mausoleo-slider-intro-1920x400
mvdmausoleoslider-intro-1920-400
pocitosslider-intro-1920-400
solis-slider-intro-1920x400
Jueves, 04 Junio 2009 03:30

"Nuestra estadía en Bali no se parecía en nada a lo imaginado..."

Sol y Gío,uruguayos de Rivera, amigos del Portal, están en este momento realizando el viaje de Ciencias Económicas. Hoy comenzamos con su experiencia en Bali y Kuala Lumpur. Prometemos muchos más relatos de las experiencias que está viviendo este grupo de Uruguayos y recomendamos para más adelante su visión de la visita a Hiroshima, Japón.



 Agradecemos que nos permitan compartir este material más que interesante a María del Sol y a Giovani, especialmente por el contenido de sus relatos,totalmente despojados de cualquier norma o prejuicio periodístico, son los relatos comunes de jóvenes viajeros que mandan correos a sus contactos, por ende, "la pura verdad".

Del frío de Nueva Zelanda a Bali...

Cuando comenzamos esta experiencia sabíamos que uno de los destinos que mas queríamos conocer era Bali.

Llegamos de noche, veníamos del frio de Nueva Zelanda y al bajar del avión el calor nos abrasó. Conseguimos un taxi que nos llevara al hotel que habíamos reservado solo para la primera noche. Fuimos en 2 camionetitas, " Taksi ", así se llaman aquí. El camino ya era medio raro, nos llevaron por caminos llenos de callejones, daba un poco de miedo y como era tarde no había mucho movimiento, por lo menos en el lugar por donde íbamos.

Ni bien llegamos al hotel, ya sabíamos que no íbamos a quedarnos mucho más de una noche ahí..., lo primero que se nos cruzó cuando bajamos del "taksi" fue una rata!!!. Por todos lados había canastitas hechas con hojas, tiradas en el piso, y las ratas comían de ahí. Nos imaginamos de todo; que la rata era un animal sagrado, que les daban de comer... Después  averiguamos y obvio que la rata no era ningún bicho sagrado, eran ofrendas que les hacen a los dioses 3 veces al día.

Nos acomodamos y salimos a dar una vuelta buscando algo de comer, conseguimos un "24 horas" cerquita. Ni bien salimos del hotel y durante todo el trayecto, pasaban los autos " taksis " tocando bocina y gritando " transport???",insoportables. Nuestra estadía en Bali ya no se parecía en nada a lo imaginado. Pobreza por todos lados, mugre por todos lados, ratas, lagartijas, todo huele a incienso, hasta los cigarrillos que fuman...

Nos imaginábamos lo que aparecía en los folletos, playas paradisiacas y una ciudad más limpia, que lejos que estabamos!! . Al otro día, las 17 personas que conforman nuestro grupo luego del desayuno en el Hotel nos fuimos desesperados a buscar un nuevo hotel donde quedarnos. No había lugar en casi ningún lado, ya habíamos decidido pagar más para poder ir a uno un poco mejor. Ese día descubrimos que en Bali todo se regatea, hasta el hotel!!!

Nos decidimos por un hotel que estaba a una cuadra de la playa, en Kuta Beach, tenía una piscina hermosa, restaurant... divino!!! Fuimos a hacer el check out al otro hotel y nos instalamos. Lo primero que quisimos hacer fue meternos a la piscina. Estuvimos un rato, almorzamos ahí, la comida era espectacular y baratísima!, mas tarde decidimos ir a la playa, porque ir a Bali y no conocer la playa no tenía sentido. El ánimo no estaba muy bueno, estábamos todos desilusionados con todo.

EL camino a la playa, si bien era una cuadra, era mortal, la gente no para de ofrecerte cosas, de querer meterte adentro de los comercios... En la playa, lo mismo, ni un segundo de paz, todo el tiempo vendedores ambulantes acercándose con cosas para vender, ofreciendo masajes, manicure, pedicure, en plena playa!!! El ambiente, raro, pesado, lleno de gente, casi ningún turista, el agua no era transparente porque la arena es negra... Seguíamos pensando que Bali era horrible, y nos quedaban  varios días por delante todavía.

El tercer día, decidimos irnos a otro lado, a ver si encontrábamos la Bali que habíamos visto en internet por algún lado. Contratamos unas camionetas del propio hotel y nos llevaron a una playa que quedaba lejos, donde se podía hacer varios tipos de deportes acuáticos, moto de agua, banana, y entre otros, uno que se llamaba parasaling que fue el que decidimos hacer. Estaba buenísimo, te ataban de un arnés en la cintura un paracaídas y una lancha te tiraba y te levantaba! Espectacular, se veía todo. Ese día habíamos estado todo el tiempo  en la playa privada del Hotel Meliá; era hermosa, el agua transparente, toda la gente que estaba ahí era de los hoteles y todos los hoteles tenían su propia playita. Eran establecimientos  con régimen de “ all inclusive”, esa si era la Bali que nos imaginábamos, solo que eran otros los que la estaban pagando y disfrutando...

La zona de las playas se llamaba Nusa Dua. Ahí cambió un poquito nuestra visión de Bali, aunque igual, todavía no estábamos muy contentos, porque además para ir a esa playa o a esa zona, no solo teníamos que pagar esos hoteles maravillosos, sino que desde el lugar donde nos estábamos quedando, quedaba a 45 minutos en “ taksi”.


El resto de la estadía  en Bali no tuvo mucho más, realmente, si bien estábamos en un hotel divino, tenía la desventaja de que no queríamos salir nunca de ahí, la gente nos trataba espectacular, nos llevaban la comida a la piscina y siempre, de mañana, de tarde o de noche estaban de buen humor y con  una sonrisa en la cara.

Lo increíble de todo es que un día, simplemente por curiosidad, porque no entendíamos porque todo era tan pero tan barato, se nos ocurrió preguntarle a uno de los choferes que nos llevó a la playa, cuanto ganaba  un trabajador en Bali, la respuesta nos dejo a todos mudos…. Nos dijo que en el hotel, un empleado ganaba alrededor de 10.000 rupias por día, parece mucho, si no fuera que equivale a 1 dólar americano. Ese día apreciamos aun más la amabilidad de la gente que nos atendía en el hotel.

Nos hicimos íntimos de uno de ellos, que le pusimos “ Ricky Martin” porque lo único que sabía decir en español era “ la copa de la vida” que en realidad para él era “ la vida de la copa” un fenómeno.

Después de esos días en Bali nos fuimos a Kuala Lumpur, Malasia. Si bien para este lugar, las expectativas no eran muchas, fue algo que nos sorprendió muchísimo.

Llegamos de noche, tomamos un bus al hostel que habíamos reservado. Por lo que se podía ver en el camino, parecía una ciudad majestuosa, enorme, moderna, y más aun si se va después de Bali…

Nuestro hostel quedaba en China Town, el bus nos dejó a un par de cuadras, por suerte habíamos dejado las maletas en Bali con Manuel y Ale, una pareja de amigos que no habían ido y solo habíamos llevado lo necesario en un bolso de mano.

No  se puede explicar lo que fue llegar al lugar donde nos quedábamos…teníamos que meternos por el medio de una feria, llena de gente donde vendían desde ropa, championes, carteras, billeteras, souvenirs, comida, bebidas, todo!! La comida tenía un olor tan pero tan desagradable. La mugre que había era impresionante!! La gente comiendo con la mano, comida metida en unas bolsas, realmente era asqueroso.

El segundo día de nuestro paseo por Kuala Lumpur fuimos a conocer las famosas Torres Petronas. La expectativa era grande.Subimos en dos grupos, solamente dejan subir al puente que las une porque el resto son oficinas. La vista era linda, de los 452 mts de altura que tiene solamente subimos 170, ni siquiera la mitad.
De todos modos valió la pena.

Algo que realmente nos sorprendió de  Kuala, fue la religión. Vimos en el museo nacional que es una república islámica. Eso sí que era extraño, más del 80% de las mujeres estaban tapadas, algunas solo la cabeza, otras todo el cuerpo. Era extraño, mirando algo de la religión musulmana en internet supimos que en Malasia la constitución obliga a las personas nativas a ser musulmanas.

Nuestro último día de Kuala fue el más tranquilo, hicimos un city tour. Fuimos al museo nacional, a la mezquita, adonde no pudimos entrar por la vestimenta que teníamos, pasamos por el palacio nacional. Malasia es un país independiente desde el 1957,casi nada.

La mezcla de culturas, más que nada los nativos, hindúes, etcétera es impresionante.

El tercer día, a las 3 y 30 de la mañana nos fuimos al aeropuerto para viajar a Singapur.