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Lunes, 03 Septiembre 2007 04:13

Pacífico reclamo contra Botnia: La protesta de asambleístas argentinos no tuvo incidentes

 por Lucas Colonna Enviado especial de La Nación  

03 SET 07 PDU

FRAY BENTOS.– No hubo ni un solo forcejeo. Tampoco gritos, ni insultos, ni mucho menos persecuciones.

Los autos repletos de familias atravesaron unos inusualmente estrictos y prolongados controles migratorios y aduaneros, y el gentío se apostó al costado del camino, en plena ciudad, para hacer oír, esta vez en territorio uruguayo, su reclamo inclaudicable: la relocalización de la pastera Botnia.

Contra los pronósticos más pesimistas, la de ayer fue una postal del orden. En una jornada sin incidentes de ningún tipo, los asambleístas de Gualeguaychú trasladaron aquí su protesta contra la empresa finlandesa, instalada sobre la margen oriental del río Uruguay. Lo hicieron en forma pacífica, pese a que el operativo de seguridad que los recibió de este lado del cauce de agua compartido parecía preparado para enfrentar una turba dispuesta a todo.

Ante la atenta mirada de la policía y la prefectura uruguayas, y con la imagen de la pastera finlandesa como telón de fondo, unos 1000 vecinos de Entre Ríos pidieron la relocalización de la planta, reclamaron acciones concretas y respuestas a los gobiernos de Tabaré Vázquez y de Néstor Kirchner, y anticiparon que tomarán medidas de fuerza hasta que su objetivo sea cumplido.

Los reclamos transcurrieron al costado de la ruta que lleva al acceso de Botnia, y no en la puerta de la fábrica, pues el gobierno uruguayo dispuso restringir la circulación e impedir el paso de vehículos y de personas a dos kilómetros del ingreso de la papelera.

Una malla de plástico naranja y un cordón de agentes de la policía con armas de fuego eran la barrera simbólica y física que señalaba los límites a los asambleístas.

El refuerzo de la seguridad fue por demás elocuente e incluso llamó la atención del observador menos avezado. Cerca de 500 integrantes de las fuerzas de seguridad custodiaron la manifestación, distribuidos por los cruces migratorios, las inmediaciones de Botnia y el interior de este pueblo.

De todos modos, el escenario improvisado por los manifestantes era representativo del reclamo, pues la fábrica se avizoraba desde la ruta, con su imperturbable chimenea y sus gigantes cilindros de hormigón.

"Piratas finlandeses"

Además, la fuerte presencia de seguridad y las trabas para la circulación no hicieron flaquear el tenor de los reclamos. "Venimos a exigirles a los piratas finlandeses que se vayan, porque no los queremos con su contaminación en la región", sintetizó en nombre de la asamblea de Gualeguaychú uno de sus miembros, Ana Costa.

Luego de esperar durante toda la mañana a que los automóviles argentinos ingresaran en territorio uruguayo, la mujer tomó un altoparlante y, cerca de las 15, dio comienzo a la ceremonia. Los asambleístas cantaron los himnos de los dos países y luego dieron lectura a una proclama.

"Repudiamos al gobierno de Tabaré Vázquez, que da impunidad a Botnia para que robe agua del río compartido, y repudiamos a Kirchner, que está más preocupado por sus intereses electorales que por encontrar soluciones concretas", leyó la manifestante.

"Gualeguaychú es pacífico. La violencia la produce Botnia. Responsabilizamos a Botnia y a los gobiernos de lo que pueda ocurrir de aquí en adelante", agregó.

Y completó: "Vendremos todas las veces que sea necesario hasta que se vayan".

Menos masiva

La protesta fue numerosa, aunque no exhibió, por distintos motivos, el mismo nivel de adhesión que mostraron otras manifestaciones que se han organizado con anterioridad en territorio argentino.

Según la prefectura uruguaya, cruzaron la frontera unos 250 automóviles, lo cual, indicaron, representa unas 1000 personas (basándose en el cálculo de que en cada vehículo viajaron cuatro personas en promedio).

Muchos otros quedaron en el camino, sobre la ruta 136, imposibilitados de pasar el control migratorio y aduanero del puente binacional general San Martín. Fue, claro, una situación que se generó como consecuencia de las demoras que provocaron durante toda la mañana los deliberadamente estrictos controles migratorios y aduaneros instrumentados ayer, para la jornada de protesta argentina.

Exageración

En rigor, hubo ayer una exageración en los trámites burocráticos necesarios para cruzar el puente que une Gualeguaychú con Fray Bentos. A todas luces, esa medida fue parte de la estrategia de contención dispuesta por la administración de Tabaré Vázquez ante el reclamo entrerriano (sobre lo que se informa por separado).

Los ánimos de los manifestantes no decayeron, pese a todo. Numerosas familias, con chicos, grandes y abuelos, llevaban sus mates, galletas y sándwiches a la vera del camino para participar pacíficamente del reclamo.

"Vinimos en familia, como un programa de domingo, con objeto de poder seguir disfrutando de este tipo de salidas al aire libre en unos años, si es que Botnia nos deja algo en pie", dijo a LA NACION Carlos López, un comerciante de Gualeguaychú que vino al corte acompañado por su madre, su esposa y sus dos hijas.

Hubo escasa presencia de dirigentes políticos en la manifestación. La primera línea del gobierno de Entre Ríos estuvo ausente del acto, cuando usualmente se puede ver presentes en las marchas a varios de los miembros del Ejecutivo provincial, como es el caso del vicegobernador, Pedro Guastavino.

De todos modos, y entre el gentío, se pudo ver al dirigente de izquierda y ex diputado nacional Luis Zamora, que viajó en auto para acompañar la protesta.

También estuvo presente el intendente de Gualeguaychú, el kirchnerista Daniel Irigoyen.