compra de aviones, el Estado argentino le pagaría al Grupo Marsans un monto a cuenta de lo que ellos ya habían abonado a Airbus. "Desmiento que nosotros tengamos algo que ver con los montos o señas o lo que pudiera resarcirse a Marsans por parte de Airbus", dijo y explicó que "lo que sí liberaría es parte del contrato".
Sobre la relación entre Argentina y España por el tema Aerolíneas Argentina, el funcionario dijo que no puede hablar de "sensibilidad, sino de una absoluta cordialidad en cada una de las reuniones mantenidas. Hemos ratificado que el compromiso nuestro había sido dar todos los pasos legales que se tuvieron que dar. Y fuimos recibidos con mucho diálogo, cordialidad y siempre buscando los canales de solución", concluyó mostrando una diplomacia poco común en su persona.
Por su parte, en el Presidente de Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Jorge Pérez Tamayo, prefirió tomar un dato erróneo y exagerarlo (dijo que se comprarían 71 aviones cuando siempre se habló de un máximo de 35 aviones) para mostrar su disgusto por la compra.
"Si se traen 71 aviones no se quien las va a volar. No se pueden comprar 71 aviones para cumplir una función que hoy no se puede cumplir. Hoy tenemos 49 aviones y si se traen los aviones que Marsans reservó a Airbus tendríamos en exceso la cantidad de aviones que necesitamos", sostuvo.
Pérez Tamayo consideró que "hay que hacer un estudio de una política aerocomercial: cantidad de aviones necesarios, los cuales se tiene que comprar por módulos o cantidad de pasajeros, 50 módulos o bien 70, 120, 200 o 300. Pero hasta que no haya una definición sobre las posibilidades de la financiación y los valores, y hacer la negociación con cada empresa fabricante, no creo que se llegue a ninguna conclusión definitiva" sobre una compra.
El piloto indicó que para "llegar al nivel que Aerolíneas Argentina requiere, va a pasar tiempo, y no se lo puede medir. Esto va a depender de si vienen los aviones, si se puede tomar la gente necesaria, hacer los cursos, y recuperar las líneas que perdimos, que en el caso internacional perdimos el sesenta por ciento de las mismas", dijo.
Es interesante, pero Pérez Tamayo parece olvidar que cada avión de Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas tiene 7 veces más pilotos que otras empresas similares del exterior, que más de 250 pilotos están hoy haciendo cursos en el exterior y que ha pedido que se contraten más de 100 pilotos más pese a que no se conoce cuál será el modelo aerocomercial que tendrán las empresas.
Según fuentes del Ministerio de Infraestructura "Ricardo Jaime no quiere un acuerdo con el Grupo Marsans, quiere que los españoles carguen con los 71 aviones, con decenas de juicios que está preparando y, si es posible, que tenga que pagar toda la deuda acumulada por Aerolíneas Argentinas y Austral".
Por su parte, es conocido que Pérez Tamayo no quiere Airbus en Aerolíneas Argentinas y que facilitó a Boeing la llegada a algunos aviones propios a la flota local. Además, tampoco quiere que esas naves vayan a Austral Líneas Aéreas, como ya confirmó Julio de Vido y Ricardo Jaime en forma pública.
Para peor, que el Estado argentino y el Grupo Marsans vayan a tener código compartido fue un golpe duro para el funcionario y el gremialista. Este acuerdo ya existe hoy y, en virtud de él, algunas decisiones de pilotos de APLA fueron neutralizadas.
Una de las ventajas del acuerdo es que los españoles obtendrían la posibilidad de recuperar el dinero desembolsado en meses y años pasados por el transporte de pasajeros que los pilotos de APLA dejaban varados en Madrid.
Por ahora, es una negociación abierta, sin plazos y con muchos enemigos. Por suerte, la Quinta de Olivos y el gobierno español quieren dar por terminado el incidente y eso obliga a ciertos funcionarios a llevar adelante negociaciones que no quieren cerrar.
