por Elena Villar
desde Perú
El día 12 de los corrientes a las 4:53 pm se realizó en puerto
Príncipe una ceremonia donde los lideres religiosos de diferentes
credos, convocaron a la población para elevar sus plegarias para
recordar a los más de 210 mil muertos, y a los 1,2 millones de
haitianos que quedaron en la calle como consecuencia del devastador
terremoto. Nosotros los peruanos como, creemos que todos los
ciudadanos del mundo, no podemos permanecer impávidos ante esta
tragedia.
Los que vivimos tragedias semejantes, los que hemos sentido en carne propia la impotencia, el sentimiento de orfandad que se experimenta durante ese minuto o segundos que parecen siglos, que es inenarrable, nos solidarizamos con el pueblo haitiano, y tal vez, no se imaginan cuanto, y estamos de acuerdo con toda la ayuda que se les pueda ofrecer, ya que el Perú y su gente siempre se han caracterizado por ser un pueblo receptivo, cariñoso, y generoso.
No obstante, tenemos que levantar nuestra voz de protesta ante el compromiso que asumió el Presidente Alan García que con la espontaneidad y generosidad que lo caracteriza durante su intervención en la reunión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), se comprometió a entregar 10 millones de dólares para la reconstrucción de escuelas y sistemas de agua potable afectados por el terremoto en Haití. (Creemos que el fin es excelente, lograr un fondo de 100 millones de dólares para ayuda). Estamos convencidos que nadie se podría negar a esta donación para los hermanos haitianos que realmente viven el peor momento de su historia, y según informaciones, la gente deambula en busca de agua potable y comida, ya que prácticamente Haití está destruido, lo que ha motivado el plan más grande de ayuda mundial.
Mas, Sr. Presidente existe un viejo proverbio que dice La caridad empieza por casa, ¿Cómo se pretende enviar 10 millones de dólares a una nación que evidentemente los necesita, nadie lo pone en duda, si aún no se termina de reconstruir, Ica ni Pisco que fueron azoladas por un terremoto semejante? ¿Y que de nuestras comunidades alto andinas que están siendo devastadas por las torrenciales lluvias? Estamos seguros que el Perú tendrá otras formas de ayudar a Haiti, como ya lo viene haciendo. No obstante, primero es lo primero
fuente: www.turistamagazine.com