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Miércoles, 15 Noviembre 2006 06:31

"Vacaciones con garantía": dime de qué presumes y te diré de lo que careces...

El país esquina con vista al mar en el que vivimos, tiene un producto "estrella" para vender: la ganadería y sus derivados; claramente, a partir de la vaca, estamos hablando de algo tangible.
Ese producto, en un país con conciencia ganadera, tiene un techo de poco más de mil millones de dólares.
El turismo, producto intangible, en un país que no tiene conciencia turística,que intenta posicionarse en un segmento totalmente erróneo, de sol y playa,  genera ingresos de divisas por aproximadamente seiscientos millones de dólares.

Para venderle productos cárnicos a Rusia, México, Estados Unidos, etc. no es necesario publicitar en los grandes medios de estos países nuestros churrascos o lomos.
Para que vengan argentinos (nuestro principal mercado)en verano, según nuestra teoría, no sería necesario publicitar en los grandes medios de aquel país. Si las condicionantes están dadas vienen; si no hay viento a favor no vienen; así de simple.
Pero, se publicita. "Las vacaciones de siempre" o " Vacaciones con garantía".
La apuesta a un eslogan en un mensaje que tiene que decir tanto es, por lo menos, arriesgada, innecesaria, a nuestro entender, equivocada.
Es en estas coyunturas donde hay que poner sobre el tapete la creatividad; cuando todo está en calma, cualquiera es publicista.
Mas allá de la conveniencia o no de grandes inversiones publicitarias, casi siempre en los mismos medios, son necesarias otras acciones.
Hay una actividad, estudio, investigación o disciplina que, el resto del mundo la escribe de una forma y nosotros como márquetin, que hay que practicarlo, hay que ejercerlo, llevarlo a cabo.
En el comercio (el turismo lo es), en la prestación de servicios ( principal componente del turismo) y en el protocolo ( si, también forma parte de un todo en el servicio), una de las premisas es el respeto por el eventual cliente o visitante; el aprecio y no el menosprecio.
El país esquina con vista al mar, no sufre la inseguridad pública de Brasil ni de Argentina pero, en los últimos tiempos , ha quedado muy lejos de aquel remanso que fue.
Ofrecer garantías a los argentinos, es desnudarse; aún no hemos podido descifrar el porqué se les ofrece también  a los uruguayos en las radios locales, cuando lo hagamos, volvemos sobre el tema.