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Martes, 06 Octubre 2009 02:49

“Villa Rosita”, el cocinero y la fotógrafa

por Lucía Inés Bagnasco.
desde Punta del Este

Nils “Pepe” Berg llegó desde Venecia y New York, a radicarse en Maldonado. Es un famoso Chef internacional, que siguiendo el camino inverso de los inmigrantes criollos, trajo a nuestro país para radicarse definitivamente a toda su familia, es decir a sus dos hijas y su esposa Virginia, una norteamericana hija de uruguayos.


La historia podría comenzar en New Jersey (EE.UU) cuando el matrimonio Delgado se retira de sus actividades y decide regresar a su Uruguay natal, concretamente a Maldonado. En Estados Unidos queda Virginia, su hija, una norteamericana con corazón criollo que viaja todos los años a visitar a sus padres, con su esposo Nils y sus dos hijas.

Las niñas extrañan a sus abuelos y  como el lugar les agrada buscan la posibilidad de instalarse por estos lados, en definitiva, Maldonado es elegida nuevamente. Dos se fueron, seis regresaron.

La casona del 1900 se encuentra en Bergalli 580 y Santa Teresa, respetaron su nombre inicial y se continúa llamando “Villa Rosita”. Luego de restaurarla hasta en sus mínimos detalles y decorarla, abrió como un íntimo Restaurant o Bistró, al mejor estilo newyorkino; y si no fuera por su color rojo tierra, seguramente pasaría desapercibida en una zona que no es de este tipo de comercio. Lugar que eligieron especialmente, justo por eso.

Virginia es artista plástica, la fotografía callejera (street photography) en blanco y negro que es su especialidad y su debilidad, pero también realiza fotografía comercial y ya ha realizado importantes trabajos en nuestro país.

La decoración de la casona es obra suya, y recibe con una galería de fotos propias tomadas en Montevideo, Maldonado, Nápoles, Venecia y New York, así como impactantes afiches del Metropolitan de dicha ciudad.

Tampoco pasan desapercibidas unas antiguas sillas de hierro traídas especialmente de Estados Unidos, adquiridas en una subasta de garaje de antigüedades; un pendón veneciano con un león rampante; ni la barra, que en realidad es un antiquísimo mueble con mesada de mármol rosado, restaurado luego de ser rescatado
en un remate en San Carlos; la iluminación la trajeron del restaurante que tenían en Massachussets; y la curiosidad es un aljibe dentro de la casa, si dentro, ya estaba allí y aún funciona.

Virginia Delgado Berg, artista plástica

“Somos amantes del arte – dice Virginia en un español con rastros de su inglés y cadencia italiana- el proyecto está marchando muy bien, todas las semanas tenemos gente nueva”.
 Solamente son siete mesas las que se sirven para uruguayos pero una mayoría de  extranjeros que les conocen porque se ha ido corriendo la voz, y por amigos quienes a su regreso a su país natal, lo comentan y recomiendan.

El  lugar es sumamente exclusivo pero no por ello demasiado  “caro” pero sorprende realmente por sus platos como   “berenjena parmigiana” o el risotto “milanese”, y un menú tipo que incluye compa de champagne,  brusketas varias, pollo a la mostaza y miel, capelletones de queso de cabra y nuez, y helado de limón con champagne; todo regado con los mejores vinos nacionales o la elección de una cava internacional.

Nils es un chef americano que estudió en Italia y Francia. Fue alumno nada menos que de Jean Vettard y preferido de Paul Bocouse.

Para quienes no han oído hablar de este último y su significado en la cocina, el Chef Paul Bocuse lleva 55 años cocinando y luce orgulloso las tres estrellas que la guía Michelin le concedió en 1965, cuando saltó a la fama. Dice estar cansado de expandir su emporio y se muestra feliz con el papel de guardián del templo gastronómico que es su restaurante L'Auberges de Collonges-au-Mont-D'Or, cerca de Lyon, Francia. Sin embargo, para matar el tiempo, regentea una escuela de cocina y hotelería que lleva su nombre y dicta conferencias por todo el mundo, sus seis libros ya vendieron tres millones de ejemplares.

Con el tiempo, Bocuse aprendió a aceptar sin reticencias el título de creador de la "nouvelle cuisine" cambió la suculenta cocina tradicional francesa (a base de manteca, crema y  salsas) por una menos calórica donde los productos frescos y de calidad son la vedette.
El golpe de gracia lo dio en 1961, cuando recuperó el café que regenteó su familia desde el siglo XVII (y su abuelo había vendido, con el apellido incluido en 1921). Ese mismo año fue galardonado como el "Mejor trabajador de Francia" ("Meilleur Ouvrier de France"), premio que desde 1924 entrega el gobierno francés a los artesanos y profesionales más destacados. En marzo pasado, en la guía Michelin France 2005, batió otro record: 40 años con tres estrellas, el máximo alcanzado. Fue el primer chef que salió de las cocinas, en 1965, para dar clases en Japón. En 1982 abrió el primer restaurante francés de Disneyworld.

El "Chefs de France", ubicado en el mismísimo Epcot Center, es regenteado por su hijo Jêrome y sirve 3.000 cubiertos diarios sólo con platos franceses.

Además, vigila 14 panaderías en Japón; el restaurante del Hotel Méridien en Copacabana; uno de 65 cubiertos en Tokio y el Bocuse a bordo del lujoso crucero Royal Viking Sun. En paralelo a la cocina de alta alcurnia, Bocuse reflexiona sobre una nueva forma de restaurante. Durante los 90's inauguró sus "brasseries", una en cada punto cardinal de su ciudad natal, donde el precio medio de un plato -con 2000 cubiertos diarios- oscila entre 8 y 10 euros (nada caro comparados con 170 euros en su restaurante)
Este cocinero maestro de Nils, recibió al igual que su otro profesor Jean Vettard, la Orden de la Legión de Honor. Bocuse dice que aprendió geografía viajando con su cocina, e igual camino ha recorrido su alumno.

Nils o “Pepe” (Pepi) desde los 10 años participó en el restaurante de su familia en Massachussets, con sus 20 recién cumplidos comenzó a estudiar en Francia e Italia hasta destacarse como Chef en el “Cipriani & Palazzo Vendramin” un Hotel y restaurante de seis estrellas, situado en medio de preciosos jardines en la punta de la isla de Giudecca, con vistas de la laguna, la Iglesia de San Giorgio y del embarcadero de San Marcos.

Tal fue su desempeño que le convencieron para regresar a Estados Unidos, más precisamente para tomar a su cargo desde su inauguración en 1985 al Cipriani de New York  pero ahora como gerente, y de allí al Rainbow Room del Rockefeller Center. Para darnos una idea, este es un club privado fundado en 1934 que ha prosperado en medio de la opulencia cultivando la membresía de importantes personalidades que se destacan por su gran fortuna e influencia en los negocios.

Allí se proporciona a los miembros una atmósfera que permite que impresionen a sus huéspedes con vistas sin par de New York City, y de la cocina famosa de Cipriani del mundo (Barra-Venecia de Harry) que tuvo a su cargo Nils.

Pero no pudo con su pasión por las ollas, los sartenes y sus buenos aromas. Volvió entonces a Massachussets, concretamente a Providence, un lugar que dice, es muy parecido a Punta del Este, y de allí a Maldonado.
Nils sorprende por su entusiasmo, justamente a los uruguayos que estamos casi siempre prontos para criticar nuestro lugar o armar valijas a la primera oportunidad.

PDA  ¿Cómo te has adaptado a Maldonado?

Nils Berg: “Magníficamente. El único problema que encontré es que me gusta trabajar con mucho marisco, con ostras que se dan también en Massachussets y aquí no tanto. Pero la carne es excepcional. Elegí no hacer parrilla porque de eso aquí hay mucho, aunque tenemos un plato de lomo exquisito, pero trabajo más con
cocina francesa, italiana y newyorkina. Me gusta hacer una cocina un poco diferente, simple con ricas mixturas, pero siempre algo exclusivo, sencillo y muy rico”.

PDA: Instalarse en Maldonado y no en Punta del Este o La Barra ¿ fue una opción, un error o una casualidad?
 
N.B:” No, no. Fue una elección muy razonada. Nos gusta Maldonado, es una ciudad antigua, muy sencilla y la gente de alto nivel quiere venir, cruzar la línea entre Maldonado y Punta del Este, esto es un barrio. Nosotros conocíamos porque veníamos en vacaciones todos los años. Conocíamos los restaurantes de Punta

del Este, pero queríamos algo más Europeo, no grande como todo lo que hay en la Punta, algo intimista, que pudiéramos hacer solos para trabajarlo personalmente y no perder el contacto con las personas. Y habilitamos el jardín, pero nuestro límite de proporcionar exclusividad es no superar las cuarenta personas.  Yo estuve fuera de la cocina directa como tres años, trabajando como gerente, tengo mucha experiencia en todo el mundo en negocios, pero amo la cocina de primera mano.”
 
“El hombre es un genio en la cocina –acota Virginia- y nos gusta concurrir a las mesas al final de la cena, hablar con los clientes, en realidad hay una atmósfera de club, de complicidad entre los que vienen, que es lo que buscamos.”

PDA: También resulta una buena difusión para el departamento.

N.B. “Si, por supuesto, indirectamente hacemos propaganda de Punta del Este y Maldonado en el exterior. Hace un rato escribí a un amigo especialista que hace el jurado de una importante revista de cocina de New York para que venga aquí, a “Villa Rosita”, pero, de paso recorrerá todos los restaurantes. Y tengo una Chef amiga que tiene un programa de televisión, son viajes recorriendo las cocinas del mundo y ya ha venido a  filmar por aquí.”

PDA: Nos contaba Virginia que se han radicado muchos amigos en Maldonado.

N.B.: “Si en este momento los “gringos de Estados Unidos”  que antes optaban por irse a vivir por ejemplo a  Costa Rica o México, que están muy bien, se vienen para aquí ahora en importante cantidad.

Punta del Este tiene ventajas tiene servicios “firtz class” todo el año y eso no es común. Aquí por ejemplo,  hay grandes supermercados donde durante todo el año se consigue de todo, de todo siempre no solamente unos meses.  Si quieren pasear, comprar cosas, hasta un buen queso italiano parmesano de origen, se encuentra, hay todo. Entonces se recomienda y atrae gente también.”

La charla continúa entre buenos vinos, mejor cocina y las fotografías de Virginia de Jack Nicholson, escritores y hasta veteranos protagonistas del fin de la Segunda Guerra Mundial, lo que da lugar a numerosas anécdotas. El deseo de la familia Berg-Delgado es obviamente recibir y compartir exquisiteces en “Villa Rosita”, pero también que muchos extranjeros conozcan la tranquilidad y buenos servicios del Maldonado y opten por su residencia aquí, como lo han hecho ellos y sus dos niñas.

www.portaldeluruguay.com





 Villa Rosita

 el maestro Paul Bocuse

“Pepe” en su salsa.