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Martes, 09 Octubre 2007 03:57

Los diez retos del director de hotel en el siglo XXI

 09 OCT 07 PDU
El exceso de oferta tanto de destinos turísticos, como de establecimientos hoteleros, debe hacernos replantear en qué debemos concentrar nuestros esfuerzos

tanto de dedicación como intelectuales
para conseguir mantener elevados nuestros índices de ocupación,
precios medios y los coeficientes de satisfacción de nuestros clientes.

Pero para conseguirlo, tanto nosotros los que dirigimos, como
nuestros equipos, debemos reflexionar para cambiar adaptándonos
todos a las nuevas necesidades.
Por todo ello tan sólo aquellos directores y mandos que se sientan seguros ante el vacío, las
críticas no les creen tensiones, les gratifique imaginar alternativas y seleccionar una de ellas,
que sepan rectificar como un acto de sabiduría, crean en lo más profundo de su alma que
escuchar es enriquecerse, prefiriendo el éxito del equipo a su “yo”, y haciendo que a su alrededor
todos sus colaboradores también se ilusionen por el trabajo bien hecho, servirán para
dirigir, consiguiendo clientes repetitivos.

El directivo que quiera conseguir clientes repetitivos debe dirigir, es decir, provocar cambios
actuando en diez frentes:


En la calidad del destino turístico porque ésta afectará
directamente al tipo de clientes que lo visitarán y en consecuencia
se alojarán en el hotel, determinando el nivel de precios.

En la conservación y actualización de las instalaciones cada día
más sofisticadas y costosas en su mantenimiento y sustitución. El
cliente desea estar mejor que en su casa. Mentalizar a los empleados
como usuarios de las instalaciones y de la maquinaria, facilitando
a su vez su buen uso a los clientes, le ayudará a conseguir éxitos en este frente.

En la actualización de los servicios, creando nuevos, adecuados a las necesidades cambiantes
de los clientes. La calidad en los servicios son los detalles de los productos.
Este es un frente delicado porque el servicio en la hostelería se fabrica y sirve a la vez,
siendo muchas las personas que están en contacto con los clientes, lo que incrementa
el riesgo de ofrecer errores no deseados.

En la popularización de la calidad de los detalles a cuidar, si se desea que los clientes
repitan. Crear el carnet de los detalles de cada empleado para que sepan qué detalles
deben cuidar, pudiéndose así auditarse su cumplimiento que les facilitará diferenciarse
de la competencia.

En la agrupación mediante la incorporación en Asociaciones, Cooperativas y demás
instrumentos jurídicos que le aporten las ventajas de estar en un grupo de presión
frente a terceros (políticos, proveedores, mayoristas de viajes y los propios asociados).

En la creación y animación de la escuela de los detalles dentro de la propia empresa
para que puedan crecer mentalmente todos los empleados juntos, facilitando así el
trabajo en equipo.

En la constante diferenciación positiva de la competencia porque los clientes acaban
escogiendo por los detalles.

En las acciones necesarias para crear la mentalidad en los empleados que los clientes
repetitivos son la máxima seguridad para conservar los puestos de trabajo.

En la comercialización de su producto turístico en los distintos mercados posibles,
cuidando a los intermediarios del turismo que le ayudan a incrementar la ocupación.

En la informatización de la información, construyéndola en valores numéricos absolutos,
relativos y en gráficos comparativos, facilitando así el auto-control y la toma de
decisiones.

Fuente: alcion