Cuatro minutos antes de sobrevolar Brasilia -el punto en que deberían bajar su altitud de 37.000 a 36.000 pies-, el comandante del Legacy, el estadounidense Joe Lepore, contactó a los controladores de vuelo y les preguntó si debería bajar o mantener la altitud. "OK. Mantenga", fue la respuesta.

En declaraciones al rotativo, un oficial de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) afirmó que ese hecho, en forma aislada, no explica la colisión, pero admitió que Lepore pudo haber interpretado ese contacto como una autorización para seguir viaje a 37.000 pies, pese a que el plan de vuelo le recomendaba bajar a 36.000 pies a partir de Brasilia y, luego, subir a 38.000 pies.

"El (Lepore) pudo haber entendido (la respuesta de los controladores) como una autorización para volar a 37.000 pies por todo el trayecto, pero no era eso lo que definía el plan de vuelo. El cambio de altitud debería ocurrir recién sobre Brasilia. Se puede decir que un 98 por ciento de la culpa es del avión (Legacy), y el dos por ciento del control de tráfico aéreo", dijo el oficial.

La Policía Civil del estado brasileño de Mato Grosso, que realiza una investigación paralela sobre las causas del peor accidente aéreo de la historia del país, anunció que convocará a declarar sobre el caso a los ocho controladores de tráfico aéreo que trabajaban en el día del accidente.

Lepore y el copiloto del Legacy, Joe Palladino, que tras la colisión lograron aterrizar en una base militar sin que sus ocupantes sufrieran nada más que el susto, permanecen en Brasil.

El accidente ocurrió el 29 de septiembre pasado y los equipos de búsqueda aún luchan por ubicar los últimos dos cuerpos en la densa selva del estado de Mato Grosso. Los técnicos forenses ya lograron identificar a las otras 152 víctimas fatales del siniestro.
 
  Fuente: www.lacapital.com.ar