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Martes, 08 Diciembre 2009 02:13

Festejos en José Ignacio, a cien años de su fraccionamiento

por Lucía Inés Bagnasco
desde Punta del Este

La Junta local de José Ignacio festejó los cien años de su primer fraccionamiento. En un festejo en la plaza se reunieron autoridades de la Junta local y vecinos a festejar el comienzo de lo que sería el nuevo pueblo. No obstante, por comprendernos las generales de la ley, además de felicitarles por esta idea y esperar que nuevas formas de acercar y reconocer a los pioneros se sucedan, nos permitimos lamentar la falta de control en la urbanización que convierte un paraíso del descanso en la mayor construcción por área del departamento,



así como una proliferación del cemento (como la nueva obra del Arquitecto Ott) que poco deja de lo que ha sido el mayor atractivo de este maravilloso lugar.
 
También, nos permitimos recordar que los 130 años del Faro de José Ignacio supieron pasar sin pena ni gloria.

El 1º de Julio de 2007 el Faro de José Ignacio cumplió sus 130 años, y por eso esta nota que más que nada, apunta a un registro fotográfico, de la colección familiar de Fiorella Masserini.

Su construcción, otorgada por concesión del 13 de julio de 1875  a la empresa Costa y Cía, fue finalizada en 1877.

Los viejos fareros como Don Rodolfo Luis, supieron de las épocas de subir escalón por escalón, cada atardecer, para encender la llama a mecha de petróleo, que guiara a los navegantes, y volver a hacerlo al amanecer para apagarla. Tal la costumbre que nos contaba Don Rodolfo que aún luego de automatizado el encendido, recién cuando llegaba con cansino paso a la altura, recordaba que ahora, con una simple llave, se encendía desde abajo. 

El 31 de diciembre de 1907 pasó a dominio del Estado, dependiendo del Ministerio de Obras Públicas. Por decreto del 29 de abril de 1933 pasa, con el Servicio de iluminación y Balizamiento a depender de la Armada Nacional y es en el correr de los años 1971 a 1973 que se organiza su remodelación, siendo esta realizada por el Servicio de Instalaciones Navales y el Servicio de Iluminación y Balizamiento.
 
En épocas en que el balizamiento en nuestras costas oceánicas y en el Río de la  Plata no existía o era insuficiente fueron muy frecuentes los siniestros marítimos debido a encalladuras o varaduras de los buques en las costas o restingas. Los registros de tales accidentes son numerosos, y las historias verdaderas, sumadas a las leyendas de los increíbles tesoros que yacen en el fondo del mar, las superan.
 
A medida que se fueron instalando los faros, balizas, y boyas la frecuencia de siniestros en la navegación fue disminuyendo.

La construcción y fundación del Faro de José Ignacio fue el llamado a civilizar una, hasta entonces inhóspita zona que hoy es el polo de atracción de turistas del mundo entero. Ha dejado de ser un pueblito de aficionados a la pesca y a la caza submarina, e ingresó sin querer a las páginas de las revistas de moda de la mano de personajes de la farándula del país vecino.

No obstante, cuentan que en noches de tormenta, vuelve el viejo farero a subir uno a uno los escalones que le permitirán encender la mecha del antiguo Faro; vuelve el pueblito a ser de unas pocas casitas alumbradas a kerosén.

Cuentan que se oye el chirriar del carro que trae el agua de la plaza, que aún no es plaza, junto a la iglesia que todavía no existe, el rezagado pescador descarga tiburones en la “refalosa”, mientras el mar rompe contra las rocas de la punta, en el boliche de Riera se despunta un truco y en “las casas” mientras se come una tortilla de algas, se espera que se haga el día para ir a lo de Elsita a ver si hay “línea”, y se hace la lista de pedidos que entregarán a Don Rosendo, que traerá de ese lugar tan lejano que es aún, Punta del Este. 

La familia Pagola, de las primeras en José Ignacio

Enrique Bañasco rumbo a Punta del Este
 
1964 los Bañasco y su Hillman
 
 El Renner recién encallado en Jose Ignacio
 
 Lo que quedaba del Renner y las primeras construcciones
 
Uno de los ranchos de los Pagola
 
 La construcción que sustituyó al rancho