El alto funcionario europeo ha expresado satisfacción por el convenio preliminar.Tenemos una oportunidad de abrir mayores beneficios a ambos lados de Atlántico. En términos económicos, este acuerdo sin precedentes representaría un paso hacia el cambio -podría traer hasta 12 mil millones de euros en ventajas económicas y hasta 80.000 nuevos empleos-. La decisión del siguiente Consejo de transporte será crucial. Esta área de aviación abierta podría ser esencial para la fortificación de las relaciones transatlánticas.
Barrot destacó que, después de casi cuatro años de conversaciones, los negociadores han logrado un acuerdo que no tiene precedentes en la aviación internacional desde la Convención de Chicago de diciembre de 1944, cuando se acordó permitir los acuerdos de cielos abiertos entre países y la exitosa creación del mercado europeo interno.
El acuerdo preliminar ha avanzado sobre la posibilidad de que empresas europeas puedan controlar aerolíneas de EE UU, incluyendo un protocolo adicional sobre propiedad, inversiones y control de las compañías aéreas que, si bien no se han divulgado los términos, reconoce derechos a los inversores europeos para participar en aerolíneas estadounidenses, uno de los puntos de controversia en la anteriores sesiones de negociación que impedía seguir adelante.
Asimismo se ha logrado incluir que las aerolíneas europeas vuelen en rutas internas en el territorio estadounidense y podrán transportar pasajeros financiadas por el Gobierno estadounidense. Otro avance en este convenio preliminar es facilitar el desarrollo de alianzas entre las compañías aéreas. Igualmente, efectuarán acciones conjuntas en relación a organizaciones internacionales, terceros países y el cambio climático.
Tales aspectos constituyen un verdadero avance, dado que en diciembre de 2006 las negociaciones se paralizaron por la negativa del Congreso de los Estados Unidos de aprobar las reformas legales para permitir las posibilidades de inversión y control por parte del capital extranjero en aerolíneas de EE UU.