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Domingo, 06 Mayo 2007 16:58

ZONA OPINIÓN - TRISTE PROTAGONISMO

por el Lic. Rafael Ramos
columnista invitado


Montevideo - 07 MAY 07 - Portal del Uruguay.
Cuando una noticia originada en un pueblo del interior de nuestro país llega a la capital uruguaya, traspasando así la frontera natural de su localidad, es porque se trata de algún hecho muy destacado. Y ese destaque puede ser por algún motivo calificado como bueno o por otro que se sitúe en el otro extremo de la medición, entre los malos.

 Respetando las escalas, es lo mismo que sucede a nivel de las noticias internacionales que recibimos cada día de los medios de comunicación masiva de nuestro país: algunas noticias de lugares perdidos en el mundo nos llegan solamente cuando se trata de difundir hechos curiosos o catastróficos (si bien hay ocasiones en las cuales también se difunden noticias catalogadas como buenas, generalmente las novedades provenientes de lugares que no son protagonistas del mundo político y económico nos llegan si se enmarcan dentro de estas características).

Durante el reciente fin de semana dos noticias del interior, provenientes del mismo departamento, fueron protagonistas de los medios de información montevideanos (y como consecuencia, del país entero). Y si bien estamos muy lejos de querer justificar un equilibrio entre cada uno de estos dos acontecimientos (especialmente en esta oportunidad), pues cada uno de ellos no guarda ningún tipo de relación con el otro y por lo tanto deben ser analizados en su propia naturaleza y no más allá de ella, la oportunidad nos ofrece los dos extremos de los cuales hablábamos en un comienzo: un hecho de los calificados como bueno y otro marcado por la desgracia. El protagonista de las noticias ha sido el departamento de Tacuarembó. El departamento norteño, famoso en nuestro país por haber desarrollado uno de los hospitales de más alta calidad de nuestro territorio, en el cual se desarrollan intervenciones al más alto nivel quirúrgico, ha trascendido por estos días como portador de alegrías y tristezas, pero que no tienen su origen en esta obra de la medicina que es orgullo de todos sus habitantes y de todos los uruguayos.

Por un lado, Tacuarembó ha sido uno de los mayores animadores del fin de semana futbolístico, pues no solamente hizo que un grande como Peñarol debiera ir a jugar a Rivera (por un acuerdo un tanto complejo celebrado entre ambas instituciones, que no merece aquí su desarrollo), sino que además, logró empatar el partido y sacarle de esa manera la gran posibilidad a Peñarol de depender por sí mismo para la obtención del campeonato del Torneo Clausura. Podríamos situar este hecho dentro de las cosas lindas (más allá de la desazón de los aurinegros)  que ha tenido a Tacuarembó como protagonista a nivel nacional. Por el otro lado, las intensas lluvias de las últimas horas han provocado, como sucede en cada ocasión que el estado del tiempo nos castiga, inundaciones con diferentes consecuencias. Se habla de que debido al corte de rutas y caminos, y a la inundación de muchos predios agrícolas, se han perdido muchas cosechas y que debido a esto, por ser poca la mercadería que se está comercializando, los precios han trepado dos, tres o cuatro veces por encima de sus niveles normales. Pero las lluvias y sus respectivas inundaciones han sido la causa de algo más trágico aun que la suba de algunos precios de frutas y verduras: una madre y su hijo fueron arrastrados por una cañada en el departamento norteño cuando intentaban cruzar en su camioneta. El conductor de la camioneta pudo salir, pero su esposa y su hijo quedaron atrapados.

Los tacuaremboenses hubieran preferido haber sido el centro de las noticias exclusivamente por asuntos deportivos, pero lamentablemente la realidad, que muchas veces escapa al control de los hombres, los ha puesto sí en el centro de la atención, pero de la desgracia. Cada vez con mayor frecuencia se repite el hecho en Uruguay de las inundaciones, y con mayor frecuencia también se repite el hecho de que alguna persona (con imprudencia o no) resulta arrastrada y ahogada por una naturaleza que cada día nos devuelve a los habitantes de este planeta la misma moneda con la que hemos tratado de comprarla. Muy lindo sería pensar que estos hechos no volvieran a suceder, pero creemos que lamentablemente los pueblos del interior de nuestro país volverán, más tarde o más temprano, a ser protagonistas del acontecer nacional por hechos de esta naturaleza, tan destacados como indeseables.