Mario Benedetti, que murió el 17 de mayo del año pasado, regresó este
lunes a Madrid en la voz de la actriz Dahd Ducho Sfeir, su amiga, que
recitó y cantó poemas, versos y pequeños cuentos del poeta uruguayo.
Era un homenaje, celebrado en la sede de la Biblioteca Nacional, en Madrid, que con el título Benedetti, el poeta, el amigo congregó a una nutrida legión de seguidores del escritor fallecido a los 88 años.
Dahd Ducho Sfeir, acompañada del pianista uruguayo Alberto Magnone, abrió el homenaje recordando algunas de las palabras que el director de Cultura de Uruguay, Hugo Achúgar, pronunció en el funeral de Benedetti: Que era un hombre que tuvo convicciones y luchó por ellas, un uruguayo que rompió fronteras y un maestro de conductas y de vidas.
Benedetti, dijo la actriz, fue vendedor, contable, funcionario público, taquígrafo, y periodista que firmaba como Damócles en el semanario Marcha, hasta que la Dictadura lo cerró en 1973 y él se vio obligado al exilio en Argentina, Perú, Cuba y España.
Y mencionó su descendencia de más de ochenta libros, la denuncia que hizo de la injusticia, cómo se jugó por sus convicciones y nos hizo hijos a todos.
El pianista Magnone la acompañaba con la música mientras Dahd Sfeir recordaba en voz alta versos o frases de Benedetti en Despistes y franquezas: /Robaba perfumes y lo pillaron in fraganti/ Un torturador no se redime suicidándose, pero algo es algo/, No es que uno no cambie; es que el espejo no tiene memoria/.
También narró la actriz el cuento Los pocillos y recitó fragmentos de los poemas Noción de patria, Quiero creer que estoy volviendo, Testamento de miércoles o de Cielito de los muchachos.
Mientras no haya libertad se aplaza la primavera/, Se posterga para cuando lleguen los años brutales/ y del podrido poder/ Se bajen los carcamales, dijo 'Ducho' Sfeir recitando los versos de Benedetti.
El recital-homenaje de este lunes en Madrid fue organizado conjuntamente por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), la Embajada de Uruguay y la Biblioteca Nacional.
fuente: EFE