pocitosslider-intro-1920-400
solis-slider-intro-1920x400
mausoleo-slider-intro-1920x400
mvdmausoleoslider-intro-1920-400
Martes, 31 Julio 2007 16:16

Trabajosa diplomacia

por Rafael Ramos

MVD 01 AGO 07 PDU

El Ministerio de Relaciones Exteriores (RR EE) de Uruguay, seguramente sin quererlo, es uno de los protagonistas de este período de gobierno.

Históricamente en nuestro país las carteras ministeriales más destacadas han sido la de economía (como en todos los países...), la de interior, la de defensa y algunas otras que circunstancialmente por períodos cortos se alternan en la integración del cuarteto de honor (el podio ya está reservado para las mencionadas anteriormente y es difícil que alguna otra logre bajarlas de ese lugar). Evidentemente, este destaque al cual nos referimos no tiene motivos de festejo, sino por el contrario, tiene relación directa con la disconformidad de buena parte de la sociedad uruguaya. El ministerio de economía nunca dejará de tener a alguna parte de nuestra comunidad que manifieste su malestar con alguno de los muchos asuntos que debe atender; el ministerio del interior además de los problemas de siempre, desde hace un buen tiempo es la cartera preferida para marcar las diferencias políticas con el gobierno de turno; el ministerio de defensa es protagonista desde la apertura democrática por los temas notorios; y ahora, el ministerio de RR EE, por hechos que no le caen en gracia alguna, es cuestionado por su forma de conducir la política exterior de la nación.

Seguramente el ministro de RR EE, Reinaldo Gargano, hubiera solicitado algún otro cargo a la dirigencia frenteamplista cuando fue propuesto para ocupar la titularidad de la cartera diplomática si hubiese adivinado el futuro que le esperaba como responsable máximo de la diplomacia uruguaya. Lejos de los tranquilos ceremoniales de protocolo y de las pomposas reuniones a las que está acostumbrada la clase diplomática de cualquier país, el ministerio de Gargano ha debido arremangarse la camisa y sudar como cualquier hijo de vecino. Los hechos concretos que han llevado al "estrellato" (en su calidad de protagonista) a dicho ministerio son los de público conocimiento: las diferencias con Argentina por la instalación de las plantas de celulosa sobre el Río Uruguay y el destrato recibido por los ciudadanos uruguayos de parte de las autoridades migratorias españolas para ingresar a ese país. Ya sea por un caso o por el otro es a este ministerio al que le compete tomar cartas en el asunto. En ambos casos el gobierno, a través de este ministerio, ha manifestado en varias oportunidades actuar de acuerdo a las normas vigentes. Aun así, la controversia no ha sido fácil de solucionar y las respectivas mediaciones todavía tienen mucho por hacer antes de que podamos decir que algún avance se ha logrado.

La difícil tarea de acercar a las partes (en cualquiera de los casos referidos) tiene protagonistas que trabajan desde el punto de vista político y otros que lo hacen desde su esfera estrictamente técnica. Desde el ambiente político hay que destacar, antes que nada, la unanimidad de opinión de todos los sectores con alguna trascendencia política en el país, respecto a la posición oficial que, si bien en primera instancia podría leerse como la opinión de la fuerza política de gobierno (y que no deja de serlo) es en definitiva la posición de una nación: todos han "cerrado filas" en torno al gobierno. Y más allá de que la diplomacia tenga sus argumentos y sus técnicas propias de la disciplina, no puede desconocerse en los asuntos aquí descritos la enorme influencia política que estos hechos han tenido y tendrán hasta el último de sus días. Se podrán hacer muchas reuniones con protagonistas bien intencionados que dejarán lo mejor de sí mismos en cada uno de los encuentros a los que se los convoque, pero a esta altura de los acontecimientos estos temas no tendrán otra salida que no sea la que surja desde la política (en cualquiera de sus acepciones...). Uruguay seguirá confrontado con Argentina por las plantas de celulosa y llamará a España para que intente alguna mediación, mientras, se enfrenta a la misma España (la que sirve de mediador en este conflicto) por el tema de los ciudadanos uruguayos no admitidos o deportados en ese país. Tal vez a alguien se le ocurra que Argentina pueda "darnos una manito" con los españoles. Desde la ignorancia de cualquier ciudadano común, pero con algún mínimo sentido crítico, nos parece que nuestra diplomacia, por un buen tiempo, va a seguir siendo tan protagonista como la clase política de cualquiera de las partes lo quiera.